Ocampos y Villar opinaron sobre “el destino de LU 19”

“Lo correcto hubiera sido una medida de emergencia, normalizar la enmarañada situación dominial y llamar a concurso para adjudicar la explotación del medio ya que los gobiernos, de toda bandera partidaria, son malos administradores de medios; y los medios en manos de los gobiernos pierden credibilidad –que debe ser su mayor capital- y nunca atienden y responden a los intereses generales”, aseveró el Legislador Provincial de la CC-ARI y el Presidente del Congreso Nacional de la CC-ARI.

Compartimos la angustia de los trabajadores en conflicto y la preocupación de una comunidad que observaba la pérdida de una voz familiar, de una compañía, de un canal de expresión plural, de un emblema, como es LU 19 “La Voz del Comahue”.

Acercamos solidaridad y acompañamiento, y, modestamente, realizamos las gestiones ante las autoridades con responsabilidad y capacidad para resolver el conflicto.

Compartimos las críticas al desorden imperante en la radiofonía nacional, producto de legislación obsoleta y gobiernos sucesivos sin decisión y poder político, para encarar una nueva legislación, que respondiera a la evolución de los medios y la tecnología y a las exigencias de la sociedad contemporánea.

Sabíamos que la salida era complicada, pero había que encontrarla. Había que darle una salida justa a la situación de administrativos, técnicos, locutores y periodistas; y no menos importante era el rescate y sustentabilidad de un medio de comunicación.

El gobierno actuó. Pero la salida encontrada está manchada de especulación.
De una necesidad acuciante, de una noble causa que era resolver problemas laborales y sociales, se está sacando provecho sectorial o partidario. Un juego aberrante al que nos tiene acostumbrado el gobierno nacional y que se replica en las provincias.

Se preservó la fuente laboral, se repuso al aire la voz amiga, pero el gobierno se cobró apropiándose de un medio integrado a la idiosincrasia regional.

Lo correcto hubiera sido una medida de emergencia, normalizar la enmarañada situación dominial y llamar a concurso para adjudicar la explotación del medio. Se habría respetado la historia del medio y reivindicado los orígenes que estuvo en el esfuerzo de los vecinos.

Los gobiernos, de toda bandera partidaria, son malos administradores de medios; y los medios en manos de los gobiernos pierden credibilidad –que debe ser su mayor capital- y nunca atienden y responden a los intereses generales. Los usan, bastardean y vacían, porque les interesa la coyuntura que tiene el largo de una gestión.

Tampoco les interesa el ejercicio del periodismo en su más genuina expresión. Es más, les preocupa. Se sienten más cómodos con la promoción o la propaganda y con la uniformidad más que con la saludable diversidad del mensaje.

En la Argentina, el concepto amplio, abarcativo de Estado, está subalternizado al de gobierno, que siempre es sectorial y muchas veces minoritario.

Como ex trabajadores de medios y de esa querida emisora, dudamos y lamentamos que el caso de LU 19, escape a esta regla tan generalizada.

Jorge Ocampos Ricardo Villar
Legislador Provincial Presidente Congreso Nacional CC-ARI