“Ladrón de ilusiones” ● Claudia Beltramino

Ninguna relación es indiferente al paso del tiempo que casi regularmente la degrada. Son excepcionales los casos de relaciones que se vuelven más saludables con el paso de los años. Sea cual fuere la relación, desde una amistad a un matrimonio pasando por una sociedad empresaria es imprescindible buscar los mecanismos que eviten el deterioro de las relaciones personales porque en todos los casos, la interacción de las personas es la que posibilitará o imposibilitará la continuidad de la relación. En ese sentido, es sano advertir que una empresa, un matrimonio, una cooperativa, un gobierno, son, simplemente, las personas que llevan adelante ese proyecto.

El actual gobierno rionegrino nació de una tragedia que pivoteaba entre la sección policial y la política y muerto el líder aglutinador del proyecto, el compañero de fórmula de Carlos Soria, no le dio tiempo al PJ a parpadear cuando depositó sus reales en la calle Laprida. En esta versión el PJ tiene un rol de viuda que en un punto disfrutó. Mientras recibía condolencias y lamentaba su suerte, lo que luego se constituyó como el “albertismo” tomó el timón y colgó un cartel de “no hay más vacantes”

Hay una segunda interpretación que para el PJ es dolorosa pero insoslayable, el titular del PJ rionegrino no se atrevió a soportar un enojo presidencial y para no perturbar el reparador descanso que estaba a punto de iniciar la Presidente, prefirió eludir un llamado a elecciones y aunque líder del infinitamente mayor paquete accionario del FpV, dejó que el ex intendente filo radical de estrechísimos vínculos con Daniel “Fino” Sartor, tomara el lugar de Carlos Soria quien finalmente gobernó apenas 20 días. Un suspiro.

Alberto Weretilneck asumió un gobierno peronista sin serlo, después de 28 años de radicalismo. Estaba a prueba con el PJ y con la legión de históricos votos radicales que votaron a Soria en el convencimiento de que la promesa de un Estado ordenado con corrupción 0 marcaría el inicio de un futuro promisorio.

Weretilneck usó todo y a todos. Su primera elección fue mantener una imagen y para eso eligió a Martín, el hijo del líder que una vez muerto, como siempre ocurre, adquirió una categoría de semidios. Martín Soria estuvo por meses en el sitial de honor.

Su segunda elección fue el método. Todo lo que podía ser sujeto de algún vínculo con los 28 años de administración radical, debía se disciplinado a como fuera. Con la ayuda de Hugo Lastra, se confeccionaron listas negras en las que la renovación de contratos dependía de la condición de afiliados a uno u otro partido. Así la columna en la que aparece UCR tiene al lado un NO escrito a mano alzada.

La subsecretaría de DDHH del municipio capitalino recibió de los empleados públicos un enorme número de denuncias por maltrato y cuando se le consultó al gobernador que había sido depositario de esta información, desestimó su valor al indicar que eran apenas 3, lo que es una mentira flagrante, y las relativizó en tanto muchas de ellas eran anónimas. El Gobernador ignora que existe la figura del denunciante anónimo.

Así la estrategia para ganar el poder que no tenía fue vertebrada en el hostigamiento a los empleados públicos, 22 mil de ellos puestos en disponibilidad durante 8 meses y en el uso de la imagen del heredero porque a pesar de que la figura del mayorazgo es una reliquia legal, en el imaginario el hijo siempre representa al padre.

A estas dos patas Weretilneck le sumó la profunda audacia que solo un novio recién adquirido puede mostrar. Por caso, sin que se le moviera un pelo el 2 de marzo de 2012 anunció que en el mes de octubre del mismo año, estarían en construcción 4.877 viviendas. El 22 de abril en los festejos de un nuevo aniversario de la capital rionegrina anunció la concreción de un Centro Ministerial cuya Unidad Ejecutora sería dirigida por el arquitecto Gustavo Casas quien acababa de gastar en solo 4 meses el enorme presupuesto anual de la Defensoría del Pueblo.

Con la asistencia de su adlátere, el ministro gremialista al que ahora podrían expulsar del Unter, Marcelo Mango, Weretilneck no dejó de entregar netbooks. En algunos casos las entregaba y luego las retiraban porque hacían falta para la foto siguiente, en otros casos, los chicos pudieron conservarlas. Lo cierto es que, dos años después y en función de resultados académicos poco satisfactorios, a todos nos queda claro que en este caso, entregar netbooks o entregar MP4 hubiera provocado el mismo corolario.

Martín, temor y mentiras para ese 2012 que culminó anticipadamente en agosto del mismo año cuando por motivos insondables el presidente del PJ, el Senador que desde hace años sobrevuela los gobiernos rionegrinos como una especie de pretor dadivoso, clavó una pica en Flandes y en agosto del mismo año, con acto en local de la Muocra en Viedma dio por terminada la relación amorosa, partió el bloque oficialista, se llevó un importante número de legisladores a lo que luego sería el bloque Eva Perón y una severa herramienta de negociación parlamentaria y en su discurso aludió a los contratos petroleros imponiendo la mancha de aceite que hoy se expande hasta llegar a la justicia con graves acusaciones.

Podríamos pormenorizar el relato de las arbitrariedades, torpezas, mentiras y vulneraciones constitucionales que ocurrieron en 2012 pero a decir verdad, formamos parte de los escasísimos medios de comunicación que informaron sin genuflexiones durante ese año y el siguiente. Ya en 2014 parece que el colectivo empieza a completarse.

Gobernar de modo chambón, arbitrario, torpe, mintiendo y vulnerando la Constitución, aunque esto ocurra con la anuencia del PJ rionegrino y el silencio cómplice de un radicalismo que, salvo honrosas excepciones, abandonó a la ciudadanía, claramente no va a redundar en un exitazo. La pelea de pesos pesados de esta semana solo puede sorprender a quienes recién llegan a vivir a Río Negro. Y solo si hubieran pasado los últimos 10 años internados en las islas Fidji.

En las puertas del 2015 era inexorable que de un modo u otro estallara el conflicto que no es otra cosa que un conflicto por el poder y el poder no es otra cosa que un singular número de cajas con las que además de administrar el Estado con una modestia de metas que haría sonrojar a un parapléjico se puede lograr el bienestar personal para un puñados de familias y su descendencia en al menos 5 generaciones.

Cuando quedó evidenciado que el Senador nacional jugaba otro juego y por eso al ganar una vez más el derecho a ocupar su banca mandó a la presidente CFK a cuidar sus rosales en su lugar en el mundo, las aspiraciones a un nuevo mandato de AW se volvieron más urgentes y con su eterna estrategia de golpear primero, apuró una serie de medidas que le servirían de plataforma.

A Pichetto le fue horrible con sus sueños nacionales y su personalidad no parece proclive a reponerse para ser el gobernador rionegrino de Daniel Scioli. O de Sergio Massa. O de quien fuere porque el peronismo podría usarlos de fusibles para expiar culpas y proponer una tercera variante que, incluso, podría eventualmente competir en la Nación con el kirchnerismo que CFK disponga, en la que el Senador no tendría espacio.

Advertido de la escasa voluntad de Pichetto para una nueva confrontación en casa, el gobernador se largó con una medida marketinera y por eso, apenas efectista. El gobernador que un año anuncia con bombos y platillos el 1º superávit en 30 años, media hora después pedía un préstamo bancario para terminar el año 2013, arrancó el 2014 suspendiendo los contratos de 315 funcionarios que luego fue reincorporando casi totalmente. La maniobra parece haber escondido el único y real objetivo, el despido de Fernando Vaca Narvaja y el arreglo de alguna deuda chica con la Defensora del Pueblo que pasó de ganar 70 mil pesos a ganar 22 mil.

Sobre el resultado del mensaje de austeridad en el que Weretilneck anunció incluso que se haría cargo del alquiler de una casa que le gusta más que la que el Estado pone a su disposición y sin que explique como devolverá los 24 meses de alquiler que pagamos todos y que también le correspondía a su bolsillo, llegamos a la apertura de sesiones ordinarias, oportunidad en la que los gobernadores exhiben logros y anuncian objetivos.

Pese a la intensa y desgastante lucha que le significó ampliar a 5 miembros el STJ, estos jueces le devolvieron con mala moneda y solo 2 de esos 5 lo acompañaron el 1º de marzo en el recinto legislativo.

Los intendentes faltaron a la cita. Con la sola excepción de Javier Jiménez (PJ) de Ramos Mexía y del radical y dueño de casa José Luis Foulkes, los jefes comunales abandonaron al gobernador en una absoluta y significativa soledad. En compensación, el protocolo peronista de la legislatura y el màs frentegrandense del gobierno provincial dejaron parado a Foulkes durante las más de tres horas en las que habló el Gobernador. La grosería de esta gestión, siempre tiene cara de intolerancia democrática.

Completamente distinto al Weretilneck temerario que mandaba a la oposición a pedir perdón a Dios de rodillas o que denunciaba corrupción en Horizonte dando cifras que nunca llegaron a la Justicia, en esta oportunidad con tono cansino, mucho tartamudeo y trastabillando a ratos, apuntó a los éxitos obtenidos por caso en Desarrollo Social en donde solo le faltó convocar al Increíble Hulk para eyectar a Ernesto Paillalef; o en Educación en donde debió atrasar el calendario porque una huelga impediría el comienzo de clases; o en Producción en donde se perdió lastimosamente el tiempo con un ministro al que en lugar de eyectar lo degradaron en una subsecretaría, colocando a otro, Haroldo Lebed en su lugar; confirmó la parálisis de la Obra Pública; anunció viviendas, seguramente como en el anuncio de las 4877 que estarían en construcción en octubre de 2012; apuntó el interés de su gestión en la lucha contra la droga a pesar de haberle imputado apenas 22 mil pesos en el año según el Presupuesto 2014; celebró que el área de cultura hubiera exhibido 80 películas 80 y que Producción hubiera emitido mas de mil permisos de caza. Cuack.

Cuando horas después, el intendente Martín Soria hizo un paréntesis en la apertura de sesiones del Deliberante de General Roca para lamentar las consecuencias en su ciudad de la parálisis que hay en el gobierno rionegrino, no decía nada que a esta altura, hasta los medios mejor tratados por la billetera del gobierno provincial, no hubieran señalado al menos en una oportunidad.

Las muertes que en 2013 se le imputan al sistema sanitario que conduce el ministro Delfino, un intocable de la gestión AW, la triplicación durante su gestión de la mortalidad materna, los hospitales sin insumos ni profesionales con servicios y cirugías postergadas hasta nuevo aviso no son una novedad, pero cuando Soria lo mencionó despertó la ira del Gobernador.

En esta oportunidad Weretilneck no dudó en usar armamento pesado y contra atacó el roquense, acusándolo de corrupto.

Tampoco este accionar resulta novedoso, recordemos que al díscolo intendente de S.A.O cuando abrió la boca en el temprano 2012 para criticar la gestión de Vaca Narvaja en el Tren Patagónico el gobierno lo castigó con dureza. Desde entonces Iud sabe que a cada cuestionamiento que haga se le cortarán los víveres o en el colmo de la degradación se le contestará con “un carpetazo” que es como se conoce en la jerga de los servicios o la mano de obra desocupada de los servicios, a la distribución de material dudoso con el solo efecto de ensuciar a la gente.

En este escenario se sumó el Coro de Ángeles. En el rincón de Weretilneck hablaron para defenderlo los legisladores Jorge Barragán y Susana Diéguez con argumentos que quedaron condenados al esforzado segundo click de los sitios digitales, es decir que nadie los leyó.

Los intendentes peronistas convocaron a resistir la tentación del juicio crítico y sin la firma de Carlos Pioltti (Río Colorado), Javier Iud (S.A.O.) y M. Eugenia Martini (Bariloche) pero truchando la firma de Mario del Carpio (Jacobacci) que nunca firmó, animaron a sostener la gobernabilidad que según parece desprenderse del mensaje está en jaque. Gracias intendentes peronistas por ponernos en autos.

Por el PJ habló el ministro de gobierno Luis Di Giácomo. Sin remate.

Por la institucionalidad habló la senadora barilochense que olvida que es representante de la Provincia y no de la Pampa Húmeda y presenta un proyecto para reconstruir la Junta Nacional de Granos cuando Río Negro es productora de peras y manzanas pero no, para nada, niet, de granos pero que se reivindica haciendo otro proyecto para que Bariloche sea declarada capital nacional del chocolatín.

Más allá de la convocatoria del Juez Igoldi o la vindicación de Martín Soria acusado de corrupto entre otras cosas por negocios vinculados a la cuestión petrolera, recurrencia de la misma denuncia que hizo en agosto de 2012 el senador Pichetto pero que luego olvidó en el camino, debemos recordar que ya vivimos una denuncia similar cuando el extinto Carlos Soria acusó al entonces ministro de gobierno José Luis “Rafucho” Rodríguez de ladrón para explicar luego, en sede judicial, que lo que había querido decir era “ladrón de ilusiones”.

Después de que en apenas dos años el FpV chocara la calesita (frase tomada del extenso diccionario de ocurrencias de Jorge Asis), la preocupación no debería estribar en los enfrentamientos en sí, en cambio, deberíamos tener la garantía que arriba, en la popular, no vamos a pagar los costos de una gestión que de mediocre pasó a duramente cuestionada por los propios, en donde la mayor y excluyente preocupación es mantener los cargos y renovar las bancas.

Difícil describir la situación de Río Negro y peor aún mirar los diferentes escenarios que podrían presentarse.

El cruce de denuncias entre pesos pesados que acaba en la Justicia, (claramente para que no ocurra nada), puede ser tomado apenas como un hito de la lucha por poder y cajas en el oficialismo pero tiene un costo que el FpV parece no advertir y es el juicio de ciudadanos que difícilmente se sientan felices con una mala gestión que sigue perdiendo el tiempo, y esto, es tiempo compartido por Alberto Weretilneck, pero también por Miguel Pichetto que suma a sus legisladores e intendentes, todos acompañados por una oposición que no supera la altura del zócalo.

Claudia Beltramino