Cómo se prepara la defensa de Susana Freydoz, acusada de matar a Soria

Capital Federal.- Un instante. Un tiro. Un final. Susana Freydoz, esposa del ex gobernador de Río Negro muerto hace casi 8 meses, pasa su tiempo, como si fuese eterno, mirando el techo de la habitación, del hospital Cipolletti,donde se encuentra internada,   – en la división de Salud Mental- desde hace ya varios meses, a pedido de la propia defensa. Espera y mira. A escasos metros, permanece, inalterable, un efectivo policial asignado a su custodia.

De aquel disparo en el rostro al entonces gobernador de Río Negro, Carlos Soria, pasaron 225 días. Sin autorización para salidas, medicada, y bajo tutela permanente, su alegría pasa por la visita de sus hijos y familiares, que según pudo saber LA NACION, se da manera frecuente.

«Está en un difícil momento, haciendo progresos muy lentos», expresó a este medio la directora del hospital «Pedro Moguillansky», María Luz Riera. Desde que ingresó a ese centro médico, Freydoz permanece en la misma habitación, que cuenta con dos camas y baño privado. Tiene, además, un televisor y acceso a diarios. Por problemas odontológicos, salió dos veces de la institución y, en ambas ocasiones, con doble custodia policial.

El juicio

Según pudo saber este medio, el juicio se celebraría entre septiembre y octubre de este año. Sorteado el obstáculo mayor, la falta de jueces, y compuesto el tribunal que juzgará a la viuda de Soria , la Cámara Criminal Primera de Roca ya está en condiciones para fijar la audiencia pública.

«Nos faltaba un juez, y eso retrasó los tiempos. En el transcurso de los próximos dos meses se fijará la audiencia pública. Y antes de fin de año tendrá lugar el juicio», informaron a LA NACION desde la Cámara Primera Criminal de Roca.

El tribunal está compuesto por tres jueces, provenientes de distintas cámaras, debido a la falta de personal. Ellos son: Carlos Gauna Kroeger, María Evelina García Balduini y Fernando Sánchez Freytes. Todos, con amplia experiencia.

De aquel disparo en el rostro al entonces gobernador de Río Negro, Carlos Soria, pasaron 221 días

La encargada de sostener la acusación que pesa sobre Freydoz, de «homicidio calificado por el vínculo y agravado por el uso de arma de fuego», será la fiscal Laura Pérez. Esas acusaciones contemplan cadena perpetua.

Por su parte, Alberto Riccheri, a cargo de la defensa, dijo a LA NACION que «es apresurado hablar de la estrategia a seguir» y que esperarán a ver «los planteos de la fiscalía». Los letrados defensores piensan sostener como eje principal la inimputabilidad o, al menos, establecer que actuó en un estado de «emoción violenta». Así se pretende encontrar una causal de justificación para el arrebato de la esposa del ex Gobernador y, así, evitar una sanción penal. Riccheri, en ese sentido, basaría su alegato en el consumo habitual y autoprescripto de psicofármacos así como la ingesta de alcohol superior a la habitual, por parte de la viuda de Soria, en la madrugada del fatal desenlace.

Un antecedente

La defensa no tendrá una tarea sencilla para convencer al jurado. El juez Carlos Gauna Kroeger, que lo presidirá, en un fallo recordado en la provincia de Río Negro, en el 2005, emitió el voto rector que condenó a 9 años de prisión a una mujer de Roca, de 59 años, quien mató a su marido de un disparo en el rostro, en medio de una discusión. La mujer sufría trastornos psiquiátricos, era adicta a los sedantes y era víctima de violencia de género. La defensa, en ese caso, pidió la absolución de la mujer por inimputabilidad, pero el juez lo desestimó. Empero, rebajó la condena por «circunstancias extraordinarias».

La Cámara Criminal Primera de Roca ya está en condiciones de fijar la audiencia pública

El juez Fernando Sánchez Freytes, en tanto, votó dos veces en contra de la aplicación de atenuantes no expresamente legislados, como el «trastorno mental transitorio» y la «imputabilidad penal disminuida». En ambos fallos quedó en minoría.

Finalmente la jueza García Balduini, en un caso de un joven que mató a su novia de 75 puñaladas, lo condenó por «homicidio culposo», a 5 años de prisión, por entender que al haber estado ebrio, no era consciente de sus actos. En un fallo reciente, de dos hombres que golpearon a otro y lo tiraron al río, causándole la muerte, en contraposición, sostuvo que no hubo «efectos justificantes del alcohol».

Por Diego Yañez Martínez  | LA NACION