Caso Acuña: perito cuestionó pericias, testimonios complicaron al acusado

Roca (ADN).- La segunda jornada del juicio oral y público contra Jorge Chechile, acusado de ser el responsable el accidente de tránsito que causó la muerte de la joven roquense Cintia Paola Acuña y heridas de consideración a otras tres personas, estuvo marcada por un fuerte contrapunto acerca de las validez de las pericias oficiales que protagonizaron el perito de parte y la fiscal del caso.

También hubo testimonios de una testigo del accidente y de inspectores de tránsito municipal que fueron los primeros en llegar a la escena que complicaron la situación del imputado.

La segunda jornada del jucio comenzó con el testimonio de Fabián Vallejos, quien conducía el R12 que fue impactado por el Ford Fiesta comandado por Chechile y que posteriormente terminó embistiendo a la víctima fatal y a su prima Belén Acuña. El jovén dijo que conducía a a menos de 40 kilómetros por hora llegando a la esquina y que esos fueron sus últimos recuerdos. Relató que el choque le ocasionó un fuerte traumatismo en la cabeza por el cual perdió la memoria y que incluso no reconocía a sus familiares hasta 10 días después.

El joven contó que se desempeñaba como camionero en una empresa neuquina y que poseía un carnet habilitante para conducir camiones de cargas generales y peligrosas, además de un curso de manejo defensivo que anualmente debía renovar. También remarcó que este fue el único accidente que tuvo en su vida. Consultado sobre las secuelas que le dejó el hecho señaló que ahora maneja menos horas, se cuida más de otros conductores y trata de evitar circular en horas de la noche.

«Me hicieron el test de alcoholemia enseguida, al señor Chechile creo que no se lo hicieron», sostuvo. Relató que tiempo después del accidente con su acompañante -Giani Catalini- hablaron del tema y llegaron a la conclusión de que «nos salvamos de casualidad» y que «si nos chocaba un poquito más acá del parante nos mataba a los dos».

Discusión por las pericias

El segundo testimonio fue el del ingeniero mecánico Abelardo Zilveinstein, perito de parte de la defensa, quien cuestionó los resultados de las pericias que presentó en la primera jornada el doctor en Física Eduardo Osquiguil, del Centro Atómico Bariloche, quien determinó que el Ford Fiesta que conducía Chechile circulaba a unos 100 kilómetros por hora en el cruce de calles cuando embistió a Renault 12 a la altura de la puerta y guardabarros trasero lo que derivó en que el segundo vehículo diera dos violentos giros y terminará aplastando a la víctima fatal y a su prima.

Zilveinsten consideró que había información insuficiente para llegar a las conclusiones a las que arribó su colega, responsabilizando de esto a la policía ya que a su entender no habían relevado completamente la escena y no habían consignado datos claves respecto a rastros de frenadas o arrastres de los neumáticos de los rodados implicados para determinar fehacientemente la mecánica del accidente. «El desarrollo teórico es correcto, pero no existe fundamento alguno», aseguró el perito de parte, aunque reconoció que «la forma del choque es la correcta».

Zilveinsten cuestionó que el R12 circulara a 40 kilómetros por hora al momento del accidente y negó la existencia de los trompos que -de acuerdo a Osquiguil- habría efectuado el Ford Fiesta conducido por Chechile, también cuestionó la forma en el que el primer vehículo habría golpeado a las víctimas que iban caminando. También señaló que Chechile no tenía heridas o marcas del cinturón de seguridad que llevaba colocado que permitan confirmar que circulaba a unos 100 kilómetros por hora al momento del choque.
Los abogados de la querella le consultaron en este punto si en sus estudios había aplicado la Teoría de Campbell que permite determinar la velocidad en choques en los que no hay marcas de frenadas a través de la deformación de los materiales, a lo que contestó que «no», por lo que los abogados argumentaron que sólo se basaba en «suposiciones».

Por su parte la fiscal Elsa Alasino cuestionó los dichos del perito en cuanto a la «nula información» recolectada por la policía en la escena del accidente y le preguntó en que se sostenía para desacreditar el croquis efectuado por la policía. También le consulto al perito si había apreciado las marcas de neumáticos que se ven en las fotos tomadas por la Policía, indicó nuevamente que no y reconoció que «podría hacerse un estudio para determinarlas, pero no lo hice…no les atribuí relevancia».
Tras estos cruces, por momentos a viva voz, tomó la palabra la defensa que anunció su decisión de retirar el pedido que habían efectuado en la primera jornada para la ampliación de las pericias.

Carnét de Cervantes y vencido

También declararon dos inspectores de Tránsito del municipio roquense, quienes llegaron a la escena antes que la Policía y los Bomberos. Miguel Angel Cofré detalló que participaban de un operativo de rutina cuando taxistas los alertaron del choque. Al llegar a la escena relató que encontraron a la víctima fatal y a los dos ocupantes del R12 tirados en el piso ensangrentados. Mientras que Chechile estaba sentado en el cordón de la vereda, visiblemente nervioso y hablando por teléfono. El R12 estaba sobre la vereda en la esquina, mientras que el Ford estaba con su parte trasera incrustada contra la persian metálica de un local. También hizo referencia a que vio a Carlos Nicolaus -pareja de la madre del imputado- revisar el interior del vehículo, por lo que en un primer momento pensó que se trataba del conductor.

Cofré detalló que le pidio sus datos y el carnét de conductor a Chechile y qu se lo retiró por que era emitido en la vecina localidad de Cervantes y estaba vencido. Señaló que no pudo apreciar que estuviera herido, aunque indicó que tenía sangre en sus ropas, tampoco pudo precisar si estaba ebrio o tenía aliento etílico. También reconoció que esa esquina tenía mala visibilidad y que momentos después llegó la madre del acusado -la médica Carmen Fresser- quien llamó a una ambulancia de un sanatorio privado en la que cree se retiró a Chechile de la escena.

El otro inspector, Mario Mendez, confirmó la declaración de su compañero en cuanto a la escena del accidente, también detalló que «al rato aparece una señora en camisón, habla con el chico, llama una ambulancia y se lo lleva. A los días me entere que la señora que era una médica y me extrañó que no fuera a ver a los otros heridos». Este inspector señaló que habló con el acusado cara a cara y que recuerda haber sentido aliento a alcohol.

Testimonio conmovedor

El último testimonio de la jornada fue el de Yesica Bustos, una joven que vio parte del accidente y que hace pocos meses se incorporó como agente de la Policía de Río Negro. Recordó que esa noche cuando se retiraba con dos amigos del boliche Scombro y que vio al R12 circulando despacio de Este a Oeste por calle Estados Unidos, «cuando siento el choque, me doy vuelta y veo el R12 en la esquina y el Fiesta que hace una especie de giro y queda incrustrado en la persiana».

«Veo a la otra chica -Belén Acuña- que salta, la otra -Cintia Acuña- queda abajo del cordón de la vereda», relató que inmediatamente trató de llamar a la ambulancia y que le daba ocupado por lo que le dio su teléfono a otra persona y se arrodilló a ver a la joven tirada en el suelo, le tomó la muñeca para ver si tenía pulso, le tocó la espalda, que le habló y que la víctima no respondía. Respecto a los dos ocupantes del R12 relató uno -Vallejos- salió despedido, que le decía que quedara quieto, y que él se queria levantar y no podía. El otro -Catalini- estaba tirado al lado de la puerta».

«Me quede al lado de la chica que hizo algunos movimientos, vi al que salió del Fiesta, miró a la gente que estaba en el piso, llamó por telefono decía ´yo choque, yo choque´», señaló la testigo. Respecto a la prima de la víctima detalló que estaba en estado de shock y que se sacó el zapato que aún tenía colocado, tiró su bolso y salió corriendo a la casa de
sus tíos que vivían a dos cuadras del lugar.

Por último ante la repregunta sobre lo que vió repitió que tras el estruendo del impacto se dió vuelta y le pareció ver como que el Ford Fiesta hacía un giro para terminar incrustándose contra la persiana metálica del local, algo que coincidiría con el desplazamiento de los rodados descripto por el perito Osquiguil. Tema que generó algunas discusiones por las diferentes interpretaciones de los abogados de la querella Oscar Pineda, Pablo Iribarren, Ruth Luengo y los de la defensa Alberto Riccheri y Oscar Pandolfi.

El juicio continuará mañana en los Tribunales roquenses con el relato de otros testigos citados.