El Cipolletazo ● ADN

Julio Dante Salto comprendió cabalmente hace 43 años el compromiso popular de pelear contra el avance de proyectos hegemónicos regionales. Por eso enfrentó al interventor militar de Río Negro, Figueroa Bunge en contra de un proyecto nacido en las elites políticas y económicas de General Roca  y apoyado por el gobierno militar, que proponía construir una ruta para unir esa ciudad con El Chocón y San Carlos de Bariloche, dejando aislados a Cipolletti y el noroeste rionegrino.

A Julio Dante Salto nunca le había gustado la construcción del puente de Paso Córdoba, que se había inaugurado el 23 de junio de 1969.

El intendente se opuso al proyecto de la nueva ruta y levantó la bandera de la integración provincial, con el apoyo de toda la comunidad. Figueroa Bunge lo renunció por decreto 721/69 y Julio Salto resistió desde el municipio y se produce una gran pueblada que se inicia el 12 septiembre de 1969, conocida como “El Cipolletazo”, reprimida por la Policía de Río Negro y fuerzas del Ejército de la VI Brigada de Infantería de Montaña de Neuquén.

El levantamiento popular terminó con la interventor militar de Figueroa Bunge y también con la pretendida ruta provincial.

No es bueno el desequilibrio regional y la hegemonía oficial en una sola ciudad o región, porque a las burguesías locales les tienta la concentración política-económica.

Alberto Weretilneck terminó de armar su equipo de gobierno con una supremacía de dirigentes de General Roca, en todos los ministerios, entes descentralizados, empresas y demás organismos públicos, en muchos casos de manera innecesaria como César del Valle, cuestionado en sus funciones como ministro de Obras Públicas y ahora en Vialidad, lo mismo que Julián Goinhex, ambos con denuncias judiciales fundamentadas.

El gobernador hoy ofrece un flanco débil que será explotado por sus adversarios. Ganó la pelea interna a costa del desequilibrio regional.

Esta observación puede ser respondida con otra observación que tiene que ver con la personalidad del gobernador: nada se hace fuera de su control.

Una posición que tiene mucho de voluntarismo y creencia de superhombre.

No se trata sólo de depositar la responsabilidad en Weretilneck, ni siquiera en el gabinete, sino que es necesario comprender la importancia que tiene para el funcionamiento de la burocracia del Estado, el rol de los cuadros intermedios que en muchos casos están en sus oficinas de martes a jueves, que desconocen los trámites de cada expediente y que sólo cumplen con el requisito de ser amigo, militante o de General Roca.

Hay desconocimiento de la función pública. Vale un ejemplo: en Horizonte han pasado dos presidentes en nueve meses, sin experiencias previas y ninguno se enteró cómo se maneja el negocio del seguro. Hoy llega un nuevo presidente con currículum como abogado laboralista.

El gabinete sigue con una notoria falencia, podría decirse desde siempre, la ausencia de la Secretaría de Planificación. Nada se sabe del organismo y pocos recuerdan el nombre de la funcionaria a cargo, cuando se trata de un ámbito fundamental, porque sin planificación no hay futuro.

No hay que tentar a la buena fortuna, no siempre llueve maná cuando acucia el hambre. La oposición interna encuentra todos los días argumentos y un campo propicio para golpear y desgastar.

La estrategia está a la vista: pegar y retroceder. Ana Piccinini, al igual que lo hizo con Carlos Soria cumple el rol de ariete.

Presentó cuatro pedidos de informes a la Legislatura con estocadas a fondo hacia el Poder Judicial, el manejo de la obra pública, los gastos en publicidad y para saber cómo fueron las bajas y las designaciones e incorporaciones al Estado.

Este sector interno del gobierno compara a Weretilneck con Miguel Saiz, que mide con parsimonia los tiempos, que le cuesta “ir a fondo” y que duda de su propio poder, un tema que justifica la exagerada porción de la torta otorgada a Martín Soria.

También la legisladora opositora apuesta en la designación de jueces, camaristas y funcionarios judiciales, donde no es neutra la Procuración y otros aliados de sectores internos del radicalismo, mientras que el gobierno se muestra lento, por desconocimiento o negligencia. Ahora la carrera se disputa en la Cámara Penal de Viedma.

¿A qué se enfrenta internamente hoy el gobernador? Al proyecto  de Miguel Pichetto de ser candidato a gobernador en el 2015, intención que tiene un paso previo: ser reelegido como senador y desde la senaduría mantener su relación con el gobierno nacional y la importante cuota de poder para seguir en campaña ofreciendo obras, subsidios, aportes, nombramientos y la promesa de una gestión peronista en Río Negro.

Pichetto quiere ser electo candidato con el apoyo del partido y los peronistas rionegrinos y sabe que no habrá candidato interno que se le oponga. Su único opositor podría ser Alberto Weretilneck y aún no es afiliado.

El sector del senador no desconoce que la estrella de Cristina podría languidecer y que teniendo asegurada su reelección podría arriesgarse a una competencia provincial para la gobernación. Política con red de protección.

Resta ahora esperar el movimiento de piezas del gobernador, si se afilia al justicialismo o construye un poder alternativo con base en su gestión de gobierno, que no puede ser de otra manera que exitosa, si pretende  proyección.

Juicio

Mañana se inicia el juicio oral y público por la muerte de Carlos Soria. Susana Freydoz, única imputada, se enfrentará a los jueces y tiene la oportunidad, o no, de relatar los hechos de aquella fatídica madrugada del 1 de enero.

También sus hijos harán sus declaraciones y pidieron que sea sin público para respetar la intimidad familiar, de ser así será otro privilegio de los tantos que esta injusta Justicia rionegrina otorgó a Freydoz, en comparación al resto de los justiciables.

Mucho se ha dicho sobre la muerte de Soria y hubo mucho sufrimiento en la familia y amigos, posiblemente todas aquellas conjeturas del primero de año se reediten en la memoria colectiva.

Ahora los jueces de la Cámara de General Roca deben demostrar que son  probos y ajustados a derecho. Las primeras medidas que tomaron en cuanto a las limitaciones en la difusión del juicio “oral y público” los alejan de la ecuanimidad y generan irritación por los privilegios que otorgaron.