El imperio contraataca ● Héctor Di Carli

En el curso de la humanidad, los imperios siempre han pasado por los tres típicos estados que tiene que ver con el crecimiento, la consolidación y el decaimiento.

Hay innumerables ejemplos, comenzando por el inca, persa, otomano, romano, español, austro húngaro y así sucesivamente hasta llegar al actual en donde EEUU es la cabeza visible junto a sus socios menores; los ingleses y hasta el mismo Japón en el papel de acreedor-socio.
Pero el imperio en la medida que pasó la etapa de consolidación necesita de un abastecimiento continuo para estar funcionando y es allí donde comienza a desplegar todo su “poder de fuego y su poder económico” para conseguirlo.

En la historia contemporánea, las máximas expresiones del uso del primero lo vimos con la invasión de Irak e Irán apelando a cualquier mentira para justificar que el petróleo era imprescindible para el movimiento diario de su maquinaria. El inicio del segundo concepto se da cuando reemplaza al patrón oro por el dólar en las transacciones comerciales después de la segunda guerra mundial, prueba de ello es que el 62% de las reservas internacionales están en dólares y más del 80% de las operaciones comerciales se dan en la misma moneda.

En el comienzo de la nueva centuria comienza el surgimiento económico de nuevas naciones y el liderazgo que ejercían los norteamericanos en lo monetario y tecnológico es amenazado muy fuerte por el advenimiento de China, India, Rusia y bloques como la misma UNASUR.

El mundo se acomoda y se encamina a dejar ese posicionamiento de unilateralidad, con otros actores de por medio.

Argentina desde su pequeñez mundial está liderando un camino innovativo de crecimiento sostenido sin la necesidad de recurrir a una banca internacional que responde a los designios de Basilea y muestra un camino esperanzador que va a contramano de las imposiciones del “establishment internacional”, cuyo credo es crecer a costa del destino ruin de gran parte de su pueblo. Se debe tener en cuenta que son y actúan como fundamentalistas de las financias, el mercado manda, su biblia es el dinero, verdaderos talibanes de lo económico.

Para estos lugares no es necesario mandar una fuerza de ocupación, se arbitran otra medidas, el de las económicas. Lo hacen a cara descubierta y con total impunidad, jugando al policía bueno (Obama y su corte de seguidores) y al policía malo (los republicanos y su Corte judicial).
Argentina siempre fue díscola y debemos seguir siéndolo, lo hizo con Perón y ahora con Néstor y Cristina; esa rebeldía cuyo estandarte lo llevó muy bien el “peronismo” a partir de modelos inclusivos es algo que los enerva, los descoloca y no se olvidan del “al carajo con el ALCA”

A esta rebeldía cuya consigna para los que peinamos canas era”yanquis go home”, hay que sumarle el fervor y la pasión de un pueblo que en su momento se puso a disposición de una causa con un costo de 30.000 almas, en su mayoría jóvenes argentinos destinados a cumplir un rol preponderante en el futuro y que fueron inmolados en aras de una Doctrina Nacional apalancada por un neoliberalismo sanguinario.

Siempre, pero siempre… nos han tenido en la mira porque el territorio nacional es una verdadera máquina de hacer dólares anuales a partir de la producción de alimentos basándose en granos, carnes y apuntalado por una plataforma continental con recursos pesqueros envidiables aparte de los petroleros y gasíferos diseminados tanto en el mar como en el continente. Por si fuera poco el clima y la hidrografía nos premia con cuencas proveedores de energía y de agua en abundancia. Todas ventajas comparativas que este gobierno está utilizando como plataforma de despegue para una transformación industrial y tecnológica acorde a los tiempos que se vienen.

Esto se traduce en un “plin caja” muy bueno año tras año, no por algo estamos honrando deudas no contraídas por esta administración, pero si por conjunto de cipayos como Martínez de Hoz que con su tablita cuadriplicó la deuda externa y allanó el camino a la entrega y dependencia económica. También hay que sumarle a otros “buitreros” como Melconian, Cavallo, Stutzeneger, Prat Gay, Magneto, Redrado, Leuco y al mismísimo Mauricio Macri, todos en su momento agoreros de una política que llevó a que en la actualidad se encuentren alrededor de cuatrocientos mil millones de dólares en el exterior (fugados) pertenecientes a encumbrados familias argentinas.

Hoy los principales Índices Internacionales de Desarrollo Humano con que se mide el avance de un país indican más educación, más empleo, más sanidad , más tecnología propia, más industrialización , más ingreso“per cápita” y como contrapartida menos dependencia económica de organismos internacionales satélites del poder económico mundial (FMI, BID, Club de París, etc.).

Hoy no estamos solos, muchas voces nos apoyan en el ámbito mundial y nosotros debemos agradecer semejantes aprobaciones pero a su vez es nuestro deber junto a los demás países de la Patria Grande generar anticuerpos de tipo legal y económico contra lo que se avecina. Es imprescindible la creación del Banco del Sur como fuente de financiamiento de los países de la región y legislar en forma innovativa acerca de los derechos soberanos de los países.

“Al son que me tocan, bailo” decía Juan Manuel de Rosas; es hora que la partitura y su música, se comience a componer y tocar de acuerdo a las idiosincrasias de nuestros pueblos, de tal manera que ese “son” lo bailen nuestras familias con orgullo, con felicidad y en paz.

Héctor Raúl Di Carli – afiliado peronista –
Grupo Belgrano