Entrevista al intendente que Cristina hizo echar por los saqueos

goyeDesde la ventana del estudio de Omar Goye alcanzan a verse los techos de la intendencia de San Carlos de Bariloche. Ese lugar del cual fue expulsado el 8 enero de este año. Dos semanas después de los saqueos que conmovieron a la ciudad y, en un efecto dominó, al resto del país. Goye está mucho más delgado que cuando recibió con angustia la noticia de que su presidenta Cristina Fernández lo quería fuera del municipio. Una versión asegura que la mandataria lo calificó de «gordo impresentable». Ahora que ha pasado el tiempo asegura tener una mejor perspectiva de los hechos. «En ese momento no daba para tirar más leña al fuego pero ya puedo hablar», le dice a Clarín el ex intendente.

-¿Qué no se supo acerca de los saqueos del 20 de diciembre del 2012 y de su posterior destitución?

-Después de los saqueos vinieron a verme el gobernador Alberto Weretilneck y el senador Miguel Pichetto. Pichetto me dijo que la Presidenta tenía mucha información y que ella consideraba imperdonable que no hubiera podido pilotear esa circunstancia. No creo que hayan llamado a De la Sota el otro día para pedirle que dé un paso al costado por los saqueos en Córdoba. Pero la Presidenta me culpó del efecto contagio.

-¿Se imagina la escena, con la presidenta, el gobernador y el senador recibiendo la orden de quitarlo de en medio?

-Fue así, si no, no habría pasado lo que pasó.

-¿A qué atribuye que no lo haya apoyado el senador Pichetto que es de su propio partido?

-El mismo lo dijo el otro día: la disciplina partidaria está primero. Siguió la orden y en lugar de acompañarme como compañeros peronistas que éramos, me acompañó pero a la puerta y me dieron una patada. Weretilneck no quería un peronista en Bariloche.

-¿Cómo está Bariloche ahora?

-Están aplicando los proyectos que yo dejé firmados. Pero en términos generales está peor porque el país está peor y la inflación nos está comiendo la economía local. El otro día la presidenta dijo que los saqueos estaban orquestados pero nadie es tan «taita» para organizar semejante cosa. Hay necesidades de las que el Estado no se hace cargo. Acá Pichetto anunció obras por 500 millones de pesos. ¿Y? ¿Qué pasó, hermano? En el Alto sigue la pobreza, el turismo es el única fuente de ingresos, no se avanza en cambiar la matriz productiva. ¿Somos Hollywood en Bariloche? ¿Nos sacamos el loto desde que se fue Goye y está todo bien? Lo único que hay es más policías en la calle. Descabezarme fue negar la realidad, como decir, acá no hay pobreza, hay un mal intendente. Yo fui el peor del grado el año pasado.

-¿Cuáles eran sus recursos para afrontar la carencias sociales en Bariloche?

-Del gobierno provincial teníamos 1.800.000 pesos para las cuestiones sociales de todo el año. Es una gota de agua en el desierto con 35, 40 mil personas que viven en la pobreza. Unos días antes se había entregado comida a las familias más necesitadas pero no alcanzaba.

-¿Fueron alentados los saqueos?

-Yo hablé con varias personas que estuvieron en los saqueos y me contaron cómo el propio ministro de Desarrollo Social de Río Negro, Ernesto Paillalef, alentaba a ciertos grupos para que saquearan y para que me sacaran de mi cargo. Estas conversaciones aparecen en una causa que yo inicié en la Justicia. Días antes de los saqueos fue detectada también por una frecuencia policial otra charla en la que se hablaba de secuestrarme. Está en el expediente.

-¿Pero, según usted, el ministro Paillalef actuaba por orden de quién?

-Paillalef continúa en el gobierno, saque sus propias conclusiones.

-¿El gobernador Alberto Weretilneck?

-Weretilneck ya había tenido encontronazos conmigo. Cuando era intendente me quiso hacer firmar de forma imprevista un documento por el cual los ingresos que recibe el municipio por la concesión del cerro Catedral debían ser controlados por la provincia y no por Bariloche. Eran más de 4 millones de pesos en ese momento. Una semana antes de los saqueos Weretilneck me llamó por teléfono y, más o menos, me planteo que yo debía dejar la intendencia. Y esto no es cháchara ni invento.

-¿Volvió a encontrarse con Pichetto?

-En el mismo momento de los saqueos yo estaba en su oficina de Buenos Aires analizando inversiones en Bariloche por 100 millones de pesos en obras públicas. Al día siguiente lo llamé 20 veces yo mismo y otras tantas mi gente. Nunca me respondió el teléfono.

-¿Se presentará a elecciones en el futuro?

-Aun me duele mucho la imagen del día en que me destituyeron. Parecía que estaban juzgando a Hitler, hermano. Lleno de policías por todos lados. Vamos a esperar a que bajen las aguas, después veremos. Yo no salí de un repollo, soy justicialista y gané. A mi me votó mucha gente en esta ciudad.

Claudio Andrade
Clarín