Marcada impunidad de los protagonistas de “el cambio” ● María Inés García

garciaLlama la atención que a muchos no les llame la atención el grado de impunidad con la que se mueven a diario varios de los principales protagonistas de este Gobierno provincial del Frente para la Victoria. Los ejemplos son muchos, pero con detenerse en alguno de ellos, alcanzará.

Por la Línea Sur anduvo ofreciendo créditos a los productores el ministro de Producción, Haroldo Lebed, quien se mueve lo más campante a pesar de estar cuestionado ante la Justicia rionegrina ya que su nombramiento viola en forma clara e inequívoca la Constitución Provincial.

Casi al mismo tiempo se conocieron las despreocupadas declaraciones del legislador oficialista Rubén Torres, quien sin ponerse colorado reconoció su doble percepción de haberes, como dirigente de un gremio y como integrante de la Legislatura y lo seguirá haciendo –dijo- hasta que la Justicia determine o no a su favor.

Lo hizo a pesar de que ya el legislador Luis Bartorelli, de su mismo partido, hace más de un año reconocía similar delito al admitir que ejercía su profesión de médico, cuando ello resulta incompatible con su función pública.

Otro caso: Hace dos días el intendente de General Roca, Martín Soria, amenazó claramente a un ciudadano que lo criticó en una carta de lectores. Una actitud violenta a la que ya nos tiene acostumbrados, aunque no debemos acostumbrarnos.

Intolerancia, despreocupación y cierta actitud burlona ante lo que fijan las leyes y desconocimiento de la Constitución. En fin, el gobierno de “el cambio” aplica la política del hecho consumado, situación que pone en desigualdad de condiciones al resto de la sociedad rionegrina.

Lo cierto es que esta sucesión de casos que exhibe esta administración, que como ya señalé no son los únicos, nos debe hacer reflexionar acerca de la impunidad con que ejercen los cargos públicos, poniendo en peligro la organización del Estado en su conjunto.

No tiene porque el resto de los rionegrinos, ocupados en temas cotidianos como la inflación, la caída del poder adquisitivo, la creciente inseguridad, la endeblez de la salud pública, entre otras cosas, tener que discriminar cuándo estas conductas asumidas por sus representantes chocan o no de frente con las normas. Para eso están quienes desde la Justicia, los espacios de participación o sus propios cargos deben marcar los rumbos y sobre todo las desviaciones a las normas.

En todos los casos que analizamos, además de acciones que demuestran un total desprecio por establecido en las leyes y en la Constitución, está además el viejo y erróneo concepto de que “si me votaron, tengo el derecho de hacer lo que se me cante”.

Y ese es el principal error del kirchnerismo y sus socios del Frente Grande en el gobierno provincial. El voto ciudadano le otorga más obligaciones que derechos, deposita en quien fue votado la necesidad de mostrar su probidad en el ejercicio de su función pública y en su vida.

La impunidad (Del lat. impunĭtas, -ātis f. Falta de castigo, según el diccionario de la Real Academia Española) siempre genera descreimiento, sustenta la base de «total no pasa nada» y que una conducta repetida y no castigada a tiempo, se convierte en posible. Esto es lo que lamentablemente hoy muestran los funcionarios rionegrinos, los protagonistas de “el cambio”.

 

(*) Presidente UCR Río Negro