El túnel del que emerge una doble percepción ● Claudia Beltramino

La semana previa a las elecciones, Río Negro fue tapa de los diarios porteños de circulación nacional. Un túnel de 36 metros se había descubierto en la Unidad Penal de Roca y el Poder Ejecutivo tras dos años de recurrentes fracasos, exhibía como un logro el acontecimiento que abortaba la fuga de los presos. ¡Mi perro, al fin, había cazado una mosca!

Claro que las malas lenguas, siempre mal dispuestas con el Gobierno provincial, no se privó de señalar el estupor que causaba la sola idea del tiempo, el esfuerzo, los ruidos, la logística imprescindible para esa obra de ingeniería urgente, que pasó desapercibida a las autoridades del propio penal.

Como sospecharon el Gobernador y su entorno, el detalle menor no eclipsó el logro y el domingo el 50 % de los ciudadanos prácticamente los plebiscitó con su voto para el FpV. Casualmente el mismo % de imagen positivo que le soplan al oído las encuestas contratadas por Weretilneck.

Solo habían pasado 3 días en los que una pléyade de funcionarios de mayor o menor rango, legisladores, concejales y seguramente hasta agentes sanitarios, se disputaron los micrófonos para decir, “en esta elección se consolida el trabajo realizado por el FpV desde que asumimos el gobierno, algunos cosas todavía nos faltan pero, la gente confirma que vamos por el buen camino. La gente quería un cambio y nosotros se lo dimos y ahora, nos hace un guiño con este 50 % de votos al FpV”. En el cuarto día debieron llamarse a silencio.

De Usuahia a San Salvador de Jujuy, la noticia del día era que desde el mismo penal que en la semana pasada se había abortado una fuga de presos al descubrir las autoridades un túnel de 36 metros, se habían escapado 12 presos utilizando…. ¡el mismo túnel!

A los 12 presos había que sumarle otros tres que se habían bajado del móvil policial que los trasladaba, durante un cambio de luz en un semáforo en la ciudad de Viedma.

Infinidad de bromas escondían el reflejo de la inseguridad leído de varias maneras.

A la inseguridad ciudadana se pretendió combatir con un listado inconstitucional que vulnera la garantía de inocencia y en el que el Gobernador apuntó con nombre y apellido a ciudadanos sin condenas. Seguramente por eso reforzó su laxo concepto de constitucionalidad y anunció la creación del Ministerio de Seguridad en el que pondrá a cargo a un ex Juez federal que se hizo el distraído por más de dos años, embolsando esa jubilación a la que le sumó los ingresos y beneficios como diputado nacional.

La Doble Percepción de haberes de Oscar Albrieu es un acto de corrupción sin ninguna duda y si resulta que es el propio gobierno del FpV, el que llegó para moralizar a Río Negro después de 28 años de corrupción incesante y creciente, el que se apresta a negar que la doble percepción de haberes es efectivamente un acto de corrupción que no podrá disimularse con el plan de pago que acordó Albrieu con la Ansés, entonces estamos verdaderamente en problemas.

Mientras Weretilneck disgusta a los suyos porque no tuvo el temple, el coraje o la osadía de nombrar en la Secretaría General de la Gobernación a un hombre de su confianza y debió conformarse con que le permitieran conservar a uno de la confianza de Daniel “Fino” Sartor, Pichetto enoja al peronismo que no sale de su asombro al tener que pedir que se les permita poner a un peronista en el puesto.

En medio los ciudadanos comentan, “¿viste que van a poner al del doble sueldo para ocuparse de la Seguridad?”. Y si, hay algo que al menos avispado, le empieza a hacer ruido. Algo que incomoda a todos.

Sería una verdadera torpeza suponer que ese 50 % de los votos obtenidos habilitan a provocar a la ciudadanía, luego de haberla conquistado con el discurso de “Mani Pulite” y pasar sin punto ni coma a encumbrar a un, por lo menos, “vivillo”, que quiso servirse de la ciudadanía, de la política y del Estado.

A finales de mayo de este mismo año y con un resultado en la administración o “gestión” como gustan decir los que desprecian a la política, del sistema penal, poco menos que deplorable, con muertos, heridos, fugas, motines, el Gobernador decretó la emergencia carcelaria que se traducía en 30 millones de pesos que mejorarían las condiciones de detención y de seguridad en los penales rionegrinos.

De este total apenas se ejecutaron algo de 3 millones lo que explica la decisión del juez Martín Lozada de prohibir el ingreso de presos en la unidad penitenciaria de Bariloche, lo que se suma a la multa que el juez Juan Chirinos le impuso al Gobernador por motivos del mismo orden y a la decisión del Juez Igoldi de prohibir el ingreso de más detenidos al sector de encausados en el penal de Viedma.

El gobierno contesta con una nueva estructura que ayudará a ejecutar los 30 millones designados a la emergencia carcelaria.

Es prácticamente imposible explicar algunas cuestiones y apenas podemos hacer aproximaciones.

El casi 50 % de los votos que podrían confundir al Gobernador y al Senador al mando, haciéndolos suponer que tienen carta blanca para administrar al Estado como si se tratara del pequeño coto de caza de dos príncipes de alguna monarquía perdida en las fotos de la revista Hola, son de una temporalidad que debe tenerse en cuenta y muy probablemente respondan a pasiones o desazones de último momento.

En la misma línea, la “austera” campaña publicitaria de la fórmula Odarda Alvárez que inundó de gigantografías valuadas en alrededor de 6 mil pesos cada una, todo el territorio rionegrino, no podrá cargar con otra acusación, la de haber repartido dádivas a cambio de votos porque si no tuvieron más que fiscales generales en las escuelas, mal podrían haber dispuesto de la mano de obra imprescindible para el ejercicio del clientelismo de campaña.

Hay que decir con todas las letras que Odarda representó la opción de 90 mil rionegrinos, muchos de ellos frustrados con el FpV pero muchísimos más enojados con el radicalismo.

Los radicales por su parte, mirándose ahora en el espejo de una segunda derrota fluctúan entre señalarse unos a otros como traidores, ineficaces, des comprometidos a justificarse en la falta de recursos que antes tuvieron y de los que ahora dispone el FpV desde el gobierno.

Odarda ganó sin esos recursos. No tuvo un ejército comandado por funcionarios menores entrando cada tarde a las distintas periferias de ciudades rionegrinas prometiendo techo, alimento o trabajo y aún así le sacó 10 puntos a los radicales. Claramente fue mejor intérprete de 90 mil ciudadanos rionegrinos, el domingo de la elección, la semana previa, los meses previos, los años previos.

“Ni todo que si ni todo que no”, una pieza antológica que sintetiza la falta de brújula de un radicalismo temeroso de de ser calificado de radical.

Bueno sería que los actores de esta obra, supieran que los porcentajes obtenidos no son más que el reflejo de una circunstancia. En 2011 la Presidente Kirchner se impuso con un 54 % de los votos, la acompañaba Sergio Massa que dos años después le birló la elección de Provincia de Buenos Aires, por afuera y con un partido inscripto 24 horas antes de que expirara el límite impuesto por la ley.