1983 : El retorno de la democracia

Desde 1930 nuestro país padeció del efecto pendular entre períodos de gobiernos civiles y las interrupciones del orden constitucional por parte de los militares, el último golpe de 1976 había sumido a la sociedad argentina en la página mas cruel y trágica de toda su historia.

Los genocidas de la dictadura se autoproclamaron los tutores de todos los argentinos generando una inusitada violencia e impunidad con la horrorosa consecuencia de tener que lamentar miles de desaparecidos y  paralelamente soportar la destrucción del tejido institucional de la república.

En 1983 el pueblo fue convocado a las urnas en una elección en donde los dos grandes partidos nacionales y populares: el radicalismo y el justicialismo competían con similares posibilidades de llegar al gobierno.

El radicalismo que había denunciado el pacto sindical-militar que intentaba eludir el procedimiento eleccionario, reiteraba su convicción histórica de reivindicación de la democracia sosteniendo que la misma defiende la soberanía del pueblo como única fuente de poder político y respetando el gobierno de las mayorías pero sin opresión de las minorías.

El entonces candidato y después presidente de la nación Dr. Raúl Alfonsín afirmaba en cada tribuna que “con la democracia se come, se cura y se estudia”, en definitiva sostenía que no hay mejor herramienta que la democracia para la defensa de los intereses del pueblo y del país, pero que la misma no se reducía a la mera consulta electoral, sino que también comprendía a la forma en que se ejerce el poder y la inexorable sujeción a los controles institucionales a que deben someterse los gobiernos.

El ansiado retorno a la democracia y la voluntad de transformación había renacido en la Argentina y el candidato presidencial de la UCR aseguraba que en esta oportunidad histórica tendría millones de voluntades para construirla y millones para defenderla, son los que ya advirtieron que solo con una profunda fuerza moral y ética, principios irrenunciables para el centenario partido de Alem e Yrigoyen, se podrá reconstruir el tejido de una sociedad justa, libre, democrática y solidaria.

El radicalismo dejaba asentado que los objetivos de la consolidación del poder democrático y la creación de las bases para un periodo prolongado de justicia, desarrollo y estabilidad, deben ser logrados  sin que en una sola ocasión sean menoscabados los derechos y garantías de los ciudadanos, sobre esta plataforma se proponía el programa para lograr 100 años de paz,  de prosperidad y democracia. objetivos basados en el irrestricto respeto a la Constitución Nacional y a la sabia división de poderes prevista en ella que obliga al control y evita la posesión total del poder por quien tenga en sus manos el poder ejecutivo.

Es la fórmula para evitar las tiranías, que el ejercicio del poder corrompa a quienes los poseen dirigiendo sus actos en acciones de beneficios personal, advirtiendo de la necesidad de la existencia de la alternancia del poder , el mandato deberá ser de tiempo limitado y no podrá ser ampliado ya que los gobernantes vitalicios resultan delirantes en sus ambiciones desmedidas, que lógicamente se contradicen con la voluntad popular. Hoy  a 29 años de aquel 30 de octubre de 1983 la realidad nos muestra que el estado se confundió con el gobierno y el gobierno con un grupo de poder, que en procura de imitar a otros gobiernos caribeños de América, atentan contra el desenvolvimiento y autonomía del poder judicial, sobre los medios de comunicación y sobre la libertad de los ciudadanos, procurando en un desmedido afán totalitario, destruir la vocación de un pueblo que marcha decidido a lograr los 100 años de democracia y la grandeza de la república.

El autismo político del actual gobierno, la intolerancia, la hegemonía totalitaria no se condicen con el pensamiento de los hombres y mujeres de nuestro país que mantienen intactos los valores republicanos y son críticos a las aventuras populistas. El nuevo desafío será reconstruir el estado, volver a poner en funcionamiento las instituciones de control hoy subordinadas al gobierno, expulsar a los corruptos, en definitiva constituirnos en celosos vigilantes de la institucionalidad democrática, para de ese modo, rendirles un justificado homenaje a los grandes demócratas de nuestra historia y porque resulta necesario para la conformación de una sociedad mejor para  todos nosotros y para las futuras generaciones.

 

Cr. Enrique Carlos Mogensen

Presidente Comité UCR Bariloche (1983 – 1985 )

Presidente UCR Línea Bariloche

Vicepresidente Concejo Municipal Bariloche 1983  /  1985

DNI  8.217.108

Mail : ecmogensen@yahoo.com