Licuado de Poder ● Claudia Beltramino

Diciembre de 2011. Carlos Soria había ganado las elecciones y desembarcaba en Viedma con la fortaleza de un vencedor. Su familia y un pequeño ejército lo acompañaban para lo que sería una gesta peronista que, en el imaginario popular, corregiría la pérdida absoluta de rumbo en la declinación de las gestiones radicales.

Carlos Soria era todo energía, vitalidad, liderazgo. En el escenario nacional todavía soplaban vientos favorables. Sin la zozobra de un gobierno provincial de distinto signo político, con el cielo peronista cobijándonos, la promesa de un Río Negro mejor, ordenado y eficiente estaba en marcha.

Diciembre de 2013. En un panorama nacional de gobierno en despedida, cuando la plata escasea, las tarifas suben, la inflación nos roba el salario, la inseguridad es una deuda insalvable, y todo junto funciona como lastre, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck se suma a las 17 provincias que aceptan renegociar cada 3 meses la deuda de casi 4 mil millones que mantiene con la Nación.

A la renegociación trimestral de una enorme deuda, lo que deja a Río Negro sin el aliento imprescindible como para planificar y ejecutar políticas a mediano o incluso, corto plazo, hay que agregar que al presupuesto 2013 hubo que auxiliarlo con un préstamo bancario de 250 millones para pagar la segunda cuota del aguinaldo.

Al préstamo que nos subsume en una ampliación de deuda, hay que sumarle que lo que sería un acuerdo con el Banco Patagonia y un pull de otras entidades, quedó apenas en “otras entidades” menos exigentes a la hora de los requisitos por lo que es posible inferir que la tasa será más elevada.

Al flamante crecimiento del endeudamiento hay que agregarle el acuerdo que el jefe de la policía Fabián Gatti y el ministro de seguridad Oscar Albriéu concertaron con la policía rionegrina, lo que redunda en aproximadamente 450 millones extra en el Presupuesto 2014 pergeñado y votado en la Legislatura provincial apenas unos días antes, durante el mismo mes de diciembre.

Las deudas a proveedores como a empresas constructoras más el atraso de la coparticipación a los municipios, no hace otra cosa sino avivar el fuego del descontento.

El poder no es otra cosa sino una relación que se ejerce y este ejercicio entre partes, se desarrolla según sean las condiciones que imperen en ese momento. Con claridad meridiana, diciembre de 2011 es casi la antítesis de diciembre de 2013. La autoridad para ejercer el poder de que disponía Carlos Soria, no es ni aproximadamente la que le toca a Alberto Weretilneck.

En diciembre de 2013 ya no es posible ejercer el poder del modo en que era posible en diciembre de 2011. Es un hecho.

Independientemente de las condiciones personales de los dos últimos gobernadores, más allá de los escenarios que cada uno obtuvo en suerte, la relación entre Carlos Soria y la ciudadanía para ejercer el poder y la que mantiene Alberto Weretilneck con el mismo propósito van de más a menos y en este déficit radica gran parte de la crisis que se niega.

Los hechos hablan por si solos y definen sin parcialidad alguna, un patrón.

2011 – Carlos Soria imaginó una ley de Prescindibilidad/Disponibilidad cuyo propósito era achicar la planta de empleados públicos. El 29 de diciembre, el entonces titular del populoso bloque del FpV, Carlos Peralta, presentó el proyecto en la Cámara donde obtuvo la aprobación por mayoría.

La ley que dejaba en el limbo de la inseguridad laboral a más de 20 mil empleados públicos no mereció ni un pasacalle colgado al amparo de la madrugada. Será que el miedo no es zonzo y el poder del que gozaba Carlos Soria y el respaldo con ribetes de fanatismo por parte de sus funcionarios, abortó cualquier atisbo de reclamo.

Paradójicamente, si hubo una protesta por la derogación de la prohibición de uso de cianuro en la megaminería que de proyecto pasaba a política de Estado y que también fue aprobada en la misma jornada legislativa, después de la entusiasta defensa de la vivaz legisladora barilochense Arabela Carreras quien dos años después se autoimpuso un rol casi monacal.

La ley de Presupuesto 2012 presentada por el ejecutivo ingresó a la Legislatura provincial sin las firmas correspondientes. El secretario Legal y Técnico de entonces, el abogado Nicolás Rochas corrigió el error falsificando la firma de Carlos Soria que no estaba en Viedma y que ya no volvería. Un silencio ominoso desde la política sobre este accionar y varios meses después un fiscal logra una envidiable jubilación, no sin antes haber asegurado que esta falsificación de firmas no afectaba el espíritu de la ley. Rochás fue eyectado aunque la suerte lo acompañó y hoy en el “Bibunal” de Cuentas percibe un salario muy superior al del Gobernador.

Al homenaje que el Poder Judicial hizo legitimando una firma falsificada podría agregarse un extenso listado de acciones que ofendieron, lastimaron, deshonraron a gran número de rionegrinos sin que esto mereciera un solo gesto de la oposición y la ciudadanía temerosa esperaba.

Tal vez sea Fernando Vaca Narvaja la síntesis más ajustada a esta propuesta sobre el poder como relación entre partes, tomando como punto de partida al mes de diciembre de 2011 con Carlos Soria a la cabeza y diciembre de 2013 con Alberto Weretilneck al frente del gobierno rionegrino.

Vaca Narvaja, cuyo único antecedente profesional estaba ligado al emprendimiento habitacional Sueños Compartidos, propiedad intelectual de la empresa montada por la Madre de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y gerenciala por Sergio Shocklender que en ese tiempo era su “hijo del corazón”.

Sueños Compartidos no solo resultó un fracaso sino que en la actualidad enfrenta una lluvia de demandas judiciales en su contra. En Bariloche, el hombre designado por Shocklender, era Fernando Vaca Narvaja, montonero retirado y ex empresario del rubro gomas.

Carlos Soria, en ejercicio de poder, nombró al cuestionado cordobés como titular del Tren Patagónico y Vaca Narvaja revolvió la empresa, despidió profesionales, sumó al personal a varios eyectados de otras empresas de ferrocarril, atemorizó a empleados al grito de “soy montonero y no tengo miedo a nada” y no conforme con todo esto, en enero de 2012 convocó a una conferencia de prensa en la que se sumó al discurso de los 28 años de desgobierno, brindando un penoso informo sobre la situación del tren al que describió como “atado con alambre”.

Naturalmente, arrastrado por su mesiánica formación, el ignoto funcionario, aprovechó la volada para anticipar que a su cargo, el tren sería un ejemplo de eficiencia y calidad, no como cuando estaba en manos de esos radicales.

Dos años después, el mismo funcionario celebraba el récord de ventas de pasajes de tren para toda la temporada y una semana después debió hacer pública la salida del servicio de transporte hasta nuevo aviso.

El papelón que deja incomunicados a gran parte de los ciudadanos de la Línea Sur, adquiere categoría de jalón en el análisis del deterioro de poder de la gestión que ganó las elecciones el 25 de septiembre de 2011 en tanto abrió la puerta a una tragicomedia de enredos.

Después de que el Gobernador pidiera la renuncia del titular del Tren Patagónico, el locutor y animador de boliches, Daniel Fortunatti, el titular de Obras y Servicios Públicos, Fernando Vaca Narvaja, promovió una reunión del directorio del Tren.

Intendentes, legisladores, concejales firmaron un reclamo por dinero para inversiones, reclamo que por fin, resulta un cuestionamiento al Gobernador y su política.

Esta claro que ni Vaca Narvaja, ni los intendentes y concejales del FpV que dieron forma al reclamo se hubieran atrevido a cuestionar nada parecido en diciembre de 2011.

2013 – El candidato de la Presidente pierde las elecciones de octubre frente a otro candidato peronista. La suerte estaba echada. Los dos años que separan esa elección de la presidencial serán transitados en el marco de la interna peronista por la sucesión.

En ese escenario la policía cordobesa se embarca en un reclamo con ribetes extorsivos. El gobernador José Manuel de la Sota se asolaba en playas panameñas a la espera de que el gobierno Nacional hiciera su aporte para resolver el conflicto. Cuando la guerra estalló, el gobierno nacional se mantuvo indiferente a la espera de que semejante pandemonio royera la imagen del gobernador peronista pero enfrentado al gobierno nacional.

La jugada les salió horrible a ambas partes porque el perjuicio ocasionado a los ciudadanos cordobeses que encima fueron tratados como extranjeros, peor aún, el corolario del infierno cordobés fue que despertaron un reclamo que se contagió a varias provincias.

En el caso de Río Negro, alcanzó con apenas unas movilizaciones cuya mayor fortaleza estuvo en la ciudad capital y que obtuvo casi inmediata respuesta con un arreglo que el ministro de gobierno Luis de Giácomo calificó de “histórico” pero que, en 24 horas, provocaron el temible efecto contagio y el total de los trabajadores públicos reclamaron por el incremento de un básico de 10 mil pesos.

Si en diciembre de 2011 se legislaba la Disponibilidad sin que soplara una mosca, en diciembre de 2013 el Gobernador Weretilneck hasta dispuso de unos minutos para detenerse a atender el reclamo de los cinco (5) trabajadores autoconvocados a los que les hizo el mismo planteo que repetiría horas más tarde frente a Juan Carlos Scalesi, titular de UPCN.

Claramente, la relación entre partes, a través de la que se ejerce el poder, en Río Negro es en diciembre de 2013 diametralmente distinta a la relación de diciembre de 2011.

No estaría completo el cuadro si no se sumara al análisis al elenco de los habituales socios del poder que hacen posible que los gobiernos duerman sin sobresaltos.

A la cachetada que le dieron los docentes al ministro Marcelo “el mejor sueldo docente del país” Mango, eligiendo para que los conduzca un Mario Floriani muy crítico, hay que sumarle los insultos que recibió Juan Carlos Scalesi cuando, obligado por las circunstancias, encabezó la marcha de los estatales en Viedma o el descrédito que atraviesa Alejandro Gatica, histórico secretario general del gremio de los legislativos, después de que se conociera la liviandad con que manejó los recursos de sus representados y los beneficios personales obtenido de ello.

La dirigencia gremial que fue soporte de la relación que permitió que Carlos Soria ejerciera el poder como lo hizo, hoy está cuestionada, marcando otro signo de un tiempo distinto.

En contraposición, ATE no para de crecer en número de afiliados. No hay dudas de que Rodolfo Aguiar da respuesta a una demanda de los trabajadores públicos rionegrinos, pero, es muy posible que esa demanda supere lo gremial y contenga componentes políticos. Dicho en otros términos, la búsqueda ciudadana para canalizar su oposición o simple malestar no encuentra respuesta en la política, completamente domesticada por el poder, y podría estar volcándose a un gremio que si bien tiene estructura para soportar una eventual confusión de roles, también tendrá que tener la destreza para vertebrar una respuesta sólida.

Finalmente, en este escenario en donde el poder ya no es lo que era y de lo que se colige que la relación de gobernante y gobernados desde diciembre de 2011 a diciembre de 2013 ha dado un giro más que importante requiere estrategias inteligentes.

A pesar del hostigamiento nacional y provincial a la prensa crítica, la sola disponibilidad técnica hace imposible que se pueda esconder algún dato. Mientras en diciembre de 2012, desde el gobierno nacional se temía por el efecto contagio de los saqueos de Bariloche, al punto de eyectar al jefe comunal Omar Goye, hoy, el clima juega su peor jugada.

Si el conflicto policial extendido en casi todo el país fue solo un problema de algunas provincias, el calor agobiante y los cortes de luz en Buenos Aires, se vuelven un tema nacional, puestos en la pantalla de cada televisor.

El conflicto policial tenía respuesta comprometiendo un aumento. Los saqueos tienen un freno, desinflando el malestar con subsidios o canastas navideñas. Los cortes de luz y agua no tienen respuesta. No hay posibilidad de una canasta de electricidad o tres descargas diarias de inodoro para el irritado vecino del piso 18.

Todo indica que el escenario nacional, televisado de acá al 31, las 24 horas del día, será de malestar sino de peligrosidad extrema a partir de los cortes en las autopistas porteñas, con vecinos acalorados, sucios, enfurecidos a los que no se les podrá dar ninguna respuesta.

En Río Negro, sin oposición, sin PJ respaldando, sin dirigentes gremiales complacientes, con inflación para muchos y megasueldos para unos pocos, con funcionarios que ni aparecen por sus lugares de trabajo y con un presupuesto para el 2014 que arranca con 250 millones abajo, por un préstamo bancario y 450 millones que habrá que inventar para cumplir con la policía, una cita con los gremios en febrero que ni en sueño podrán dilatar con el cuento de que cualquier incremento será retroactivo a enero y el poder de diciembre de 2011 casi enteramente licuado en diciembre de 2013, mejor haría el Gobernador rionegrino en reflexionar seriamente.