Legisladores oficialistas apoyaron al secretario de Derechos Humanos

Viedma.- El bloque de legisladores del Frente para la Victoria destacó a través de un comunicado de prensa su respaldo a las declaraciones efectuadas por el Secretario de DD HH, Néstor Busso, durante el acto del 24 de marzo, Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

“El Día por la Memoria es una fecha eminentemente política, y es lógico que durante esos actos se hagan discursos políticos. La política como mala palabra es una de las consecuencias más patentes del estrago cultural que causó la dictadura, completado por el neoliberalismo de Menem y De la Rúa. La brutal represión implementada por el terrorismo de Estado se llevó a cabo contra actores políticos, que luchaban para construir una Argentina mejor. Dudoso homenaje sería un Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia con discursos lavados, inofensivos y desideologizados. Hablar en términos políticos es honrar a nuestros desaparecidos.

Es cierto, como dijo el Secretario de Derechos Humanos provincial, que el juicio a las Juntas fue un primer paso (necesario y valorable). Pero, también es justo decir que hubo gravísimos pasos hacia atrás del gobierno de Alfonsín: la ley de Obediencia Debida (que significó el desprocesamiento de miles de represores, entre ellos Alfredo Astiz, Domingo Bussi y Adolfo Donda), y la ley de Punto Final, que marcaba nada menos que la prescripción de los delitos de lesa humanidad previos al 10 de diciembre de 1983. Estas leyes, bien llamadas “de impunidad”, fueron anuladas por el Congreso Nacional recién en el 2003, gracias a la decisión política de Néstor Kirchner (hecho luego ratificado por la renovada Corte Suprema de Justicia, que declaró la inconstitucionalidad de ambas normas, en el 2005).

A partir, entonces, del impulso político del kirchnerismo a los juicios, es que se empiezan a respirar aires de justicia en materia de derechos humanos en nuestro país. Prueba de ello son la adhesión al gobierno de la gran mayoría de los Organismos de DD. HH.; los números crudos de los juicios (1069 genocidas procesados, 520 condenados -más de la mitad de ellos presos en cárceles comunes-); el trabajo sobre la conciencia colectiva con respecto a la dictadura (señalización de 74 sitios de memoria en ex centros clandestinos de detención) y la definición de la dictadura como hecho complejo que excede a lo militar (lo que está dando lugar al enjuiciamiento de civiles como Blaquier, Massot, Papel Prensa, entre otros).

Como se ha dicho muchas veces, las intenciones del ex presidente Alfonsín eran buenas. Pero sólo en el 2003, cuando, en palabras de Hebe de Bonafini, llegó “uno de nuestros hijos a la Casa Rosada”, se pudo avizorar un horizonte de justicia, sobre el que hay que seguir trabajando”.