Escuela secundaria: el desafío de pensarla desde nuevos paradigmas ● Juan Carlos Carreño

El ex Secretario General de la UnTER y ex candidato a intendente de Viedma, Marcelo Nervi ha vertido su opinión respecto a varios temas que se incluyen dentro de la transformación educativa propuesta por el Ministerio de Educación.

Aclaro que con este escrito, no pretendo defender ni al Ministro, ni al Ministerio, el Ministro sabe defenderse solo y no necesita defensores.

Pero si es mi intención emitir opinión respecto a la educación media desde mi estado actual de jubilado docente de Nivel Primario atendiendo a la experiencia adquirida en mis años de trabajo.

En primer lugar quiero plantear que el modelo educativo de la Escuela Secundaria, tiene un nuevo paradigma que parte del derecho social a la educación y que definido como política de gobierno, asienta uno de sus ejes en la obligatoriedad de la escuela secundaria.

Desde este marco conceptual, las políticas educativas a implementar tienen un objetivo preciso y una definición política: para que la educación llegue a nuestras alumnas y alumnos, los alumnos y alumnas deben estar en la escuela.

Para ellos educamos y es hacia ellos donde debemos dirigir nuestro enfoque cuando hablamos de una educación verdaderamente formativa, cuestionadora de esquemas teóricos y enfocada a un nuevo tiempo latinoamericano.

Es por ello, que el proyecto “que el verano te sirva” que invita (no es obligatorio) a los alumnos y alumnas que quieran concurrir a la recuperación de contenidos en el mes de enero, parte de la premisa de que las alumnas y alumnos de bajos recursos puedan contar con un espacio propio donde sean contenidos y tengan las mismas posibilidades y oportunidades.

No es verdad que tienda al facilismo (tienen que tener un 80% de asistencia) además, el hecho de la asistencia no implica su aprobación, de hecho muchos alumnos/as que concurrieron no aprobaron. Lo que sí tuvieron fue un marco de contención que en otro momento no tenían.

Para ser honesto tengo que decir que el gobierno anterior implementó un proyecto similar que no incluía la posibilidad de la aprobación.

También quiero referirme a la aprobación o no de la asignatura en este período ya que ha sido uno de los ejes centrales de la crítica.

Empiezo con un interrogante: Si el fin central de la escuela es la distribución de conocimientos ¿a quiénes van dirigidos los conocimientos? ¿Son del profesor o del alumno? ¿Los alumnos, son alumnos de la escuela o son del profesor? El paradigma referencial que tiene la escuela secundaria, es que el conocimiento es del profesor/a, de su propiedad y que él lo distribuye en forma individual, alumno por alumno, por lo tanto solo es él quien debe “medir” ese conocimiento en un examen.

En cambio si la escuela se piensa como construcción colectiva, ¿porqué no puede ser otro profesor quien acompañe el proceso de recuperación y quien tenga la libertad de acreditar?

El error que encuentro, como en otras situaciones, es que no se haya consensuado e internalizado en las escuelas esta nueva concepción.

En el marco de la obligatoriedad de la escuela secundaria, la modificación del régimen de asistencia se hace necesaria, y de este modo empezamos a hablar de una escuela secundaria inclusiva, que contenga, que no discrimine, que retenga y que no expulse.

Entonces es falaz plantear que los alumnos pueden faltar indiscriminadamente porque el sistema se torna permisivo. Hablar de “sistema permisivo” significa seguir planteando los esquemas teóricos esquemáticos de la “escuela del rigor”.

Retomo una reflexión de mi compañera sobre las faltas de los alumnos cuando un tiempo atrás me decía: “¿De qué son libres los alumnos libres?” Refiriéndose a lo qué pasa con los alumnos que dentro del régimen anterior llegaban al límite de faltas. ¿Cuál es el resultado para ese alumno? QUEDAR AFUERA DE LA ESCUELA…o sea que la libertad, “quedar libre”, le significa quedar afuera del sistema educativo y por lo tanto condenado/a al fracaso. ¡Qué contrasentido, no!!

Entonces, para revertir esta situación, es necesario implementar políticas educativas de recuperación para que el alumno que falta no abandone.

Por eso el proyecto prevé que entre las 5 y 10 faltas comience un período de seguimiento institucional y la aplicación de estrategias de recuperación de contenidos. Y es ahí en ese marco donde deben estar encaminados los fondos de asistencia de Nación para la escuela secundaria (también acordado en paritaria), en la facilitación, en el seguimiento y en la aplicación de estrategias que tengan como objetivo el cumplimiento de los contenidos mínimos.

Esto significa, comenzar con el período de recuperación cuando aparece el problema y no cuando se llega a fin de año.

La señal hacia afuera de que con este proyecto los alumnos van a faltar más, está generada por quienes piensan al alumno como un objeto inanimado que no tiene responsabilidad y que no tiene compromiso. Es la misma concepción de quienes no los creen capaces de votar

Vayamos ahora al proyecto de evitar las “horas libres”. En primer lugar la definición que tomó la UnTER en el acuerdo paritario establece que para el cubrimiento de las horas libres, los preceptores no sean únicamente los responsables de cubrir los espacios vacíos, sino que sean junto a los demás actores educativos los encargados de implementar un proyecto educativo elaborado por todos los docentes del establecimiento y los alumnos y que como premisa NO SEA el reemplazante del profesor. Y esta definición, de trabajo conjunto, de ver al colectivo docente trabajando mancomunadamente y pensando en el alumno, revaloriza el trabajo docente, re significa funciones concretas de quienes son responsables de la educación y valoriza y prestigia a las instituciones educativas.

Terminar con las horas libres hace que el alumno sienta que su trabajo, que su predisposición para el estudio son valorados. ¿Cómo enseña una escuela secundaria que le dice a los alumnos retírense antes porque acá no hay quien los atienda? En este caso sí, la imagen que trasladamos al adolescente es la del facilismo y un grave ejemplo de desamparo.

El neoliberalismo contribuyó profundamente a considerar el trabajo docente como un empleo, en ese sentido produjo los efectos deseados, solamente con el compromiso y creyendo en nuestro trabajo y pensándonos como trabajadores de un derecho vamos a contribuir a cambiar esa concepción.

Si somos sinceros, debemos reconocer que a partir del nuevo paradigma de la escuela secundaria, cambia el sentido de nuestro trabajo, creo que en este marco la tarea hacia el futuro nos debe comprometer a todos y todas a generar las herramientas para que un convenio colectivo de trabajo termine definiendo cada puesto de trabajo pensado en función de la responsabilidad, de la complejidad y de la carga de trabajo.

Pero además …hablando de plata, esa conducción de la UnTER, que él denomina cómplice le sacó a este gobierno y al anterior más de un 100% de aumento salarial, llevó el salario de bolsillo en el promedio nacional del lugar 23 (donde él la dejó), al lugar 5, superó la media del salario de bolsillo de la Patagonia y logró lo que jamás consiguió otra conducción: equiparar los sueldos de los cargos directivos, llevar a siete meses la licencia por maternidad , estabilidad para más de 1000 compañeros con el Decreto 134 y logró que más de 300 retirados del Decreto 7 sean considerados jubilados docentes.

JUAN CARLOS CARREÑO
Jubilado Docente de Nivel Primario