Final del juego • ADN

PASOS“Quien arregla esto después de las PASO”, se preguntaba un dirigente justicialista. La preocupación surgía ante eventuales fracturas irreparables en las elecciones generales. En el Frente para la Victoria si bien todos quieren las primarias, también reconocen que hay alboroto y dudas sobre el final del camino.

Luego del pedido que el Consejo Provincial del PJ hiciera al gobierno, cuando a la vez se había desechado el proyecto de internas abiertas de Martín Doñate, se decidió convocar a las PASO para las elecciones en Río Negro.

Previa consulta con los partidos políticos, entidades y particulares interesados, se estima en ámbitos oficiales que entre 30 a 45 días se puede votar la ley de las internas abiertas, obligatorias y simultáneas. Este cronograma contemplaría convocar a elecciones para marzo del año próximo y en 60 días más, en mayo aproximadamente, realizar los comicios generales. Lejos de las elecciones nacionales para evitar un eventual arrastre negativo antioficialista.

Podría señalarse que hay consenso en general, en todos los sectores políticos sobre esta metodología y habrá que acordar algunos temas claves, por ejemplo si la fórmula a gobernador y vicegobernador es abierta, lo que permitiría invitar al competidor de la interna a sumarse como candidato.

También queda para el debate como se integrarán las listas de legisladores y el piso de porcentajes de votos necesarios para seguir en competencia.

En el gobierno hay afán en que el gobernador Alberto Weretilneck capitalice este proceso, además del gesto de consultar sobre las PASO. En esto habría, entre otros, dos caminos a seguir: el Ejecutivo elabora previamente un anteproyecto que se someterá al debate o se tomará nota de las propuestas que se reciban en la consulta y sobre esa base girar un proyecto al parlamento con acuerdo de ministros.

Las elecciones abiertas, obligatorias y simultáneas provinciales serán el primer test sobre la tendencia del electorado rionegrino, los porcentajes de votos obtenidos por cada partido o alianzas ofrecerán una perspectiva del escenario futuro en los comicios generales y en un contexto lejano a las influencias de las campañas políticas presidenciales.
Habrá asimismo –aunque aún no se hayan definido las principales candidaturas a presidente- visitas de dirigentes de los partidos nacionales también con la intención de mostrarse en el testeo rionegrino.

La oferta electoral del FpV estará, al menos por ahora, centrada en el gobernador Alberto Weretilneck, el senador Miguel Pichetto y en el intendente de General Roca, Martín Soria, además de la voluntad expresada por Osvaldo Nemirovsci de ser candidato por el Peronismo Federal en un espacio kirchnerista que pretende aglutinar a expresiones aliadas no justicialistas.

Por otra parte, tanto el Frente Amplio Progresista, integrado por el CC-ARI, el socialismo, Proyecto Sur y Libres del Sur, como la UCR tendrán que debatir el armado del Frente Amplio UNEM, que ya trajo algunos problemas por la reticencia de algunos dirigentes del FAP de aliarse con el radicalismo.

En este frente la figura excluyente es la actual senadora Magdalena Odarda, que fue segunda detrás del FpV en las últimas elecciones y la única que mide más de 15 puntos en casi todas las encuestas. La dirigencia radical está mas rezagada, situación que se repite también con los referentes nacionales del UNEN, tanto en Ernesto Sanz, Hermes Binner, Julio Cobos y Elisa Carrió.

Habrá candidaturas del PRO, como se prevé con Ana Piccinini, que alientan esperanzas sobre la base de los porcentajes que adjudican las encuestas a Mauricio Macri, en torno a los 16 puntos, siempre detrás de Daniel Scioli y Sergio Massa, que superan los 20 puntos.

Este primer mapa se completa con el Partido Obrero que tiene un caudal electoral propio en la provincia.

Sin dudas hoy la atención principal esta direccionada hacia el partido gobernante donde tanto el gobernador, como el senador y el intendente de Roca mantienen una paridad respecto de la preferencia del electorado, con escasas diferencias entre ellos, según lo han demostrado hasta ahora todas las encuestas de opinión en Río Negro.

El gobierno está en una meseta y se percibe el desgaste propio de la gestión donde se equilibran las opiniones favorables y adversas, pero en el seno de la administración Weretilneck muchos funcionarios viven en una burbuja de fantasía en la creencia que todo anda bien.
El gabinete y la planta de funcionarios se dividen en albertistas y pichetistas, con todo lo que ello implica previo al proceso electoral. Siguen las contradicciones como el proyecto de bajar la edad de imputabilidad a menores en las contravenciones que descoloca a Néstor Busso, secretario de Derechos Humanos y a su ministro Marcelo Mango e incomoda a muchos legisladores. Aún no se sabe si es política oficial o un espasmo individual.

Tampoco se pueden soslayar los números de la economía, que se ha tornado inviable. Los egresos aumentan peligrosamente frente a los ingresos y los gastos en personal han desbordado las estadísticas históricas y toda la apuesta está concentrada en los ingresos petroleros, que tendrían que tener destino de inversiones públicas y no para solventar salarios y gastos corrientes.

De todos modos los albertistas apuestan a la gestión cuando piensan en la candidatura del actual gobernador. Se sabe que por estar al frente del Ejecutivo, Weretilneck tiene un plus a favor pero los números dicen que no está bien en Viedma y Roca, con mala gestión municipal en Cipolletti y que en Bariloche suma la intendente que no es precisamente una aliada.

Todo se tiñe de internas y de clima preelectoral. La presencia de los dirigentes pichetistas en el gobierno no pasa inadvertida y la llegada de Ariel Rivero al parlamento es un claro ejemplo. No sólo cambió fotos en la Legislatura y colgó cuadros de Miguel Pichetto, sino que obra en consecuencia, con mucha actividad y promocionando en todos lados la candidatura del senador.

El peronismo se siente fortalecido detrás de Pichetto, pretende un gobernador justicialista y muchos no sólo no sienten al gobierno como propio sino que se oponen a una nueva gestión de Weretilneck. También hay legisladores que sienten destrato de parte del gobernador, como Doñate, Miguel y Horne.

Martín Soria no oculta este sentimiento contrario al mandatario e incluso días pasados calificó de delincuente a Weretilneck. Acusación tan grave como la falta de respuesta de parte del gobierno, donde no hubo un solo ministro o secretario de Estado que haya desagraviado al gobernador.

Soria se refugia en Roca, desde donde alienta enfrentamientos localistas “demodé” contra Viedma y anuncia que participará en las elecciones primarias a pesar de condicionamientos constitucionales.
El marco nacional oficialista está presente en la interna provincial y ante las informaciones de acercamientos de Weretilneck con Sergio Massa, “el cura Benitez”, Juan Carlos Molina, titular del Sedronar, llamó al gobernador, un gesto del confesor de Cristina Fernández, que fue buen visto en el Ejecutivo rionegrino porque hace tiempo que ningún funcionario nacional se comunica con el mandatario. De todos modos el gobierno se equivocó en la desmentida, porque nadie creyó que el encuentro con Massa, haya sido en el marco de “una reunión social”. Una explicación inapropiada, cuando todos juegan al “gallito ciego” y tejen estrategias orientadas a consolidar poderío para el año próximo.

Mientras tanto Miguel Pichetto sigue enviando mensajes que confirman su intención de presentar candidatura para el 2015. Sus seguidores se entusiasman, suman adhesiones y el senador elabora una propuesta para presentar a los rionegrinos ampliando incluso el ámbito del Frente para la Victoria, por ejemplo tiene preferencias en Julio Arriaga, para Cipolletti, con quien fortalece la relación.

En la intimidad de Weretilneck y Pichetto se especula que al final del camino Martín Soria declinará su candidatura y que la resolución última quedará entre ambos y se miran con recelo.

Soria toma partido de la oportunidad y juega con acercamientos circunstanciales, envía señales amigables a Miguel Pichetto, se fotografía con Cristina Fernández, se reúne con intendentes del grupo kirchnerista Oktubre y coquetea con Maru Martini, intendente de Bariloche.

Se siente muy seguro en su bunker roquense, donde atesora un importante caudal de votos, pero siempre atento a las encuestas sobre imagen e intención de votos, propia y de sus adversarios.

La pregunta sigue presente y se develará con el tiempo. ¿Cuál será el escenario político provincial luego de las PASO?