Millapi fue designada secretaria general de la Jefatura de Policía

Viedma.- La Policía de Río Negro comenzó a incorporar mujeres en el año 1988, a través de la Escuela de Cadetes. En el 2013 representará el 50 por ciento o más de los egresados de cada una de las promociones, según datos oficiales difundidos este mediodía por la propia fuerza de seguridad. Después de 25 años en la institución, Liliana Millapi fue nombrada secretaria general de la Jefatura de Policía.

Durante una entrevista, la comisario Millapi  recordó que su ingresó a la Policía se produjo hace 25 años. “Fue una iniciativa de la conducción que estaba y generó gran expectativa en esa época porque no había mujeres. Estamos hablando del año 1988, cuando entraron más de 70 mujeres y con el tiempo quedaron alrededor de 19, de las cuales sólo 7 se encuentran en función actualmente porque algunas se retiraron”.

Millapi detalló: “Cuando llegamos, no sabía realmente dónde estaba parada porque no tenía familiares policías”. Indicó que en ese momento, “Llegué por la convocatoria y por una necesidad de trabajo. Después, cuando uno se da cuenta donde está,  va queriendo un poco más el uniforme y se va empapando un poco más de eso”.

Recordó que “fue una época difícil, porque fue de transición, donde se estaba yendo la parte militarizada y todo fue cambiando y ese cambio fue muy importante en lo que respecta a la actividad física que se daba en aquella época, que eran todos movimientos vivos, fue cambiando hasta llegar a la educación física, que se dio incluso con otros tiempos”.

Consideró que con el paso de los años “se empezó a comprender un poco más a la mujer. Además, éramos instruidas por hombres en ese momento. Y para ellos era encontrarse con que nosotros nos estábamos formando con una instrucción preparada para hombres, entonces fueron muchas cuestiones encontradas”.

Millapi reconoció que “esto de traer mujeres a ellos les costó, porque eran mujeres, que no dejaban de tener la otra parte, la sensibilidad. Si bien estábamos formados con carácter, teníamos sensibilidad”.

La comisario explicó también “el tipo de ejercicio que nos hacían, con movimientos vivos, eso lo vivió la primera y segunda promoción, pero después se fue cambiando, porque se dieron cuenta que eso no era útil, porque incluso uno se iba lastimando físicamente”.

Luego de la instrucción “al recibirnos y encontrarnos en funciones, el hombre se encontró con que la mujer tenía una jerarquía, entonces uno tiene que trabajar con suboficiales y después los jefes se encuentran con nosotras, que tenemos otro punto de vista”.

Consultada por lo que aporta la inclusión de la mujer a la institución, Millapi dijo: “Creo que en todos los aspectos, pero más en la parte humana, no quiero decir que el hombre no lo vea. Pero creo que más en la parte humana, social, en aspectos que son propios de la mujer. El poder escuchar, contemplar, observar, no solo en el trabajo. Porque nuestra función es muy difícil, por eso siempre digo que es importante ver al empleado más allá del uniforme”.

Agregó: “En lo social la mujer quiera o no tiene un tiempo más o un segundo más para poder observar otros detalles”.

Respecto de la relación con el vecino, Millapi consideró que “siempre desde mi experiencia, ha sido la mejor, muy aceptable. La postura del vecino es otra. Creo que ante cualquier inconveniente, con la presencia de la mujer, la persona baja un cambio. Además, uno va con otro tiempo, porque se pone el paño un poco más frío. Yo nunca tuve un rechazo. Pero es la manera de ser de cada uno”.

Millapi se refirió al rol de la mujer como madre. “La mujer trae también a la Policía la cuestión de las familias, la maternidad, las licencias. No es lo mismo una madre policía que cualquier otra madre. Más de una vez uno se encuentra trabajando y cuando llega a la casa tiene que hacer las cosas de la casa. Y cuando llega a trabajar uno tiene en su cabeza a sus hijos, y la raya de fiebre que puede tener o no”.

Concluyó, no obstante, que “cambió la institución y está buena la incorporación del género”.

 

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