Informe nacional refleja “choque” entre ciudades y chacras en Alto Valle

Cipolletti (ADN).- En la ciudad de Cipolletti las autoridades han planteado la necesidad de definir un modelo productivo que complemente la fruticultura, a partir del reconocimiento de “la baja incidencia de esa actividad en el Producto Bruto Geográfico, de la constatación del abandono de tierras y la permanente colisión entre lo urbano y lo rural”.“Ese modelo productivo requiere de un liderazgo del Estado, junto con la sociedad, para poder implementar esquemas de uso de la tierra diversificados, que incluyan otras producciones agrícolas, como las frutas finas o los forrajes para evitar la desaparición de productores y la urbanización de las chacras”.

Ese análisis está incluido en el capítulo “Sistema urbano argentino: características y tendencias”, punto “consumo de suelo rural potencialmente productivo”, del estudio por el Plan Estratégico Territorial, difundido hace pocos días en Viedma por funcionarios de la Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública de la Nación.

En cuanto a la región, el análisis detalla que en la zona de Neuquén-Plottier cientos de hectáreas de las antiguas chacras frutihortícolas que bordeaban el río Limay fueron progresivamente abandonadas y compradas por firmas que están construyendo actualmente urbanizaciones cerradas para los sectores económicos de mayor poder adquisitivo de la región .

“El ejemplo más significativo es el de una urbanización en las inmediaciones de Plottier, de orden de las 400 hectáreas, actualmente promocionado como el mayor barrio cerrado del Alto Valle”, resalta el informe oficial.

Igualmente, destaca que “el avance de la urbanización sobre suelos productivos expresa una realidad económica compleja, que no es posible resolver con la mera prohibición del crecimiento. La colisión entre lo rural y lo urbano se asienta no solo en la innegable rentabilidad que se obtiene del segundo, sino en los cambios productivos que minimizan la rentabilidad de los parcelamientos rurales de menor escala. Esto requiere políticas activas del sector público (local, provincial y nacional) que eviten la pérdida de este patrimonio potencial”. (ADN)