Entre lo posible y lo deseable ● ADN

frente2El título corresponde a un libro de Octavio Gettino, cineasta argentino que integró junto a Pino Solanas y Gerardo Vallejos del llamado “Cine de Liberación”, en los 70. En esta obra relata cual era su proyecto al frente del Instituto Nacional de Cinematografía, en el gobierno peronista de 1973 y lo que realmente le fue posible realizar.

Alberto Weretilneck resolvió al frente del gobierno, por decisión propia y casi en soledad, las medidas oficiales para iniciar una etapa de reducción del gasto público. Un paquete de medidas que asienta sus reales –además de reducir los gastos de funcionamiento- en el achique del número de funcionarios y en los sueldos más altos del Ejecutivo.

En este tránsito resta el tratamiento en la Legislatura de Río Negro –para la sesión del viernes próximo- de los llamados megasueldos de los organismos de control –internos y externos- donde existe resistencia, principalmente de funcionarios de vieja estirpe sorista y roquense, como los vocales del Tribunal de Cuentas.

Las quejas son conocidas en la Casa de Gobierno, principalmente de Juan Huentelaf y Erika Acosta –que valga decirlo tienen a su esposa y esposo, respectivamente, incluidos en el presupuesto provincial- en frontal oposición a que se rebajen sus ingresos con críticas muy duras hacia el gobernador, e incluso se espera una reunión esta semana para plantear la cuestión.

El Tribunal de Cuentas no ocultó nunca su alineamiento con el intendente de General Roca, ante quien juntan los tacos y además hacen galas de esta lealtad prusiana.

Un reciente hecho confirma este posicionamiento: comentarios de una legisladora allegada al vicegobernador, dieron cuenta de una llamada telefónica de Carlos Peralta a Juan Huentelaf – el 28 de enero- donde el titular del parlamento rionegrino recriminó al contador sobre las críticas permanentes de Nicolás Rochas hacia el gobernador Alberto Weretilneck.

Rochas es funcionario del Tribunal de Cuentas, gana más que el gobernador y es la mano derecha de Martín Soria. Se supo que Peralta, en esa conversación, pidió directamente la renuncia de Rochas. Nada sucedió y funcionó el espíritu de cuerpo en un organismo del corazón sorista.

Hay señales en el gobierno para recortar ese poder residual que responde al intendente de General Roca, un claro opositor a Weretilneck. De esta manera se presumen algunos cambios y queda pendiente el futuro de Canal 10 de Roca.

No pasaron inadvertidas las ausencias que anoche tuvo la cena de gala de la Fiesta de la Manzana 2014. Una cita social, pero de fuertes connotaciones políticas, donde el ex gobernador Carlos Soria, y ahora su hijo, tradujeron en una demostración de poder en el Alto Valle rionegrino.

A las ausencias del gobernador Alberto Weretilneck, del senador Miguel Pichetto y del vicegobernador Carlos Peralta y legisladores, entre otras, deja un fuerte mensaje al intendente de General Roca.

Weretilneck avanza en lo posible y estos hechos demuestran que hoy no está en su estrategia sumar a Martín Soria, que por otra parte hizo lo imposible para irritarlo a la vez que se convirtió en el principal opositor del gobierno y personalmente del gobernador.

El estilo del jefe comunal, además de provocativo, no garantiza conductas. Siempre se recuerda cuando le pidió al juez del STJ, Sergio Barotto, que las audiencias en el juicio Freydoz, cuando declararan los hijos, fueran sin público, solicitud que finalmente aceptó la cámara y la fiscal.

Posteriormente cuando se conocieron las críticas públicas por este hecho, Martín Soria declaró a la prensa que la familia no tenía nada que ocultar y que las audiencias tendrían que haber sido públicas. Barotto agradecido.

En el gobierno resta resolver cuantos de los renunciados en el decreto 44/2014 reasumen sus funciones. Habrá nuevos cambios “todo en su medida y armoniosamente” como dijo Perón y con vistas a fortalecer el poder interno del gobernador con vistas al 2015.

En esta construcción el Ejecutivo avanzará a fortalecer la relación con los intendentes, que podrían contarse por partes iguales entre albertistas y pichetistas. Como dijera un encumbrado dirigente –que mejor interpreta al peronismo dentro del gobierno- los jefes comunales se manejan con la lógica del puntero de antaño.

Se interpreta que aquel poder barrial hoy se traslada a toda la planta urbana, donde las necesidades son múltiples y variadas y por lo tanto necesitan recursos, obras y apoyo.

Por esta razón se habla de “gestión para la gente” y no de “gobierno para el pueblo” porque no hay modelos de desarrollo urbano sino sólo gestores.

Esta realidad hace a los intendentes, incluso a los legisladores, dependientes de los favores del Ejecutivo para poder desarrollar políticas de captación en sus circuitos y ciudades. El favor con doble tránsito de ida y vuelta amplia la base de compromiso político con el poder.

No es neutra en el devenir político del oficialismo la situación económica-financiera. Las medidas de contención del gasto centralizan decisiones, ordenan y realinean conductas y de esta manera el único que siempre puede ayudar es el gobernador.

Esta política de aprovechar la plusvalía de la gestión fue el puntal del crecimiento del senador Pichetto, con un poder cuasi paralelo al Ejecutivo provincial, situación que por ahora se mantiene aunque habrá que observar el desarrollo de la situación nacional y la permanencia del rionegrino al frente del bloque de senadores oficialistas, como así también alguna candidatura nacional.

Miguel Pichetto está presente en Río Negro y siempre vuelve para ser candidato a gobernador. Esta vez no hay motivo para la excepción.
Los suyos dicen que todo se define a principio del 2015 y mientras tanto se trabaja en la provincia. No habrá pelea con Weretilneck y seguirá apoyando al gobierno…luego se verá.

No faltan quienes insisten en el argumento de la necesidad de un gobernador peronista. A decir de un dirigente viedmense “los que anduvieron siempre con el peronómetro, perdieron”.

¿Seduce hoy el justicialismo? Pregunta que no está ausente en los análisis del gobierno. La situación nacional no ayuda y el partido en Río Negro tiene una representación excluyente: Miguel Pichetto.

La resolución del futuro tendrá dos ámbitos, el Frente para la Victoria con el PJ orgánicamente en su seno, o el FpV con un sector del justicialismo y otras fuerzas aliadas.

Ser o no ser, esa es la cuestión. Esta famosa premisa es el dilema a resolver, ya sea en elecciones como las PASO o en las internas justicialistas y este debate tiene directa ingerencia en las decisiones de Weretilneck cada vez que mueve una pieza en el gobierno, resuelve cambios o fortalece alianzas.

Se avecinan tiempos de paciencia en el armado de las fuerzas políticas que competirán en el 2015. El escenario pretendido en el oficialismo es “mejor todos juntos”, hoy difícil de preveer.

En la oposición se trabaja silenciosamente en el armado de un frente electoral entre radicales y el frente progresista, con Bautista Mendioroz y Magdalena Odarda como puntales. Una fractura en el espacio gubernamental y sus partidos alienta posibilidades.

La cuestión nacional no es menor. Unos y otros lo saben. Devaluación, inflación, aumento de precios, inseguridad, etc, y como si fuera poco los dimes y diretes con el “Futbol para todos” opacan el futuro del gobierno y nublan el horizonte.