Profundo debate intersectorial por perspectivas y desarrollo de Cipolletti

Cipolletti.- Por iniciativa del Colegio de Arquitectos de Río Negro, seccional IV, el arquitecto y urbanista Guillermo Tella ofreció una conferencia en Cipolletti. La propuesta es “empezar a discutir qué ciudad queremos, en el marco de un debate abierto e inclusivo al que fueron invitados diversos actores de Cipolletti y de las ciudades aledañas”, refirió la propuesta regional “Que responda el viento”. Lo que sigue es lo difundido.

La mirada aguda y crítica de Tella abrió un espacio donde, a partir de una primera aproximación a los procesos de fragmentación social y urbana que atraviesan las ciudades de Latinoamérica en general, y de lo que hacia el final del encuentro propuso como «Decálogo para Cipolletti»- comenzamos a pensar juntos en cómo hacer ciudad en la región.

Decálogo para Cipolletti: algunos apuntes

1. Un oasis en el desierto: Gozamos del privilegio de una región que se inserta sobre la meseta, que la ha domado y que ha sabido construir aquí un vergel, generando un ecosistema de enorme riqueza. Debe ser motivo de orgullo.

2. El fantasma de Comodoro Rivadavia: ¿Qué pasa cuando apostamos a un proceso de monofuncionalización productiva, cuando la potencia de una actividad empieza a invadir, a depredar otras que nos han sido constituivas hasta hoy, que nos han dado la identidad? ¿Queremos ser Comodoro?

3. Una metropolización incipiente: Cipolletti, Cinco Saltos, Centenario, Neuquén, Plottier, Allen, cada una con su dinámica y su relativa autonomía… En 5-10 años estaremos hablando de un colectivo urbano que hay que pensar estratégicamente en términos de metropolización: con áreas de centralidad, con especialización de esos centros, con áreas de residencia, de producción, pero como un sistema en sí mismo y no en términos de impulsos aislados donde haya ciudades que pujen más fuerte y con más incidencia en la toma de decisiones.

4. Al mismo ritmo que las acequias: Importancia de reivindicar el agua como un valor simbólico, como elemento constitutivo de la idiosincrasia de la región, ponerla en valor.

5. Retorno a un modelo de ciudad compacta: Se nos está disparando la periferia, estamos teniendo dificultades para conducir su crecimiento. Hay una fuerte disputa del territorio en esos bordes: urbanizaciones, tomas y chacras se disputan el suelo y el que tiene más fuerza impone su voluntad. No debería ser así. ¿Qué tipo de periferia queremos tener? En este estadio evolutivo sería fácil intervenir, antes de que esto termine enquistándose.

6. La ciudad, nuestro orgullo de ser: Un Cipolletti de plantas bajas. Más allá del modelo de Neuquén, con un crecimiento en altura muy fuerte, hay que rescatar la identidad de Cipolletti como una ciudad chata, con pocos edificios, con su ritmo y calidad de vida… Tiene que diferenciarse de su vecino. No hay que promover la verticalización intensiva que rompe esos rasgos identificatorios.

7. En la periferia en disputa, empiezan a manifestarse la disputa por el suelo y procesos de segregación social y urbana: es el momento de actuar y de generar estrategias de intervención.

8. El puente como oportunidad: Este colapso cotidiano que satura, que fastidia, que nos consume tiempo vital, es una invitación a pensar el sistema de movilidad que queremos como colectivo social. Habría que empezar a fomentar desplazamientos peatonales, la bicicleta, y aparece como oportunidad la recuperación de los viejos tejidos ferroviarios.

9. El paisaje como derecho colectivo: Todos tenemos derecho a gozar del paisaje. Deberíamos tener igualdad en el uso y goce de la barda, del río, de las acequias… Deben contenerse las lógicas especulativas; deben prevalecer las lógicas colectivas por sobre las individuales.

10. Importancia de promover instancias de construcción de acuerdos: Es hora de empezar a generar espacios de construcción colectiva de un escenario deseado de ciudad, de los que participen el Colegio de Arquitectos, otros Colegios profesionales, la Cámara de Comercio, los sindicatos, las instituciones educativas, los actores económicos, las comunidades religiosas. Esto dará una legitimidad y una fuerza a las propuestas difícil de sortear por una gestión o por otra. Si las propuestas tienen que ver con visiones individuales o vienen de un equipo técnico, es probable que terminen alimentando bibliotecas o cajoneadas en alguna oficina pública. Es necesario pensar colectivamente la ciudad, en un debate abierto, inclusivo, permanente, que defina lo que queremos ser.

Ante la pregunta de Horacio Casal (arquitecto, docente de Universidad de Río Negro) sobre si -según la experiencia de Tella- hay posibilidades de que “todas estas cuestiones que entendemos, vemos, argumentamos, y que muchas veces no se ejecutan”, sean escuchadas por parte de la clase política, y que se abran posibilidades de cambio, dijo Tella:

«Yo creo que sí. Quizá uno no logra que se produzca la gran transformación deseada, pero se va construyendo un imaginario, quedan reverberando las ideas para futuras decisiones… En el caso de Lobos (que desarrolló en la conferencia), el avance sobre la falda del cerro tocaba intereses fortísimos (muchos funcionarios tenían sus casas frente a la montaña, incluso concejales que tenían que aprobar las ordenanzas); sin embargo, apareció una normativa que le ponía una cota a la urbanización y aplicaba unas tasas mayores a los que se había apropiado de cierto patrimonio…

La decisión política se construye. Los políticos le toman el pulso a las demandas sociales y, en función de eso, definen lineamientos. Se trata de un proceso dinámico, interactivo, por eso es importante recuperar el poder que como ciudadanos y como colectivos sociales tenemos. Es muy difícil que un funcionario tire para atrás una decisión que tiene la fuerza de la construcción de un colectivo amplio y diverso. Si vos tenés una propuesta, un acta acuerdo firmada por los Colegios profesionales, la Cámara de Comercio, los sindicatos, ¿cómo volteás esa iniciativa?»

Por su parte, Adrián Ibarroule (arquitecto de Neuquén) señaló la necesidad de promover acciones relacionadas con el decálogo de Tella, desde el Colegio de Arquitectos. En particular, en contra de la cartelería en rutas y calles, la descarga de desechos cloacales al río. “Creo que tendríamos que tener un rol protagónico”, dijo.

A lo que Tella siguió: «Los Colegios profesionales, como el de Arquitectos, deben empezar a liderar e instalar temas que no aparecen en la agenda pública. En particular, el Colegio de Arquitectos – por el colectivo que nuclea y por el saber y las herramientas con las que cuenta- debe asumir protagonismo y liderazgo: armar documentos y tener fuerte presencia en los medios, para hacer docencia e ir acercando a la gente las cosas que pasan en su ciudad y que suelen ver como ‘datos’”.

Cuando tomó la palabra Héctor Ockier (arquitecto, trabaja en la Secretaría de Planificación de Río Negro), se lamentó de la ausencia de concejales de los municipios de Cipolletti y Neuquén: “Acá deberían estar los concejales de los dos municipios, escuchando. Es importante que estas cosas se hagan públicas, porque desde la función pública nos hace falta hacer pie para proponer temas de debate. Si se construye una apoyatura social a temas determinados, eso nos viene bien, porque la urgencia de los problemas muchas veces tapa lo importante. La oportunidad también se genera, y estas actividades son las que generan oportunidades. Acá tendrían que estar los desarrolladores inmobiliarios, a ver si comprenden el rol que están jugando… Además, es fundamental la Asociación de Municipios de la región: en un proceso tan avasallante como el proceso de metropolización, debería estar funcionando”.

Gustavo Zovich (arquitecto de Cipolletti), por su parte, puso su mirada en la ineficaz gestión urbana del Estado municipal: “El mercado inmobiliario actúa en función de lo que el Estado le permite. Va a hacer el mejor negocio que pueda. Si el Estado no participa activamente en los problemas que tiene la sociedad, ocurre lo que está ocurriendo. Cipolletti tiene entre 20 y 25 tomas. Ha desarrollado un distrito, el Distrito Noreste, hace 5 o 6 años. Hoy por hoy ese distrito debería tener el mejor parque de la ciudad, así los vecinos que van a ir a vivir allí creen que ese distrito es posible, y no lo ven como un páramo alejado –que es la crítica que hacen-. Si el Estado no es más fuerte en su intervención, va a seguir ocurriendo lo que está ocurriendo”.

En relación al aporte de Zovich, Guillermo Tella remarcó: “El Estado debe liderar el proceso de toma de decisiones, debe marcar las reglas de juego, dejar claro que no son negociables ni laxas…”

Oscar Inostrosa (arquitecto, trabaja en la Dirección de Planeamiento de Neuquén) dejó algunas inquietudes: “Hay que revisar los modelos municipales que tenemos, porque consustanciar una política de largo plazo es bastante complejo, casi imposible en el marco actual. También a nivel de Gobierno provincial. Para asegurar una política de largo plazo, la participación de la sociedad es fundamental. La ciudad se construye entre muchas miradas. Desde estos lugares, podemos ser disparadores de procesos de discusión que sumen y amplíen las miradas… Y es fundamental tener la mirada de región, dejar de lado las jurisdicciones y mirar la región como un lugar a potenciar. Quizá tengamos tiempo de solucionar algunos problemas, como el de las cloacas. También hay que plantear la movilidad como un aspecto del derecho a la ciudad”.

Tella advirtió que “cuanto más degradado es el lugar, con más fuerza debe intervenir el Estado. Sin embargo, muchas veces alimentamos las asimetrías entre ciudadanos”.

Gustavo Herrera (juez de Instrucción, vecino de Cipolletti) fue muy crudo en su apreciación de la ciudad de Cipolletti: “Veo una ciudad con un cuadrado celeste y una serie de guetos alrededor. Todos queremos una ciudad más ordenada… no nos damos cuenta de qué significa un gueto. A medida que se van consolidando las tomas, surge una serie de parámetros distintos a los que se viven en el cuadrado celeste de la ciudad. La realidad del Anahí Mapu es muy dura: está el viejo barrio y el periférico –donde los chicos se matan, no reconocen las autoridades y los más fuertes pasan a cumplir el rol del Estado. Esas desigualdades nos alejan tanto… Si no incluimos a la gente de las tomas se transforman en nuestros enemigos, y luego les tememos. Cipolletti está rodeada de tomas. Entrar a una toma, por mi profesión de juez, es entrar con un grupo como el Bora. Y hay que hablar primero con un delegado… Son dos ciudades distintas”.

Intentando desmarcarse de cualquier mirada estigmatizadora de los otros, Luis Bardeggia (politólogo, ex presidente del Instituto de la Vivienda de Río Negro, actual diputado de la Nación por Río Negro -FPV-) planteó “no mezclar fenómenos delictivos con lo que aquí se discute”. Para Bardeggia, “en una ciudad, no solo gestiona un intendente. Hay muchos actores y gestores. Me parece que se trata de ir articulando esas voluntades… y el Estado debe establecer reglas de juego para nuestras ‘las ciudades en jaque’… Hay muchas maneras de urbanizar la ciudad: generalmente, es el mercado inmobiliario quien lo hace; de otra manera, los vecinos, las madres, los niños, se organizan y urbanizan. Esto último suele ser objeto de condena. En el fondo, es una pulseada política. Hay sectores que son descarnados, solo movilizados por el afán de lucro, que imponen sus intereses por fuera de las reglas… Para empezar a modificar este modelo inequitativo son necesarios acuerdos. En el Congreso Nacional me han confirmado en la Comisión de la Vivienda, así que cuenten con mi total disponibilidad”. Y finalizó su intervención advirtiendo sobre ciertos desarrollos inmobiliarios que se apropian ilegítimamente de activos ambientales, en la provincia de Río Negro: “Nos preocupa, además del fenómeno de la polarización urbana, la apropiación de terrenos por parte de los que tienen capacidad patrimonial y financiera. Venimos advirtiendo un proceso grave en el que desarrolladores inmobiliarios y grupos económicos eligen los mejores activos ambientales y hacen propuestas solapadas de loteos. Hace poco, desactivamos una iniciativa sobre una zona de acantilados, en la costa atlántica, que hasta una lobería tenía. También hay desarrollos inmobiliarios ilegítimos en la zona andina. Esto requiere atención e intervención del Estado… Ya lo venimos advirtiendo y hemos recuperado algunos campos apropiados ilegítimamente”.

Tella agregó, a modo de ejemplos: “Puerto Madero ha sido una intervención paradigmática, que todos miramos, que hasta nos enorgullece. Si viene un turista, lo llevamos a que disfrute de ese espacio público… Sin embargo, en las bases del proyecto no se pensó ni una sola vivienda social. Es un desarrollo destinado a sectores de alta renta, se ha construído un área de exclusión. Hoy es una área vip, custodiada por Gendarmería. Un lugar ajeno a los perjuicios y rasgos negativos de la sociedad porteña. Pero es un caso que plantea que cuando uno piensa un proyecto urbano, también debe pensar quiénes son los destinatarios de esa intervención.

Las tomas y villas suelen ser vistas negativamente y criminalizadas… En el caso de Tigre, por ejemplo, ha habido ocupaciones vip, que se han apropiado de suelo de manera tan irregular como en el caso de las tomas y villas, pero que tienen mayor capacidad de legalizar su precaria situación dominial. Se ha avanzado sobre suelos con una fuerte impronta natural… Y sin embargo, no solo no son señalados ni condenados, sino que muchos sectores medios sueñan con vivir allí, con ser parte de esa emigración hacia la periferia. Hay ocupas en ambos extremos: a algunos los condenamos y a otros los palmeamos en la espalda. Y también hay complicidades entre los gobiernos y los desarrolladores inmobiliarios…

«Hacer ciudad» es un asunto de todos. Son muchos los problemas que se avecinan y las preguntas que tendremos que ir haciéndonos, a medida que avance el proceso incipiente de metropolización de las ciudades del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Habrá que pararse firme para que la dirección del proceso responda a los intereses de todos, y no reproduzca los patrones del actual modelo excluyente e inequitativo de ciudad, que tanto nos duele.

Felicitaciones al Colegio de Arquitectos de Río Negro Seccional IV por estar a la altura de las circunstancias. Gracias, Guillermo Tella, por tu valiosa mirada, que nos hace creer que la academia no se ha olvidado de sus públicos.

“Que responda el viento”