Confirman condenas a una pareja por robo de moto y otros hechos
Roca (ADN).- Las máximas autoridades judiciales de la provincia de Río Negro confirmaron la sentencia de la Cámara Tercera en lo Criminal de General Roca que impuso duras condenas a un hombre y una mujer por el robo de un moto y otros hechos.
A uno de ellos se lo sentenció por el delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego, abuso de armas, resistencia contra un funcionario público en ejercicio legítimo de sus funciones, en concurso ideal con lesiones leves y portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización, todo ello en concurso real”.
Juan Ramón Riquelme recibió pena de ocho años de prisión, con accesorias legales y costas, e inhabilitación especial para portar armas por el doble de tiempo de la condena.
Además, se le unificó esa pena que le impuso la Cámara Segunda del Crimen General Roca en nueve (9) años y seis (6) meses de prisión, como autor de “robo agravado por el uso de arma de fuego, abuso de armas, resistencia contra un funcionario público en ejercicio legítimo de sus funciones, en concurso ideal con lesiones leves y portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización, encubrimiento agravado, todo ello en concurso real”.
En la misma sentencia, el Tribunal también condenó a Noelia Natalí Curín, por el delito de robo agravado por el uso de arma de fuego y le impuso la pena de seis (6) años y ocho (8) meses de prisión, con accesorias legales y costas.
Contra la sentencia, Riquelme “apeló” por su cuenta, lo que motivó el recurso de casación de su defensor, doctor Gustavo Jorge Viecens.
Por su parte, la doctora Karina Andrea Tesán, en el carácter de defensora Curín, interpuso recurso de casación.
Con relación a la reconstrucción histórica de los hechos, Viecens afirmó que existen tres versiones acerca del hecho imputado, porque los imputados y la víctima Sosa expusieron diferentes relatos de los hechos. Agregó que los imputados negaron la versión de Sosa y explicaron de manera lógica la verdad del desapoderamiento.
Por otra parte, Viecens adujo que “el hecho se cometió con violencia en la persona de Sosa, pero no se agravó por la utilización del arma de fuego, toda vez que, siguiendo el relato de la víctima y de la coimputada Curín, la exhibición del arma de fuego no tiene eficacia probatoria porque no produjo la intimidación de Sosa que finalmente se trenzó a golpes de puño con Riquelme”. Por ello, afirmó que la conducta de Riquelme queda atrapada en la figura del robo simple, abuso de armas y portación de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización.
Se atribuyó a los imputados la comisión del hecho ocurrido el 27 de diciembre de 2011, alrededor de las 23 en el domicilio del denunciante, Marcos Rafael Sosa, en calle Libertad 2839 de General Roca], donde se hizo presente Curín, quien golpeó las manos y al salir Marcos Sosa, le manifestó si podía llevarla a la cancha, por lo que el denunciante se dispuso a sacar su motocicleta, observando en ese momento que Curín está acompañada por una persona de sexo masculino, delgada, de 1,75 mts. de estatura, quien resultaba ser Juan Ramón Riquelme.
Al sacar la motocicleta a la vereda, Riquelme extrajo de entre sus prendas un arma de fuego, de la cual no poseía la legítima autorización para su tenencia y/o portación y con la misma apuntó a Sosa a quien le exigió la entrega del rodado. Este descendió de la moto e intentó arrebatarle el arma a Riquelme, quien en el forcejeo le efectuó un disparo a Sosa a la altura de la cara, el cual no alcanzó a impactarlo, pero éste logró sujetar por un momento el arma de fuego de Riquelme y comenzó a golpearlo en el rostro.
Finalmente, según el expediente, Riquelme se reincorporó y volvió a apuntar a Sosa con el arma, por lo que éste huyó a su vivienda mientras Riquelme le efectuó otro disparo, sin lesionar al denunciante. Mientras todo esto ocurría, Noelia Curín observaba la escena, sin auxiliar de manera alguna a Sosa. Después, Riquelme logró apoderarse de la motocicleta de Sosa y huyó del lugar.
Rato después, el imputado hirió levemente a un policía en un brazo. (ADN)