Juicio a Freydoz : Los celos habrían sido el desencadenante de la tragedia

[slideshow]Gereal Roca (ADN).- Los celos enfermizos que manifestaba Susana Freydoz hacía su marido, el extinto gobernador Carlos Soria, habrían sido los desencadenantes de la tragedia que le costó la vida al dirigente roquense en la madrugada del 1° de enero en su chacra de Paso Córdoba,  cuando su mujer le disparó a la cabeza a corta distancia con un revólver calibre 38.

Tal como estaba previsto se desarrolló hoy la primera jornada de las ocho que tendrá el juicio oral y parcialmente público que se le realizará a Susana Graciela Freydoz de 61 años en el marco de causa por homicidio calificado por el vínculo agravado por la utilización de un arma  de fuego por la muerte de su marido Carlos Soria al término de una fiesta familiar para celebrar el año nuevo.

Aunque se anunció que la audiencia iba a iniciar puntualmente comenzó unos 30 minutos más tarde. A pesar que se esperaba una importante afluencia de público sólo 27 particulares se registraron para presenciar las audiencias. Sí estuvo concurrido desde la cobertura periodística, ya que hubo 100 profesionales acreditados, de 40 medios locales, regionales y provinciales. Pocos medios nacionales cubrieron in situ las acciones, salvo unos pocos que enviaron sus corresponsales desde Bariloche y Neuquén.

Luego del ingreso del público se permitió el ingreso de la prensa, fotógrafos y camarógrafos tuvieron menos de 5 minutos para retratar a la acusada, quien con la cabeza gacha prefirió no cruzar miradas hacía donde estaban los reporteros. A su lado se sentó su abogado, Alberto Richieri, del otro su acompañante terapéutico y tres efectivos policiales vestidos de traje en los cuales se podía ver en la cintura y debajo de las axilas el bulto de sus armas reglamentarias.

En un primer momentola Cámara1era del Crimen, integrada por Carlos Gauna Kroeger, María Evelina García Balduini y Fernando Sánchez Freytes, ordenaron la lectura casi total de la requisitoria de elevación a juicio, que permitió escuchar el testimonio de los testigos que declararon en la instrucción, entre ellos familiares directos de Soria, amigos de la pareja, los médicos que lo atendieron, los policías que intervinieron y de los peritos que realizaron la autopsia y otros estudios anexos. Por órden del presidente del Tribunal se omitieron las conclusiones de las pericias ordenadas.

Posteriormente la fiscal Laura Pérez y el abogado defensor solicitaron al tribunal que considere la declaración a puertas cerradas de los cuatro hijos de Soria y Freydoz. A esta postura adhirió Gauna Kroeger, antes de convocar a un cuarto intermedio para discutir esta petición. Finalmente con el voto de Gauna Kroeger y de Sánchez Freytes, se impuso este criterio, con el voto en contrario de García Balduini. El fundamento que se escuchó fue que de esta manera se resguarda la intimidad de la familia.

Susana Freydoz, vestida íntegramente de negro y abrigada con un saco de lana gris, se sentó en el banquillo, allí con un hilo de voz confirmó sus datos filiatorios y los de sus padres. Posteriormente comunicó al tribunal «no voy a declarar» y tras permanecer tan sólo cinco minutos en el estrado, fue autorizada por los magistrados a salir de la sala para no escuchar los testimonios, aunque se aclaró que esperaría en una sala contigua, sin derecho a retirarse del edificio.

Los testigos fueron convocados en el orden inverso a la lista oficial que los responsables de Prensa del Poder Judicial brindaron a los medios, quienes también se ocuparon de atender las necesidades de cronistas y reporteros gráficos.

Los primeros en declarar fueron los dos policías que custodiaban el acceso a la chacra de Soria, los sargentos ayudantes Luis Ernesto Córdoba y Néstor Julián Nuñez, quienes no aportaron demasiados datos del suceso y que en varios pasajes de sus declaraciones se contradijeron con lo dicho en la etapa de instrucción.

La palabra del yerno de Soria

Posteriomente llegó el turno del novio de María Emilia Soria, Mariano Valentín, quien se encontraba en la casa al momento de la tragedia, aunque sólo presenció lo ocurrido después del disparo y fue quien alertó a los policías para que llamen a una ambulancia.

Valentín recordó esa noche del 31 de diciembre que la relación estaba tensa entre Soria y Freydoz y que cuestiones menores generaron varias discusiones entre el matrimonio, desde una nota periodística concedida por el gobernador a una radio, la ubicación de un llavero que el hoy fallecido quería colgar en una pared y hasta la forma en que este cortaba el pernil que iba a compartir la familia y sus invitados.

Valentín también fue el primero en asistir a Soria, limpiando con una toalla la sangre que salía del hueco que dejó el proyectil calibre 38 debajo de su ojo izquierdo, desde donde -relató- brotaba sangre que caía en la boca de la víctima impidiendo que respirara con normalidad. También reconoció que sacó el arma que había quedado sobre la cama a centímetros del moribundo gobernador y la colocó sobre la mesa de luz, lugar donde la hallaron los investigadores.

Relató además que forcejeó con Freydoz para evitar que regresara a la habitación, con la aparente intención de tomar el arma y acabar con su vida, y que está le propinó un cachetazo y varios golpes de puño. Recién la pudo retirar del dormitorio tomándola fuertemente de sus brazos, detalló.

El yerno confirmó que Martín Soria fue el primero en llegar a la escena -él mismo reconoció en la instrucción que llegó en pocos minutos viajando a 180 kilómetros por hora desde el centro roquense hasta la chacra- minutos después arribó una ambulancia del Hospital López Lima, adonde finalmente fue trasladado.

Durante todo el camino el gobernador recibió tareas de reanimación y al llegar ala Guardia fue atendido por el equipo de Shockroom y de la Unidad de Terapia Intensiva. Finalmente sin ningún signo vital fue dado por muerto a las 4.47 del 1° de enero. Pocos minutos después a pedido de investigadores policiales se solicitó la toma de radiografías que mostraban el destructivo camino que siguió el proyectil dentro del cráneo de la víctima.

También señaló, Valentín, que cuando se dirigía hacia el hospital para llevarle ropa a Soria, recibió un breve llamado de Carlos Soria hijo en el que le dijo «mi papá está muerto».

 Celos enfermizos

De acuerdo a los testimonios que se leyeron en el marco de la requisitoria de elevación a juicio familiares y amigos de la pareja reconocieron que en menor o mayor medida la acusada tenía continúos ataques de celos, sobre lo que creía era una relación extramatrimonial de su marido, con una kinesióloga sobre la que se brindó nombre de pila y lugar de trabajo, 30 años menor que Freydoz.

Según diversos testimonios Freydoz realizaba seguimientos a Soria a toda hora, para saber con quién se juntaba o a qué lugares iba. También se indicó que desde hace algún tiempo había comenzado a revisar el celular de su marido para leer los mensajes que le llegaban y registrar números para luego llamar y verificar de quienes eran esos teléfonos.

Algunos testimonios apuntaban también que en los últimos años Freydoz había tomado la costumbre de automedicarse con Alplax y Lexotanil dos poderosos antidepresivos y ansiolíticos, que al parecer tomaba a su criterio desde el pastillero de Soria que los tenía recetado por el estrés de la actividad política.

Los dos protagonistas fueron descriptos por varios testigos de la instrucción, como personas de carácter fuerte que habitualmente discutían a viva voz, pero fueron enfáticos al negar hechos de violencia física entre la pareja.

«A vos te parece que no brindó conmigo», escuchó Valentín, que Freydoz le dijo a su hija Emilia poco después de la cena. También consideró que Freydoz si bien había consumido vino blanco y champagne durante la cena, aclaró, que «no estaba alcoholizada».

Declaraciones a puertas cerradas para los hijos

Sobre el término de la jornada declaró a puertas cerradas María Emilia Soria, la decisión dividida se tomó luego que la defensa y la fiscalía dieran su aval al pedido de los hijos del matrimonio Soria – Freydoz para preservar «la intimidad de la familia».

Los otros hijos declararán con la misma modalidad: el intendente roquense Martín Soria y su hermano Carlos, lo harán el miércoles. En tanto Germán Soria está citado para el próximo jueves.

Habrá que esperar si prospera el pedido de la defensa para que éste beneficio de «puertas cerradas» se extienda a allegados y colaboradores estrechos de Soria, entre ellos el ex multifuncionario y actual presidente de Canal 10, que con su comentario de que el hecho se trataba de «un accidente doméstico» trascendió como reguero de pólvora en las redes sociales y medios argentinos e internacionales.

Audiencia sin inconvenientes

La primera audiencia del juicio transcurrió con normalidad, salvo algún inconveniente que se registró con periodistas roquenses y barilochenses, que se habían acreditado como espectadores particulares. La directora de Comunicación y Prensa del Poder Judicial, se encargó de invitarlos cordialmente a acreditarse como periodistas y a ocupar los lugares asignados para los reporteros. (ADN)