Un radicalismo agotado busca revancha ● ADN

ucrEl radicalismo rionegrino padece abstinencia. Lejos del poder y del control del Estado no encuentra la fórmula de su recomposición. Desde 1983 construyó poder desde la superestructura y hoy perdió el ejercicio de esa mística política y militante convocante que suma adhesiones. Cuesta desde el llano y más aún cuando su dirigencia está agotada y escasa de representatividad.

La derrota del 2012 tuvo un efecto de implosión y sobre las ruinas llegó la inmovilización. El Comité Central es anodino, no hay incentivos que se trasladen a los comités locales, desapareció casi la totalidad del control territorial y subsisten como expresiones el bloque de legisladores de la Alianza, la municipalidad de Viedma y un conjunto de concejales.

La provincia, como el resto del país, se prepara para un nuevo proceso electoral, serán primero las internas abiertas, simultáneas y obligatorias para consagrar candidatos y luego las nacionales de senadores y diputados.

Pero, ¿cuál es la propuesta que tiene el radicalismo para volver a convencer al electorado y sumar adhesiones en las urnas? Un interrogante que lleva directamente a otra pregunta, ¿Quiénes serán los candidatos y los dirigentes partidarios convocantes y capaces de llevar adelante la recuperación del capital perdido?

Al radicalismo pareciera que le queda un solo andarivel posible en esta nueva coyuntura electoral: sumar el voto anti k. Cualquier otra posición tendrá un nuevo castigo ya que la adhesión al gobierno nacional es patrimonio del actual gobierno provincial.

Por otra parte como en el terreno opositor existen otras expresiones políticas obliga al menos a tratar de conjugar esfuerzos, una posibilidad al parecer remota por cuanto la dispersión que hoy se observa en la provincia y el país es la principal fortaleza del gobierno de Cristina Fernández.
Río Negro no es la excepción y la dirigencia que habla a diario contra el kirchnerismo sigue mirándose el ombligo y le cuesta levantar la mirada en busca de otros horizontes.

La oferta de la UCR hasta ahora es magra. Miguel Saiz viene de una dolorosa derrota luego de que el electorado rionegrino se expresara en las urnas castigando su gestión.

Hoy el ex gobernador recuperó en su agonía una bocanada de aire fresco, merced a la pobre y pálida gestión del actual gobierno, sus papelones, la falta de proyectos, desconocimiento de la administración y aquella bandera anticorrupción se le vino en contra. Varios funcionarios dejaron sus cargos sospechados de dudosos manejos en sus gestiones como Julián Goinhex, de la secretaría General de la Gobernación, César del Valle y Marcelo Catini, de Obras Públicas y Néstor Bidegain, de Viarse, entre otros.
Horacio Massaccesi, es un candidato “vintage”. Sus pretensiones tienen más que ver con una reivindicación personal que la posibilidad de generar un verdadero proyecto de construcción de poder desde el radicalismo.

La tercera oferta es la de Fernando Chironi, siempre atento junto a un grupo de seguidores de probar suerte para volver al Congreso de la Nación, un espacio que le cae bien y lo retorna a “las luces y la rosca nacional”.

Chironi trató en los últimos años de alternizar las estrategias del radicalismo rionegrino mostrando lealtad al Comité Central, frente a la heretodoxia de la UCR provincial, siempre díscola en las estrategias electorales y con personalidad propia que la distinguió siempre del contexto nacional

¿Cómo juegan estas postulaciones en el damero interno? De Saiz podría decirse que lo diferencia ser el más cercano al kirchnerismo. Algunos desconfían de él porque lo imaginan sumándose desde la Cámara Alta a la estrategia nacional de Cristina Fernández, de quien podría recibir ayuda. Se muestra optimista y como varias veces  tuvo de asesor a su eventual contrincante Massaccesi, no hay porque  descartar algún acuerdo después de la Convención de la UCR.

A su vez Horacio Massaccesi que perfila un discurso anti K, mantiene estrechos lazos con Miguel Pichetto, puntal en lograr recursos publicitarios para la empresa periodística del ex gobernador. Sus contactos nacionales oxigenan sus necesidades financieras aún en la relación con el gobernador Weretilneck, que se muestra como “tirante” pero flexible. Massaccesi pega con la izquierda pero con la derecha abre las puertas de los despachos gubernamentales.

Repite ante quien quiera escucharlo que quiere ser candidato, le sobra coraje pero le faltan recursos. Un discurso que deja la alternativa de bajarse. Sus principales aliados están en el grupo político de la municipalidad de Viedma.

Chironi ejerce desde el inicio de la era K un claro discurso de oposición al gobierno nacional y espera sumar desde esa tribuna. Su deseo es contar con sectores que responden a Pablo Verani y a Bautista Mendioroz, aquel espacio denominado blanco, rojo y blanco. En este armado también preocupa el financiamiento de la campaña electoral, no es lo mismo tener el gobierno que caminar en la soledad y en las austeridades de la oposición.

Más allá de las distintas alternativas electorales, el radicalismo está falto de un claro discurso convocante y es una incógnita su política de alianzas.
No es una singularidad de Río Negro, sino que sucede a nivel nacional. Los discursos, declaraciones a la prensa y cuestionamientos de su dirigencia tienen mucho de dependencia mediática. Cada lunes, luego del programa estrella de canal 13 de Buenos Aires, surgen por un lado las denuncias penales de “Lilita” Carrió y por otro los pronunciamientos de los principales referentes del centenario partido.

La UCR rionegrina tendrá que pensar seriamente en ese espacio opositor que dejarán las elecciones nacionales, que en otras oportunidades y con éxito aprovechó en la provincia Magdalena Odarda.

La reconstrucción política del radicalismo no se presenta como una tarea fácil, con condimentos de rencillas personales con consecuencias negativas. Tantos años de gobierno aburguesó sus dirigentes, faltó el debate, no se formaron nuevos cuadros y a la par todos los días hay que dar respuestas, responder a las expectativas de los afiliados y ciudadanos en general. Cuesta fijar posición, clarificar conceptos y demostrar que aún es un partido político de alternativa.

Demasiada carga. La implosión no dejó paredes ni vigas maestras. Ahora sólo resta esperar unos días la próxima convención provincial.