Gobierno rionegrino, una ficción ● Leonardo Ballester

ballesterEl Gobierno rionegrino ha  promocionado,  desde diciembre de 2012,  contar con un logro extraordinario: “Tenemos superávit”, sostenían el ministro de Economía, Alejandro Palmieri, y el vicegobernador Carlos Peralta creyendo que esta quimera lograba entusiasmar al bloque oficialista, arrancando aplausos y vítores, luego de la aprobación del presupuesto.

Afirmaba el vicegobernador en diciembre de 2012,…”.El  Gobierno rionegrino ha logrado un superávit, de 48.000.000 millones de pesos, somos eficientes, buenos administradores, y previsibles en nuestro accionar”… Muchos rionegrinos estaban alentados a pensar en Río Negro como la Suiza Argentina.

La relativa paz social, con la excepción de los lamentables episodios de Bariloche. Los empleados públicos desmovilizados, temerosos de ser despedidos por un Gobierno indolente e intolerante. El sector productor, cansado de luchas con magros resultados, eran los elementos necesarios para creer en un gobierno que promocionaba una administración, en teoría ordenada.

El relato oficial del superávit daba buenos resultados, la sociedad rionegrina creía en él. Esta información infundía esperanza en todo el sector público y privado.

Las conclusiones que se obtenían, eran que si el Gobierno tiene dinero a favor, seguramente aumentará los salarios de los empleados públicos, si mejoran los salarios habrá mayor consumo y se beneficiara también al sector  privado.

La realidad socioeconómica de diciembre de 2013, lamentablemente, para todos los rionegrinos nos indica que el Gobierno Provincial nos vendió una ficción; nunca tuvimos superávit, nunca hubo dinero a favor en las arcas públicas, todo lo contrario y a las pruebas me remito.

El gobierno termina el año peregrinando por todas las plazas financieras tratando de obtener 250 millones de pesos para el pago de salarios, solución para hoy y conflictos para mañana.

Anunciando el cierre de todas las escuelas de Policía para el 2014, entendiendo que la seguridad no es importante.

Anunciando que no habrá refacciones, obras, en comisarías, ni en cárceles, como si los derechos humanos no fueran prioridad.

Anunciando el cierre del Tren Patagónico que une Viedma con Bariloche, haciendo de cuenta que allí, en la Línea Sur no vive nadie y no es necesario transporte alguno.

Similar al relato del INDEC, con Moreno indicándonos, que no hay inflación y  que podemos comer por 6 pesos o Menem anunciando que despegaríamos con un cohete desde Argentina y llegaríamos a Japón, en un par de horas,  nuestro Gobierno provincial, subestimando a la sociedad, también había construido n relato oficial. El relato  oficial del superávit, era solo eso: un relato, un cuento, una narración, una quimera, imaginar algo como posible, no siéndolo.