Realismo mágico ● ADN

y_ahora_quien_podra_ayudarnosEl gobierno de Río Negro pareciera empeñado en rendir homenaje al gran Gabo García Márquez –fallecido el jueves- y reafirmar su realismo mágico, en hacer lógico lo irreal y la fantasía.

Habían transcurrido solo 24 horas del sepelio de Carlos Peralta, cuando Juan Huentelaf y Erika Acosta, emitieron un fallo del Tribunal de Cuentas contrario a los gastos legislativos efectuados como «Bienes y servicios sin discriminar, sin cargo de rendición».

Realismo mágico: este dictamen corresponde a un Tribunal que funciona con dos miembros desde la renuncia, el 23 de enero del 2013, del vocal Mario Sabatella. El gobierno convalidó esta irregularidad sin proponer un candidato para cubrir la vacante, abandonó ese espacio y hoy lo padece.

El Tribunal de Cuentas genera sospechas con su actitud. La velocidad con que se manejó el tema, aún en el marco del duelo provincial, presupone que el dictamen estaba escrito previo al desgraciado desenlace de la enfermedad del vicegobernador y sólo hubo que ponerle fecha, sellos y firmas.

Fue necesario esperar, ya que este tema involucraba también a Carlos Peralta, tanto en sus funciones como titular del parlamento, como presidente de bloque del FpV.

Son válidas también las sospechas de que tanto Huentelaf como Acosta, actúan en respuesta a la rebaja de casi el 50% de sus sueldos dispuesta por el gobernador y aprobada por la Legislatura y además una puesta en escena en consonancia con la pelea que tiene Martín Soria con el gobernador Weretilneck.

Los dos vocales del Tribunal mantienen lealtad al sorismo e incluso trascendió que el lunes pasado hubo una reunión en General Roca para avanzar en el fallo contrario a los gastos reservados y al armado de la estrategia de publicidad, que incluyó avisar del dictamen sólo al diario del Alto Valle.

La interna justicialista judicializó la política con consecuencias impredecibles. La estrategia del Tribunal de Cuentas apunta al corazón del sistema y están comprometidos todos los bloques legislativos que funcionaron en la Legislatura, justicialismo, radicalismo, ARI, PPR, Frente Grande, Renovación y Desarrollo (REDES) y otros. Nada es casual.

Un dicho popular dice que “lo que no mata engorda” y este Tribunal de dos miembros fue cuestionado en la Legislatura por su particular manera de liquidarse los sueldos, incluso el legislador radical Alejandro Betelú, habló de juicio político.

El parlamento nada hizo y hoy todos los legisladores están cuestionados por los gastos reservados. Más aún, esta pasividad es afín con la labor de la Comisión Legislativa que tiene que controlar los gastos del Tribunal de Cuentas. No se conoce de haber ejercido un control adecuado, igual que pasó con los dineros del Fondo de la Vivienda de la Legislatura.

La política entiende que se rompieron las redes de contención y que se violaron códigos. La falta de capacidad para resolver las peleas en el marco institucional y partidario, traslada a los estrados judiciales este concepto de “todo vale” y entonces se ponen en marcha mecanismos de autodefensa como el pedido de los legisladores radicales solicitando al Tribunal de Cuentas que informe sobre los pagos por “legítimo abono”. Hay contraataque.

Este gobierno se caracterizó por la ausencia de licitaciones públicas y abuso de las contrataciones directas y el pago por legítimo abono, convalidados por el gobernador, los ministros, el Contador General de la Provincia y el Fiscal de Estado. Se prendió la mecha y ahora ¿quien la apaga para que no estalle todo en mil pedazos?

La indolencia del Ejecutivo y la ausencia de gestos de autoridad lesionan al poder. Hoy ya no se puede señalar que sólo Huentelaf y Erika responden con sus actuaciones al intendente de General Roca, son muchos más los funcionarios del gobierno y legisladores que comparten esta estrategia.
Pero también reducir todo a Martín Soria es un peligroso simplismo que implica no reconocer los errores propios.

El pago a legisladores de los denominados gastos reservados, ya está en la Justicia desde julio del 2012. El denunciante fue el viedmense Gonzalo Jacob y la investigación está en la órbita de la fiscal Rodríguez Frandsen, con quien se reunieron Huentelaf y Acosta para entregarles – personalmente – el fallo del órgano de control y pedir copia de un centenar de expedientes.

El Tribunal de Cuentas promete nuevas acciones para después de las fiestas religiosas de Semana Santa y trascendidos ubican las novedades en áreas del Ejecutivo, siempre con el criterio de “hijos y entenados”.

El fallecimiento de Carlos Peralta abrió el debate de su sucesión y dejó al gobernador en una posición incómoda y alejada de lealtades.

Desde el bloque Eva Perón el pichetismo reclama la vacante para Ariel Rivero, en base al acuerdo que lo llevó a vicepresidente primero del parlamento y por el lado del denominado albertismo se inclinó por Pedro Pesatti.

La resolución del tema quedó en manos de Alberto Weretilneck y de Miguel Pichetto y lejos del territorio rionegrino. El ámbito fue el senado de la Nación.

Aún no hay definición oficial, pero la balanza se inclina hacia el ex intendente de Campo Grande. El gobernador pide unificación del bloque que implica el retorno de los 11 legisladores enrolados en “Eva Perón” a la bancada oficialista. De este grupo hay que restar a Ana Piccinini, que ya se alejó del justicialismo y anunció su enrolamiento en el PRO, agrupamiento de Mauricio Macri que ya tiene inscripción de partido en Río Negro, como Unión Pro.

Los acuerdos no son fáciles. Si no hay unificación, podría firmarse un acta compromiso para que las iniciativas que emanen del Ejecutivo se voten en conjunto en el recinto parlamentario, esto es para garantiza que no se reitere la situación del tratamiento del presupuesto provincial donde el pichetismo votó en contra en algunos artículos.

Weretilneck quedó envuelto una vez más en la maraña de su indefinición y genera descontento.

El gobernador no supo, no pudo o no quiso imponer el candidato a presidente de la Legislatura, un lugar clave. Explicitó que la correlación de fuerzas internas no le permite contrariar al senador, con quien mantiene una delicada y precaria alianza estratégica hacia el 2015 que se traduce de la siguiente manera: el que mejor mida en la opinión pública al final de la gestión es el candidato del gobierno y el otro acompaña.

¿Qué valor tiene este compromiso en un mar de peleas interna, intrigas, decepciones y deslealtades?
La fotografía de hoy muestra a Martín Soria, intendente de General Roca y vicepresidente del PJ, como opositor, al sector pichetista con recelo y desconfianza, mientras que los albertistas y aliados del gobierno pierden expectativas, porque piensan que en los tiempos de peleas con Miguel Pichetto ellos eran “leales”. Hay decepción.

El clima en el oficialismo no es el mejor y cualquiera sea el desenlace, “van a quedar heridos”, como dijo la legisladora Susana Dieguez. Una definición que sirve para los dos sectores.

Como primera consecuencia de este realismo mágico, todo indicaría que Pedro Pesatti, podría dejar la presidencia del bloque oficialista, por decisión propia, si se unifica la bancada. El legislador viedmense entiende que cambia el escenario de alianzas.

Algunos analizan que cualquier final no será neutra para el futuro del FpV y que con la muerte de Carlos Peralta concluyó otra etapa en el gobierno.
Ya no hay manera de disciplinar a todos. Hay autonomía en César Miguel, Silvia Horne y Martín Doñate, entre otros intendentes, concejales y dirigentes del justicialismo que se van alejando e incluso con algún desencanto con el gobernador.

A la par los más íntimos de Weretilneck esperan una jugada brillante al estilo del “mágico González” y confían en la “buena estrella del brujo”.

Weretilneck declaró que el compromiso con Pichetto es no crisis, no peleas, gestión y unidad. A confesión de parte relevo de pruebas: reconoce que todo el tembladeral en el que transita el gobierno es responsabilidad de ambos. Hay connotación de amenaza en esta definición.

No todo se resume a este análisis. Hay dirigentes en buscar nuevos espacios preocupados por el futuro.

María Eugenia Martini, de excelente relación con Martín Soria, integra el denominado grupo Oktubre, fundado por intendentes bonaerenses que se ubican entre los 32 y 42 años y se declaran kirchneristas. Buscan captar dirigentes jóvenes en todo el país y según informaciones periodísticas nacionales ya contactaron también a Martín Soria.

Hoy los municipios de Bariloche y Roca, de vital importancia electoral, tienen políticas independientes y equidistantes de Weretilneck y Pichetto.

Para dejar en claro esta posición, la intendente de Bariloche, declaró que debe romperse la dicotomía entre Pedro Pesatti (albertismo) y Ariel Rivero (pichetismo) y propuso al legislador Martín Doñate para presidir la Legislatura.

Existen señales de fragmentación y el gobierno traduce imposibilidad de rearmar el rompecabezas. El FpV debe definir rápidamente quien presidirá el parlamento y comenzar una nueva etapa institucional, que reacomodará los alineamientos internos del justicialismo.