Caso Freydoz: Teoría del intento suicidio es avalada por los peritos psiquiátricos


Roca (ADN).- La teoría de la defensa de Susana Freydoz que plantea que la muerte del extinto gobernador Carlos Soria ocurrió en medio de una discusión conyugal, que incluyó un frustrado intento de suicidio de la hoy acusada, quedó sostenida en los respectivos informes que elaboraron los peritos psiquiatras de parte y oficial que la entrevistaron. Se consignó en la audiencia final del juicio por homicidio contra Freydoz que desde hacía un tiempo había «un juego macabro» en las discusiones de la pareja en el cual ella amenazaba con quitarse la vida y él la desafiaba a concretar las amenazas.

«La Fiscalía nos dijo que en esta causa no existe un relato del hecho realizado por mi defendida, puedo coincidir en que mi defendida no ha prestado declaración indagatoria en esta causa, pero sí  se ha sometido, y como lo dice el perito de oficio (Ricardo) Risso, con un considerable y reconocible ánimo de honestidad y sinceridad, a siete horas de entrevistas con los médicos psiquiatras Risso y ( Carlos Luis Miguel) Cornaglia, por lo tanto en autos existe y de manera coincidente un relato del hecho que está referido en las pericias psiquiátricas …y tanto la pericia de Risso … como la pericia de Cornaglia describen los antecedentes y los momentos previos al hecho», sostuvo el abogado defensor Alberto Richieri en su alegato final.

«Tenemos así que los dos peritos psiquiatras, las dos personas que tuvieron la oportunidad de escuchar a Susana Freydoz nos dan una versión del hecho coincidente, cuanto menos tendríamos que aceptar que esa es la versión del hecho dada por Susana Freydoz», sostuvo el letrado. «Yendo a lo que dice Risso llegamos al momento en que mi defendida piensa en suicidarse e inmediatamente pasamos a la prueba testimonial de María Emilia que escucha el ´me voy a matar´ o ´vas a hacer que me mate´ e inmediatamente el estallido», destacó Richieri.

El abogado refirió a que esa noche, al igual en otras oportunidades previas, Freydoz en medio de la discusión amenazó a su esposo con quitarse la vida, algo que calificó como «un juego macabro habitual de esta discusión que había sido llevada al extremo de que el suicidio era un herramienta extorsiva… para lograr, para intentar que el marido explicara o dijera, reaccionara, la mirara, pensara en ella, se repitió el día del hecho».

«Tanto Cornaglia como Risso refieren a la existencia de tentativas de suicidio como parte de la mecánica de discusión en el matrimonio» sostuvo Richieri y agregó que «esta defensa tiene por acreditado que la intención de mi defendida o que lo dicho por los peritos Risso y Cornaglia ha tenido la significancia suficiente para convencer a la señora fiscal de esa situación, ratifica lo comentado por Germán Soria en esta sala cuando refirió la circunstancia en la que mi defendida amenazó o intentó, nunca lo sabremos, arrojarse desde un sexto piso y obtuvo por respuesta el ´tirate´.

«En la parte final de la acusación expresamente la fiscal reconoce que mi defendida ingresó a esa habitación a hacer lo que habitualmente hacía amenazar con suicidarse; dice la fiscal referida a los intentos de suicidio que esa era la mecánica habitual en las discusiones de la pareja y esa noche textualmente indica la fiscal no había nada distinto ´Me voy a matar´, ´Matate´;  dice la fiscal que esa noche Susana Freydoz inició una discusión habitual que tuvo otro final.

Esta defensa tiene por acreditado que la intención de mi defendida o que lo dicho por los peritos Risso y Cornaglia ha tenido la significancia suficiente para convencer a la señora fiscal de esa situación».

Si bien ambos peritos coinciden en líneas generales en la valoración de la descripción del hecho relatado por Freydoz, tuvieron diferencias a la hora de referirse al estado mental de la acusada al momento del hecho, el perito oficial consideró que la mujer actuó en un estado de emoción violenta, mientras que el perito de parte sostuvo que la mujer se encontraba enajenada en un estado crepuscular que no le permitía comprender la criminalidad de sus acciones, ni dirigirlas.

 

El relato de Freydoz, según Risso 

 

«A partir de septiembre del 2009 transcurren dos años arruinándose recíprocamente la posibilidad de recomponer su relación, abrazada a un rencor con una necesidad obsesiva y obstinada de saber, perdiendo el equilibrio entre libido y agresión hasta arribar a un estadio en que el predominio de la destructividad, léase hostilidad, rispidez, hostigamiento, indiferencia, rechazo era evidente para todos su allegados».

«Ninguno de los dos esposos pudo tomar la decisión de terminar el matrimonio, gran cantidad de material recogido en la anamnesis ilustra sobre la imposibilidad de distanciarse, lo que fue reemplazado en el curso de ella por el tormento de un control obsesivo, tan implacable como estéril y por una angustiante necesidad de saber y descubrir. Este es el trasfondo emocional con el que se llega a la noche de los hechos».

«Miedo a perder una historia en común, rencor, despecho, resentimiento, duda moral, rechazos repetidos, evidencia para ella subjetiva y de la otra, de infidelidad, reclamos permanentes con un toque infantil y otro de paranoia que no logran más efecto que causar hastío al destinatario y preocupación a los demás, ante la inutilidad redoblar la apuesta con amenazas de autolisis, algunos de los cuales pudo ciertamente consumarse y no se consumo, pero que pasados algunos sobresaltos iniciales del destinatario, siguieron el mismo camino del hastío que los demás reproches».

«Esa noche los asistentes a la cena ven en ella un estado de pena, suspicacias y enojo que les resulta evidente, mientras preparaban la cena y ante una observación de ella, el marido en un estallido de furia arroja los cubiertos con los que estaba cortando una carne y se va a los gritos».

«Ella no deja de mencionarle a los hijos que él se contacta con todos menos con ella, en el momento del brindis el marido brinda con todos menos con ella y ella se lo hace notar a la hija. Al final de la reunión hijos e invitados se retiran de la finca, queda una hija y el novio, el occiso se retira a la habitación para dormir y ella y la hija comienzan a limpiar la vajilla, de pronto y contra su costumbre ella le dice a la hija que no va a seguir limpiando y se va a dormir, pero no era esa su intención. Apenas entra lo ve al marido desvistiéndose y lo increpa ´por qué no me saludaste, por qué no brindaste conmigo´, de respuesta recibe un ´deja de molestarme como siempre´, pero dicho en otras palabras».

«La hija cierra la puerta de la pieza para evitar el bochorno de que el novio escuche discutir a los padres, un poco después recuerda que no apagó las luces sale de la pieza y escucha que sus padres siguen discutiendo».

«La encartada trae a la memoria el breve tramo final que puede referir con palabras aproximadas donde recibe otro desaire, ´ya no me interesas más, prefiero estar con cualquier otra persona que con vos´. A continuación algo que no puede precisar si es que lo dijo o lo pensó ´bueno entonces se acabó´. Cuando la hija está volviendo a la habitación escucha a su madre gritar que se va a matar y enseguida el estruendo».

*Estos son fragmentos de la descripción que realiza el perito de oficio de la anamnesis realizada sobre las entrevistas que tuvo con Freydoz y de pruebas que se tomó el trabajo de leer durante la instrucción; según consignó la defensa en su alegato final.

 

El relato de Freydoz, según Cornaglia

 

«Los momentos que antecedieron al hecho investigado se caracterizaron por una discusión conyugal en la cual la señora habría sufrido ofensas por parte de su esposo, habría sido una reiteración de calificativos que su marido le habría adjudicado con tono y agravios para ella insoportable. Este intercambio hubiera sido una prolongación de lo acontecido durante la tarde y la noche del 31 de diciembre de 2011».

«También en el transcurso de esa día la mujer habría experimentado un profundo dolor moral al sentirse agraviada por dichos y acciones de su marido, arrojar unos cubiertos en la cocina y enojarse con ella, otro tanto en el instante del brindis del festejo de año nuevo, su marido no había querido brindar con ella, por lo cual había quedado pendiente en su pensamiento interrogarlo posteriormente acerca del porque de esta negativa. Además durante el transcurso de ese día había experimentado momentos de angustia, nerviosismo para los cuales implementó la ingesta de Alplax, como lo había hecho ya en otras oportunidades para intentar estar mejor y disimularlo sin signos externos de su intranquilidad y malestar».

«Ella habría ingerido Alplax al menos en dos oportunidades, 15 y 23 horas, y al mediodía y a la noche bebidas alcohólicas».

«…desconfiaba de todos quienes rodeaban a su esposo, a quienes experimentaba como secuaces de este y artífices de una trama de ocultamiento que vinculaba a la infidelidad de su marido. su vida hasta sus últimos días estaba signada por esa búsqueda sin interrupción de lo que su marido debía saber, discusiones, conflictos, sentimientos de ofensa y agravio, autodesvalorización en función de sus 60 años frente a una rival invisible, constituían un riesgoso camino nunca vivenciado de esa forma en su conciencia».

«En efecto en esa repetida circunstancia y contextos comunicacionales de la pareja las amenazas de suicidio empuñando armas siempre disponibles en la habitación conyugal se fueron convirtiendo en lo que la señora denominó un juego macabro».

«Volviendo al momento del hecho, más afectada cerebral y afectivamente que su esposo a pesar de todo lo que había logrado personalmente en su vida y como ocurre en la mayoría de las personas que no pueden detener ni el consumo de drogas o los trastornos mórbidos relacionados llega el día primero de enero del 2012, alrededor de las 04.00 horas y quedando absolutamente enajenada en la red de su idea delirante de la intoxicación doble mencionada y de una fase maniaco depresiva de ira, furia y automatismo impulsivo piensa en suicidarse, según lo había presenciado previamente siguiendo los ejemplos de la mujer del gobernador de la provincia de Neuquén y de otro político rionegrino quienes se habían suicidado, incluso en un enajenado acto crepuscular había empuñado un arma disponible en la mesa de luz contigua a la ubicación de su marido para concretar su suicidio, fue entonces cuando habría escuchado el disparo del arma empuñada en su manos, dijo no haber sabido si el arma estaba amartillada»

«… a partir de ese momento relatados sus recuerdos son cuasi nulos y se enlazan solamente a fragmentarios hechos ocurridos horas más tarde. a pesar de haberse intentado el recuerdo durante las entrevistas a través de distintas preguntas parciales ello no fue posible».

*Fragmentos de la anamnesis de la entrevista que el perito de parte Carlos Luis Miguel Cornaglia le realizó a Susana Freydoz y que fueron citados por la defensa en los alegatos. (ADN)

 

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