El INADI expuso sobre la cronicidad en salud mental

Bariloche.- Abrió la disertación de la psicóloga Roxana Amendolaro, de la Delegación Río Negro del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), en el Simposio Nacional «Del padecimiento a la agencia social en salud colectiva. Personas que viven con enfermedades crónicas y vida cotidiana», que se llevó a cabo en el Hospital Zona Ramón Carrillo durante jueves y viernes. 

 

«En una de las visitas al Hospital Moyano y, frente a la inminencia de posibles traslados a centros de internación privados, una mujer internada aseguró que ella quería quedarse en el hospital. Una primera lectura podría ser que debía respetarse la voluntad de esta persona: su deseo de permanecer internada. Sin embargo, ¿qué alternativas genuinas de inserción social se le estaban ofreciendo a esta mujer y a otras tantas? ¿Existían oportunidades reales para que viviera en una casa en la comunidad, retomar su trabajo, vincularse nuevamente con su familia? No. No se le estaba ofreciendo nada de eso», dijo la especialista.

 

Se estima que en nuestro país aún existen alrededor de 20 mil personas en centros de internación en salud mental. Más de un 80 por ciento de estas personas permanecen internadas durante más de un año y muchas lo han estado de por vida. Este modelo lleva a destinar gran parte de los recursos en salud mental a una hospitalización que excluye a las personas y paradójicamente favorece la discapacidad.

 

El Informe «Vidas Arrasadas», elaborado por el CELS, es contundente: el 60 por ciento de las personas que permanecían internadas, no debía estarlo. Se estima que aproximadamente el 70 por ciento de las personas continúan institucionalizadas en hospitales psiquiátricos por haber perdido sus lazos sociales, encontrarse en situación de pobreza, desamparo social y familiar, y por la aún insuficiente existencia de dispositivos comunitarios.

 

A lo largo de su disertación, la psicóloga del INADI hizo hincapié en la invisibilización de las personas usuarias de servicios de salud mental y la marginación en el ejercicio de sus derechos. «La Ley Nacional de Salud Mental podría sintetizarse en la frase: `No hay salud mental sin concreción de los Derechos Humanos´», aseveró y continuó: «La sanción de la Ley Nacional de Salud Mental en diciembre de 2010 marcó un hito en el camino de desandar el paradigma, todavía hegemónico en Argentina, que se basa en la concepción de que las personas usuarias de los servicios de salud mental son objetos de tutela y protección y, que deben ser sustituidos en la toma de sus decisiones.

 

Asimismo, reconoce el derecho de todas las personas a acceder a la atención integral en salud mental de acuerdo a sus necesidades, en un marco de igualdad y no discriminación».

 

 

FUENTE: INADI