La ciencia política patagónica ● Pablo Bulcourf

Hace quince años nacía la primera carrera de ciencia política en la Patagonia; la Universidad Nacional del Comahue había tomado la decisión de implementar una licenciatura en la sede Zona Atlántica donde se encuentra el ejecutivo provincial rionegrino. Era una empresa desafiante ya que la posibilidad de contar con recursos humanos adecuados era extremadamente difícil.

Algunos colegas locales tomaron el desafío de organizar los primeros pasos; entre ellos no debemos olvidar el trabajo de Paula Sokol y Claudio Menecozzi quiénes tuvieron la ardua tarea de dar inicio a los diferentes cursos por los que iban pasando las primeras camadas de estudiantes. Desde sus inicios tuvimos la oportunidad junto a Martín D´Alessandro de viajar a Viedma para presentar la revista PostData. Nunca olvidaremos la cálida recepción que tuvimos y el entusiasmo que presentaban los estudiantes. Al año siguiente Paula me convocó para el dictado del primer curso de Sistemas Políticos Comparados; fue una de mis mejores experiencias como docente. Los alumnos estaban muy contentos y compartían dos días intensos de trabajo los viernes y sábados; pero como si esto fuera poco solía quedarme también los domingos y aprovechábamos para recorrer la región e intercambiar visiones sobre el desarrollo de la disciplina. Muchos de ellos hoy en día son profesores en la carrera como Daniel Ayala, Eliana Medvedev y Magda Reyes. Otros colegas también se animaron a viajar a Viedma para darle un empujo a la nueva carrera, desde Córdoba venía Alejandra Ciuffolini para enseñar teoría política y desde Buenos Aires Mariana Souto Zabaleta, quien se encargó durante diez años de desarrollar las relaciones internacionales en el CURZA y continuar con el dictado del curso originariamente a mi cargo. Posiblemente Mariana haya sido la “profesora viajera” que más haya permanecido y echado raíces en Viedma realmente con una enorme vocación de trabajo. Los historiadores han realizado un aporte importante ya que gran parte del plantel docente “local” estaba integrado por aquellos que habían desarrollado esta carrera en la institución. La mirada personal siempre es relativa y posicionada y seguro uno es injusto al mencionar principalmente a los que somos politólogos y realizábamos esos viajes hacia Viedma.

El desarrollo de algunos posgrados “a término” fue otro importante desafío. En una primera instancia se desarrolló un acuerdo con la Universidad de Buenos Aires para el dictado de la Maestría en Políticas Sociales y, posteriormente, con la Universidad Nacional de Rosario con su Maestría en Estudios Políticos; aquí también hay que destacar el trabajo y dedicación de los colegas rosarinos como Gastón Mutti y Beatriz Porcel, quien a su vez también se desempeñó en la carrera de grado. Y claro, no hay que dejar de mencionar el trabajo de Cristina Díaz, que sin lugar a dudas, es la principal abanderada de la ciencia política en nuestro país; todavía recuerdo algunos almuerzos y cenas en la orilla del Rió Negro discutiendo la necesidad de extender las “fronteras” de la disciplina a lo largo de nuestra amplia geografía.

Posiblemente el acontecimiento más importante de la carrera haya sido la realización de las Primeras Jornadas Rionegrinas de Ciencia Política, un desafío enorme que muchos de nosotros preparamos durante meses. Sin demasiados recursos pudimos hacer de Viedma un centro de congregación de estudiantes de todo el país convocando a destacados colegas como Arturo Fernández, Julio Pinto, Jorge Meyer, Gabriel Rafar, y María Elena Martin. Aquí no debemos olvidar la labor de José Gómez quien lamentablemente ya nos ha abandonado. Esta empresa fue enorme, desde Buenos Aires trabajamos junto a Juan Cruz Vázquez, Lucas Jolias y Nelson Cardozo; desde Viedma Eliana Medvedev, Mónica Larrañaga, Miriam Maldonado, Magda Reyes, Claudio Menecozzi y Franco Consiglio dejaron sus horas de sueño para que todo marchara correctamente. Ese evento también abrió las puertas a la reflexión sobre la enseñanza de la ciencia política ya que contamos con la participación de Sergio Trippano y Mariano Diodati que junto a Julio Pinto y bajo la coordinación de Nelson Cardozo llevaron a cabo una mesa interdisciplinaria sobre los desafíos de la enseñanza disciplinar. Las políticas culturales estuvieron presentes en la inusual articulación entre la gestión, la investigación y la docencia con el desarrollo de una serie de paneles, organizados por Mónica Larrañaga, con representantes de La Pampa, Río Negro y Neuquén y la participación del Consejo Federal de la Función Publica representado por Oscar Moreno.

Pero estas jornadas fueron la culminación de muchísimas actividades que durante estos quince años se fueron desarrollando en la carrera de ciencia política. Año a año fuimos recibidos innumerables veces en Viedma para realizar jornadas, seminarios y charlas que han ido cementando la disciplina en la meseta patagónica. Otras carreras se fueron creando mirando al sur posteriormente como en la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco” donde no debemos dejar de nombrar el trabajo de colegas como José María Ramón y Sebastián Barros y este mismo año en la nueva Universidad Nacional de Tierra del Fuego.

No quiero dejar de mencionar la labor cotidiana de quienes enseñan en el CURZA, ellos son los que mantienen la llamarada de la ciencia política encendida y contribuyen como pocos a que nuestra disciplina se desarrolle, y hoy en día ocupe un lugar destacado tanto a nivel regional como internacional. Mis agradecimientos a Osvaldo Olonso, Daniel Wellschinger, Hernán Pose, Daniel Ayala, Claudio Menecozzi y Eliana Medvedev. No me queda más que llamar a los estudiantes para que se comprometan con esta vocación que poco a poco se convierte en profesión. Hace ya unos años, escribimos junto a Juan Cruz Vazquez un pequeño artículo titulado “La ciencia política como profesión” representaba no solo una producción académica sino una toma de partido por aquello que habíamos elegido como un medio de vida. Que eso no sea un simple slogan, una letra muerta … los invitamos a seguir construyendo el apasionado camino de la ciencia política en la Argentina.

Pablo Alberto Bulcourf

Profesor e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es el Secretario General de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) e integra el Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP). Ha sido el primer profesor de Sistemas Políticos Comparados de la Carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Comahue.

Título original: La ciencia política argentina está de fiesta: a 15 años de la creación de la licenciatura en la Universidad Nacional del Comahue.