La piedra en el zapato ● ADN

La fruticultura dará más de un dolor de cabeza al gobierno rionegrino. Una piedra en el zapato.

La próxima temporada de producción de peras y manzanas pondrá a prueba al nuevo ministro Alfredo Palmieri y al gobierno en su conjunto, donde no sería de extrañar que genere diferencias políticas en el gabinete, teniendo en cuenta –incluso- que hay cuatro ministros de General Roca y que no son ajenos al tema frutícola.

Se requerirá audacia, imaginación y mucha voluntad para afrontar el devenir de la crisis en la principal economía rionegrina, atada al valor de cambio impuesto por el gobierno nacional, que deja al Ejecutivo provincial atrapado entre dos fuegos. La fruticultura fue un tema de disputa entre Weretilneck y Pichetto, que derivó en la renuncia del ministro de Producción, Juan Manuel Pichetto.

El panorama no es nada alentador para el pequeño y mediano productor desfinanciados y sin recursos. Muchas chacras no se podaron o se podaron mal, se restringieron las tareas culturales y se estima que habrá menos producción de fruta –cerca del 50%- y de inferior calidad.

La llegada del ministro Palmieri no fue bien recibida por los productores, que vinculan al nuevo funcionario a los intereses de los exportadores y de los sectores concentrados de la economía frutícola.

De esta manera un grupo de chacareros protestó frente a la secretaría de Fruticultura en Allen, donde hizo conocer su oposición a esta designación. Se escuchó decir al productor cipoleño Carlos Carrascós que el nuevo funcionario llevará a cabo una política muy perjudicial para el sector y que “no tiene intenciones de brindar soluciones y que traerá ideas para eliminar a los pequeños y medianos productores”.

Carrasco recordó que Palmieri opina que hay que “erradicar20.000 hectáreas de la producción”. En declaraciones a la prensa se refirió a la debilidad gremial que “permite al gobierno jactarse de que no existan conflictos” pero, subrayó, el dato no marca la vitalidad de la actividad.

Agregó que “los 80 millones de pesos comprometidos y en parte distribuidos como seguro antigranizo colaboraron a acallar las voces díscolas y el gobierno logró apaciguar el conflicto gremial silenciando a la dirigencia”.

Aparecen de esta manera posiciones encontradas que estallarán en el seno del gobierno porque se amplia la brecha entre los grandes con los medianos y pequeños productores y entonces aquí debe surgir el rol del Estado.

El ex gobernador Carlos Soria opinaba en su campaña electoral que la mayor competitividad en el sector deja a productores fuera del círculo y entonces el Estado —decía Soria— debe sostener la producción primaria.

La opinión del actual ministro va en sentido contrario y de apoyo a los exportadores, se manifiesta en contra de las retenciones y de la ley de transparencia votada porla Legislaturade Río Negro. Eliminar las retenciones no implica que se derramen ganancias al productor independiente y ejemplos anteriores así lo demuestran.

Alberto Weretilneck tendrá que ser un buen piloto de tormenta para compatibilizar posiciones políticas e ideológicas en su gabinete, por caso al ministro Alfredo Palmieri con Ernesto Paillalef, de la cartera de Desarrollo Social, opositor a los intereses de la economía concentrada.

El nuevo gobierno está en marcha. Pocas novedades en la semana, con remoción de funcionarios pichetistas y en ese sentido causó sorpresa la mención de Juan Manuel Pichetto como presidente de Horizonte, especie que molestó a legisladores pichetistas y a los funcionarios que dieron testimonio de lealtad al senador renunciando a sus cargos.

Falta decidir destinos en los mandos intermedios de la administración. La demora en las designaciones atenta contra el funcionamiento del Estado y en muchas áreas es como volver a empezar.

Miguel Pichetto inició el camino de su reelección para una banca enla CámaraAltadel Congreso nacional. Comenzó a recibir números de encuestas y planifica visitas por todos los circuitos electorales de la provincia, si es posible siempre con el anuncio de una obra pública del gobierno nacional, con el apoyo del ministerio de Planificación.

Hablar de sondeos de opinión es muy relativo. No son tiempos electorales y la sociedad está indiferente y con otras preocupaciones. De todos modos no se descarta que Miguel Pichetto lleve adelante su campaña no tan pegado al gobierno provincial.

“El gobierno esta mal” señalan algunas fuentes refiriendo a las encuestas y por esto Pichetto no recibió con buenos ojos el apoyo público a su candidatura por parte de Weretilneck.

Los números comienzan a preocupar, y se plantean varios interrogantes, por ejemplo: alcanzará el presidente del PJ el mismo caudal de votos del FpV en septiembre del 2011; cómo se desarrollarán las internas abiertas, simultáneas y obligatorias; cuál será la movilización del partido y del gobierno y cómo impactará en Río Negro la caída de adhesión al gobierno de Cristina Fernández.

Así toman dimensión algunas declaraciones públicas de la semana como la del vicegobernador Carlos Peralta que pidió a Pichetto reciprocidad, o sea apoyo de su candidatura en tanto él apoye al gobierno de Weretilneck, o los dichos del legislador Juan Domingo Garrone: “hemos esperado 28 años y ahora la estamos mirando de afuera”.

En este contexto la provincia asistió en la semana a un festival de anuncios de construcción de viviendas. Anuncios desde el gobierno provincial y anuncios desde el Senado, mientras el IPPV sigue pintado.

Nadie afloja y se tensiona la relación. Para la administración Weretilneck es otra piedra en el zapato.