Del verbo Defraudar ● Miguel Ciliberto

Privar a uno abusando de su confianza. Estafar, timar. Apropiarse indebidamente. Etc, etc.

Para evitar caer en aquello del pecado de omisión por interés, por convicción o por miedo, debo decir que lo que acaba de salir a la luz protagonizado por Oscar Albrieu, ex juez y actual diputado de la Nación, me llena de vergüenza ajena. Porque alguien que fue tan bien tratado por la suerte y por los decisores políticos, como para ungirlo candidato a diputado en el 2011, después de largos años de no hacer el mínimo aporte a la política, tendría que estar más que agradecido al partido que lo candidateó y a los ciudadanos que lo votaron….sin embargo la ambición y la sensación de impunidad reinante lo cegó.

Oscar Albrieu nos defraudó en los dos sentidos del término. Porque abusó de la confianza y de la esperanza de los rionegrinos que necesitamos tener en el Congreso de la Nación legisladores trabajadores –como los hay – que consigan soluciones a nuestras necesidades como sociedad y también defraudó en el sentido legal del término. Se apropió ilegalmente de dineros a sabiendas que no le correspondían y subrayo a sabiendas, ya que hasta ayer nomás fue juez federal y por poco abocado al trabajo que sea alguien…debe conocer la ley que aplica.

Este clima de Defraudación se ha instalado como una mancha de aceite que se extiende y nos invade de a poco, inmovilizando voluntades, naturalizando hechos. Por ejemplo: cuanto hace que la prensa denunció que en la UNRN, nuestra querida Universidad Nacional, pública y gratuita, había manejos extraños de dinero, viajes al exterior, viáticos permanentes de directivos, pasajes semanales de personal que debería residir en la provincia, nombramientos de una caterva de parientes. Explicaciones, correcciones??? Algún fiscal actuando de oficio?. Nada, cero.
En estos días también se discute la futura conformación del Nuevo Superior Tribunal de Justicia de la Provincia, aumentado a cinco miembros. Algunos valiosos nombres se juegan públicamente, otros…tienen un pasado de cobertura de delitos contra el estado, siendo a la vez protegidos dilectos del régimen radical, como en el recordado caso del vaciamiento del Banco Provincia. Algunos apuestan a la falta de memoria, creo que no lo van a conseguir.

Paralelamente y como marco de esa mancha ominosa que se extiende por la sociedad, nuestros gobernantes nacionales han sancionado la ley de lavado más audaz de la que se tenga memoria. Aun creyendo que Lázaro, Cristóbal, Rudy y Cia. sean inocentes de cuanto se les acusa, el mensaje a los trabajadores y empresarios que pagan sus impuestos es nefasto. Vale especialmente poner sobre el tapete la situación de los trabajadores que pagan compulsivamente sus impuestos, por ejemplo Ganancias, con la consabida negativa a elevar los mínimos no imponibles, ya que esos montos les son descontados automáticamente. Pero una situación de injusticia particular viven los jubilados. Porque el impuesto a las ganancias sobre sus ingresos, que en su mayoría han sido sueldos y no “ganancias”, fue tributado en su momento, cuando estaban en actividad y ahora, como pasivos, vuelven a sufrir el descuento.

Todo lo dicho supone a mi modesto entender una defraudación a la voluntad popular, al mandato conferido, a la necesidad imperiosa de construir una sociedad “normal”, con premios y castigos a quienes merecen ser premiados y castigados y no al revés. No podemos tener candidatos a representarnos a quienes han delinquido, no podemos tener de Jueces Superiores a quienes mostraron su habilidad para hacer la vista gorda, no podemos ceder la responsabilidad de Educar a quienes carecen de ética y se sirven de los bienes públicos como si fueran propios.

Finalmente, hemos señalado en numerosas oportunidades los hechos que considerábamos repudiables de anteriores gobiernos de la UCR. Por esta razón hoy estamos moralmente obligados a señalar los generados en un gobierno que esperamos y por el que trabajamos por 28 años y que por momentos tememos repita frustraciones anteriores. La crítica a los errores, es el mejor aporte de quienes estamos fuera de las responsabilidades de gobernar. Lo contrario es seguir actuando a espaldas de la sociedad, ampliando la brecha de desafección entre los ciudadanos y los políticos.

Miguel Ciliberto
Ex legislador provincial PJ