La calesita con muchas sortijas ● Matías Chironi

chironimDecenas de acuerdos bilaterales y multilaterales, treinta encuentros del Comité de Integración “Región de los Lagos”, unas cuantas misiones de negocios e intercambio, litros de tinta y kilos de papel formalizando acuerdos y relaciones entre nuestras regiones y países.

Tal cual una calesita…muchas vueltas para llegar a ningún lado. Encima, para agregar al mareo generalizado, el calesitero se pasó de rosca y es demasiado dadivoso con la entrega de sortijas.

La integración es una construcción social y por ello es dinámica, multicausal e interdependiente…en pocas palabras es un proceso complejo. Esa característica nos obliga a ser ingeniosos, creativos y audaces, so pena de andar sufriendo las consecuencias de la inercia calesitera, que en cualquier momento nos puede revolear por ahí.

Considerando lo anterior podemos llegar a una primer conclusión: por más que firmemos diez mil papeles, la verdadera integración requiere recorrer caminos concretos. Es decir necesita acción hacia adelante, no círculos recursivos, y mucha, muchísima creatividad para poder evitar los formalismos inocuos. Se requiere ser buen surfista, estar en la cresta de la ola sin darnos esos porrazos que no nos permiten continuar.

Un buen ejemplo de todo esto es el Corredor Bioceánico Norpatagónico. Con el antecedente de una infructuosa Comisión Mixta, creada en la Legislatura en el año 97, la Ley Nº 4014 “declara de interés político, institucional económico, social, turístico, deportivo y cultural, la creación, promoción y desarrollo del Corredor Bioceánico Norpatagónico.”.
En pos de su promoción y desarrollo se crean dos esferas: una eminentemente política (Corporación), integrada por los sectores público y privado; y otra denominada Unidad de Gestión Ejecutiva, encargada de la ejecución de las políticas definidas por el Ente Provincial.

Han pasado ya 7 años desde su creación, y lo único que se puede rescatar son muy poquitas buenas intenciones y algún que otro grueso error. Mucha burocracia formalista (Actas Acuerdo, Cartas de Intención, etc.) que lo único que produce es seguir dando vueltas.

Entre los aciertos están los estudios de base (realizados entre 2008 y 2009), que, si bien no han dado lugar a ninguna medida concreta, sirven de diagnostico inicial de la situación económica, social y de infraestructura de la región. Contienen muchísima información que no fue sistematizada ni sintetizada con el objeto de informar a la sociedad acerca de los potenciales beneficios, y, mucho menos, servir de sustento para originar alguna medida concreta.

El error más importante, y sobre el cual aún hoy insisten algunos dirigentes, es la intención de trasladar el eje cordillerano desde el Paso Cardenal Samoré al Paso El Manso-El León. Si bien no se niega la necesidad de jerarquizar este ultimo Paso, es absolutamente inútil poner todas las pocas energías del Corredor en dicha canasta.

En primer lugar, Chile no quiere ni puede invertir en un camino que no es tal (es sólo una huella). Por otra parte, el ínfimo flujo de personas, bienes y servicios no justifica en lo más mínimo tamaña aventura. Por último, el muelle de Cochamó (hasta donde se pretende llegar en Chile si se cruza la frontera por el Paso El Manso) es apenas eso: un muelle, que recepta pequeños botes.

cochamo

Es evidente que detrás de esta idea hay algún tipo de influencia de los empresarios de Villa La Angostura que se niegan a aceptar el eje centrado en el paso Cardenal Samoré, porque el tránsito por la ruta, que cruza la ciudad, se incrementaría perjudicando su principal actividad que es el turismo.

El otro error importante es más reciente. Se trata de la idea de incorporar el eje norte (Bahía Blanca-Alto Valle-Paso Pino Hachado) al Corredor Bioceánico Norpatagónico, contrariando el espíritu de la Ley 4014 que es justamente contrario a la potenciación de las concentraciones, abogando por el estímulo a la economía regional de la región sur de nuestra provincia. Ademas, dicho eje, por razones de economías de escala y geografía económica, ya está medianamente consolidado.

Entonces, una segunda conclusión sería: los errores en la toma de decisiones constituyeron errores estratégicos que han retrasado, ó directamente frenado, el avance en la promoción y desarrollo del Corredor Bioceánico. A esta altura, la calesita ya es un pomposo carrousel.

Sólo una visión positiva y optimista, sustentada en lo bueno realizado pero con el recuerdo fresco de los errores, nos permitirá, sin dudas, crear las condiciones para avanzar en serio, sin “chachara”, hacia políticas integrales y estratégicas de Integración

Para no abundar en desencantos, a modo de corolario, sólo nos falta bajarnos del bello carrousel, agradecer el paseo, quitarnos el mareo, y enfilar hacia hacia el trencito…

Matías Chironi
matiaschironi@hotmail.com

Título original: La calesita con muchas sortijas: una metáfora de las políticas públicas respecto a la integración