La protesta en las calles ● ADN

ateY un día… los estatales rionegrinos volvieron a ganar la calle. El reclamo es salarial, pero también subyace bastante bronca contenida por malos tratos, atropellos y persecuciones.

El gobierno se equivocó en su relación con los empleados públicos, no hubo seducción ni propuestas para sumarlos a un nuevo proyecto gubernamental. Por el contrario se les trató como si fueran cómplices de las gestiones anteriores en cada ministerio y organismo. Nada peor que el resentimiento y la venganza.

El conflicto policial rionegrino, que culminó –por ahora- de mejor manera que en otras provincias donde hubo saqueos y muertes, fue el magma del volcán que erupcionó y expandió el reclamo salarial en los estatales rionegrinos.

El temor y la falta de conducción del conflicto hicieron posible que el nivel inicial en la fuerza de seguridad rionegrina cuente ahora en teoría con un mínimo de 10.000 pesos, un monto impensado para cualquier empleado público provincial.

En definitiva la policía logró un 35 por ciento de incremento para todo el 2014, un porcentaje que reclama el resto de los estatales que salieron a ganar la calle.

El gobernador está preocupado. Pecó de exceso de confianza o fallaron quienes debieron informarle correctamente y prevenirlo de eventuales conflictos. No tenía en sus previsiones que se desatara la protesta y su resolución le dejó un gusto amargo en el paladar,

En verdad el descontento entre los uniformados estaba en la calle, en los corrillos políticos y en la familia policial. Todos lo sabían menos los jefes, funcionarios y ministros.

Fue una victoria pírrica. ¿Que festejaron Di Giácomo y Gatti? no se entiende. Fue un gesto de grave irresponsabilidad en el marco de una sociedad preocupada que veía en la televisión los ecos nacionales del levantamiento policial.

Fallaron dos áreas claves que vienen desde hace tiempo muy cuestionadas: los ministerios de Gobierno y de Economía.
Luis Di Giácomo procedió con torpeza al hablar de “acuerdo histórico” y prácticamente reconocer un status sindical a la policía. Esta actitud enojó a otros integrantes del gabinete y a muchos funcionarios, quienes no disimularon su desacuerdo con el ministro.

El gobernador y algunos de sus colaboradores observaron una conducta antidemocrática en el reclamo policial y vieron una actitud sediciosa en la toma de la Casa de Gobierno en esta capital. La fuerza de seguridad rionegrina no delibera ni fija sus salarios –más allá de la justicia de los reclamos- y responde al poder institucional. Nada había para festejar.

La situación del ministro Alejandro Palmieri, no es más cómoda. Prendió la mecha y ahora tendrá que conseguir plata para pagar los aumentos de sueldos que se sucederán en cascada. ¿Acudirá nuevamente al Banco Patagonia? Sin dudas caminará por el sendero del gobierno anterior –que tanto criticó-y cruzará la playa del estacionamiento de su ministerio para ingresar al ente crediticio.

No hay plata y un nuevo endeudamiento será el paso siguiente. A Palmieri se le desbarrancó el discurso del superávit y la realidad encuentra a las finanzas provinciales con un déficit estimado en una masa salarial completa.

El tema policial dará aún mucha tela para cortar. Alberto Weretilneck piensa ir a fondo con el bisturí para producir cambios en la fuerza de seguridad y se estima que habrá gestos de autoridad y conducción política hacia la policía rionegrina.

También habrá que estar atento como evoluciona la “no realizada” denuncia judicial y ver como se plasma en los salarios los alcances del acuerdo logrado el fin de semana pasado. ¿Están comprendidos todos los escalafones? ¿Incluye a los retirados?

La semana que se inicia será de reclamos y movilizaciones de estatales. Fue evidente en las últimas marchas que el empleado público superó el miedo y quedó atrás el síndrome persecutorio. Incluso la propia dirigencia gremial se ve desbordada en el reclamo con actitudes de rebelión.

En este contexto Weretilneck quiere definitivamente aplicar aquella premisa tantas veces declamada y nunca aplicada para que nadie gane más que el gobernador.

Algunos sueldos se dispararon desde el momento en que el ex gobernador Carlos Soria anunció que se equiparaban las cabezas de los tres poderes del Estado. Nada de eso sucedió y cada uno busca la mejor manera de burlar los topes.

Según el costo salarial mensual total, incluido en la nómina del presupuesto vigente, el gobernador gana 54.658 pesos y por sobre este sueldo, el vicegobernador Carlos Peralta percibe 55.205 pesos, el contador general de la provincia, Juan Domingo Khon, gana 68.302 pesos, el Fiscal de Estado, Pablo Bergonzi, 57.921 pesos y la Defensora del Pueblo Nadina Díaz, 61.996 pesos.

Por su parte el Fiscal de Investigaciones Administrativas Marcelo Ponzone, gana 61.111 pesos y fijó su salario por fuera de las pautas que en su momento sugirió el propio gobernador que envió un proyecto de ley a la Legislatura que nunca fue tratado.

El Tribunal de Cuentas también se fijó sus sueldos con modificaciones respecto del sistema anterior en la bonificación por antigüedad. Ahora Erika Acosta y Juan Huentelaf perciben 61.227 pesos, mientras que un secretario gana 60.871 pesos.

Este tribunal de dos, pasará a partir de la semana que viene a ser un unicato ya que Erika Acosta emprende un viaje a Estados Unidos antes de navidad y comienza el receso. Huentelaf quedará sólo y cualquier resolución oficial que disponga tendrá que buscar ahora dos subrogantes para las firmas.

A estos sueldos que superan el ingreso del mandatario provincial –hay muchos más- se suman otros ingresos por bonificaciones, incentivos, gastos de telefonía, viáticos y reconocimiento de alquiler, como en el caso de la Justicia que asciende a 11.000 pesos. Esto resulta llamativo porque de los cinco jueces del Superior Tribunal de Justicia, tres tienen casa oficiales en el barrio del boulevard Ituzaingo e Irigoyen y los dos restantes cuentan con vivienda propia en Viedma, ¿Para qué entonces el reconocimiento?

El gobernador Alberto Weretilneck piensa en una nueva etapa de su gobierno para el año próximo, donde no habrá espacios para conductas desleales o producto de las internas políticas.

De esta manera decidió descabezar la conducción de Canal 10 de Roca, que implicaría el desplazamiento de Julián Goinhex y Victoria Argañaráz, el primero alter ego del fallecido ex gobernador y la segunda, cuñada de Martín Soria.

Esta emisora es un instrumento de comunicación de mucho poder para el intendente roquense y si algo caracteriza a la línea editorial periodística y de programación es la ausencia de información oficial del gobernador y ministros enfrentados con el jefe comunal, es el canal de oficial de Soria.

Por su parte el intendente de Roca –quien anunció su postulación a la gobernación- no pierde oportunidad para criticar a Weretilneck y fue duro respecto del conflicto policial. Dio muestras de conocer en detalle los números de las finanzas públicas, datos que estiman en la Casa de Gobierno fueron entregados desde el ministerio de Economía.

El gobierno pasó una prueba complicada con el levantamiento policial y resta aún satisfacer los reclamos del resto de los estatales.

Debe tomar conciencia que hay un estado de conflictividad en cierne, que se agrava con la llegada de fin de año.