La Parálisis de un Partido Carente de Reflejos y Propuestas ● Carolina Marsella

En el año 2001, la crisis de gobernabilidad y de representación se hizo evidente al grito de la consigna popular “que se vayan todos”. La deslegitimación de la política como actividad capaz de transformar la sociedad, y en algunos sectores la idealización de un cierto “…agnosticismo político, como si fuera una dimensión positiva del comportamiento social”, fueron generalizados.

Esta crisis de la política se dio en el marco de una profunda crisis social. En esta circunstancia, la pérdida de competitividad de la Unión Cívica Radical tiene su referencia inmediata en la renuncia anticipada del Presidente de la Nación, en el fracaso del Gobierno de la Alianza y en la enorme derrota electoral del 2003.

Pero desde entonces, la definición partidaria sobre la imperiosa necesidad de impulsar “la renovación, alejada de los acuerdos de gobierno y recuperar la propia identidad y reconciliándose con los valores que caracterizaron históricamente a la UCR” no han sido más que la exposición recurrente de la frustración y el fracaso de un partido nacional paralizado por su propia dirigencia, que se debilita y desgrana día a día sin poder asumir la centralidad del rol opositor de que la sociedad demanda. Pasaron 11 años y nada ha cambiado en la UCR.

La UCR debe ser hoy  la alternativa legitimada por contar con una propuesta superadora para mejorar la calidad de vida de los Argentinos, expresada en PROPUESTAS  concretas para sanear las instituciones gubernamentales en todos los niveles.

Debemos combatir a quienes siembran incredulidad y apatía en la gente, para eso se requiere ser brillantes en cada uno de nuestros roles y profundas convicciones, siendo clave fortalecer esa identidad en base a la tarea de los trabajadores radicales, de una Juventud comprometida sin pretensión de réditos laborales y de una Franja Morada que se sostenga, como viene haciéndolo, conduciendo el movimiento estudiantil.

Buscamos un radicalismo que mantenga vigente los principios de nuestros fundadores y que se esfuerce por alcanzar la construcción colectiva de una identidad genuina, la cual nos sirva no solo para decir “nosotros podemos”, sino que sirva para decir “VOS SOS PARTE” y de esta manera articular distintos intereses de distintos sectores sociales, políticos y económicos.

ENTONCES;

Proponemos la puesta en vigencia de algunas modificaciones normativas que puedan favorecer una real renovación.

1.      Cupo Joven para el total de los cargos partidarios. planteamos se establezca un cupo similar al que se garantiza a la mujer, para los afiliados menores de 45 años.

2.      No reelección del Presidente, de los Vicepresidentes y del Secretario General para períodos consecutivos.

3.      No elegibilidad de Presidente, Vicepresidentes y Secretario General del Comité Nacional salientes para integrar la Mesa Directiva.

4.      Creación de un  Concejo Consultivo  para los ex Presidentes  del Comité Nacional. Se trata ponderar la experiencia de quienes han conducido a la UCR, estableciendo un órgano de carácter no vinculante

5.      Las Cartas Orgánicas Distritales incluirán estas modificaciones en su nivel y el Seccional como condición para mantener las respectivas personerías.

6.      Los programas de gobierno en todos los niveles municipales, provinciales y nacionales incluirán la reforma de Cartas Orgánicas y Constituciones que repliquen similares adecuaciones, obligatoriamente sobre la reelección consecutiva de los cuerpos legislativos y ejecutivos.

Se impone que las reformas que realicemos en el nivel nacional, se repliquen en los Comités Provincia y en todos los Comités Seccionales, magro efecto tendrán, sino sucede simultáneamente en los 3 niveles y para que se efectivice lo propuesto y superemos de una vez y para todas, la parálisis en la que la UCR está sumida desde hace años, debemos contar con el compromiso de nuestra dirigencia pero por sobre todo con el compromiso militante, la voluntad de cambio y una profunda vocación de gobierno de cada uno de nuestros afiliados, en cada localidad del territorio nacional, en cada rol y en cada puesto de trabajo.

 

Lic. Carolina Marsella