El respeto a la voluntad popular y las autonomías ● Miguel Saiz

Opinión.- Sorpresa, indignación y temor me han causado recientes manifestaciones y/o actitudes que han asumido el Gobernador de la provincia de Río Negro, Alberto Weretilneck y el Senador Nacional Miguel Pichetto, referidas a la situación de San Carlos de Bariloche en general y a la del Intendente Omar Goye en particular.

Días atrás manifesté públicamente mi opinión acerca de los errores cometidos por el titular del ejecutivo barilochense que pudieron haber desencadenado una complicada situación de alteración de la paz social en esa ciudad.

También exprese que en tales situaciones se hace necesario trabajar sin dudas en la rectificación del rumbo, acudir a todas las herramientas adecuadas y convenientes, utilizar todos los argumentos institucionales y democráticos para superar el conflicto.

Se espera de parte de las autoridades y funcionarios provinciales y nacionales que pongan a disposición del gobierno municipal todo lo que esté a su alcance brindando el asesoramiento y acompañamiento pertinente y no por el contrario alimentar divisiones y desprestigiar a quien ostenta el cargo de jefe comunal a partir de la libre y democrática elección de sus conciudadanos.

Resulta simplemente inadmisible frente a tan compleja situación que los máximos referentes provinciales del frente gobernante se encierren en el salón vyp del aeropuerto de Bariloche para pedirle al intendente que se “aleje del cargo”.

Primero porque se deben respetar las instituciones, se debe respetar la voluntad popular, se debe respetar la autonomía municipal, se debe respetar a la persona que ha sido democráticamente elegida, se debe respetar a los ciudadanos que lo votaron y también a quienes no lo votaron pero que se adecuan a una básica norma democrática, y además porque, evidentemente, esa no es la solución a los graves problemas de Bariloche.

Los conflictos en las democracias deben superarse con medidas efectivas pero dentro de los cauces democráticos y los controles que estos imponen sino estamos ante gobiernos autocráticos o dictatoriales.

Nada justifica la actitud de Weretilneck y Pichetto, muchos menos la del ministro Di Giácomo. Ningún interés particular debe interponerse al respeto por las instituciones y lo que dictan las constituciones nacional y provincial y la carta orgánica municipal.

 

Omar Goye fue votado por los barilochenses para cumplir esa función hasta el 10 de diciembre de 2015, salvo que incurra en algunas de las inhabilidades previstas en la Constitución y en la Carta Orgánica Municipal, que prevén los cursos institucionales correspondientes para un juicio político o destitución.

 

Opinión.- Ni a Goye, ni a Jhonston hace un año atrás, ni a ningún intendente lo puede echar el gobernador o el senador, porque cometan errores o porque a ellos se les ocurra. No figura esta posibilidad en sus atribuciones, ni se condice con la actitud democrática, de respeto por las instituciones, y de respeto por las autonomías municipales que deben tener, obligatoriamente, quienes están encargados, también por cuatro años, de llevar adelante los destinos de la Provincia.

 

 

Miguel Saiz

Exgobernador de Río Negro