Capítulo II: El Dueño (…de que?) ● Oscar A. Carballo

Continuando con el esquema planteado hace algunos días en el sentido de ir analizando la actitud de la sociedad frente a las reprochables conductas de algunos funcionarios provinciales, hoy propondré el segundo capítulo de esta historia. La caracterización por capítulos decía, en aquella oportunidad, que se corresponde, básicamente, con los diferentes modos de ejercicio de las acciones de impunidad y no porque marquen diferencias, en más o en menos, en materia del perjuicio que se le genera a la sociedad en general y a algunos de sus miembros en particular, con su ocurrencia.

En principio, y a los efectos de tratar de preservar mi salud, procuraré no nombrar al funcionario objeto de la evaluación de hoy, ya que creo que ello es redundante, habida cuenta de que el relato de los hechos a evaluar lo dejará identificado quizás mejor que por su propio nombre.

Este personaje nefasto de la política rionegrina comienza sus andanzas, para la opinión pública, cuando el por entonces intendente de la ciudad de General Roca, Dr. Carlos Soria, lo designa en el área de prensa del municipio instalándolo como uno de sus principales colaboradores.

Allí surge la primera manifestación de “EL DUEÑO”, en el sentido de que para él, cada designación en un cargo en la función pública se constituye en un título de propiedad del área de incumbencia asignada que, por lo tanto, le permite hacer lo que le plazca, sin necesidad de atenerse a ningún tipo de normas. Recordemos sobre este particular fundamentalmente las contrataciones de la Fiesta de la Manzana y la carencia total y absoluta de información acerca de procedimientos y resultados.

Su por entonces jefe supremo detecta rápidamente esta actitud y le pone freno, al accionar del funcionario, reemplazándolo en el área específica. No obstante ello, lo deja boyando en su entorno a los efectos de utilizarlo en ocasiones puntuales y a su sólo designio. Por esos tiempos, ya el señor intendente sabía claramente que este individuo era mucho más lo que restaba, que lo que mínimamente podría sumar, en alguna ocasión, y como fuerza de choque.

A posteriori de la elección provincial de 2011, llega el momento de armar los cuadros para gobernar la provincia y el Dr. Soria, conocedor del paño, le asigna una función básicamente local en cuanto a residencia, como presidente del directorio del canal de televisión provincial. De este modo, neutralizaba, en principio, el efecto negativo que generaría la presencia de un energúmeno de esta cuantía en la capital provincial, y su traslado directo a la evaluación del gobierno en su conjunto.

Allí desembarca el limitado funcionario y, ratificando la tenencia del título de propiedad, en su carácter de “El Dueño” comienza a decirnos a los rionegrinos que es lo que hay que ver y que no en esa pantalla, quien puede trabajar en esta empresa y quien no, etc. etc.. Por supuesto, todo ello sin ningún análisis racional de la situación y mucho menos técnico, ya que su condición en este sentido lo inhabilita total y absolutamente para ello. Comienzan los reclamos de todo tipo de sectores sociales, pero el proceso sigue de igual modo y perjudica obviamente a personas, en particular, y a la sociedad toda en general.

Producido el hecho trágico del primero de enero del presente año, la nave entra en zozobra, y dentro de los cambios necesarios, para reencauzarla, no hay mejor idea que asignar a “El Dueño” la Secretaría General del Ministerio de Gobierno, como nuevo ministro y con la disponibilidad de la herramienta letal para muchos, como lo es el manejo de la pauta publicitaria oficial.

Comienza, con su metodología de propietario, a aplicar una nueva pauta publicitaria oficial que dice haber diseñado mediante una fórmula polinómica científica de su autoría, que nunca fue dada a conocer a pesar de los reiterados requerimientos de los afectados en tal sentido. A la fecha, todavía no se ha dado a conocer, pero no nos generemos expectativas en tal sentido porque, fundamentalmente, si se trata de polinómico, científico y de su autoría, por razones obvias esto no es de existencia posible en el mundo real.

Así las cosas y con permanentes agresiones de todo tipo y hacia todo tipo de integrantes de esta sociedad, continúa en el marco de una de las mayores impunidades vistas su accionar de funcionario propietario del gobierno, o aunque más no sea de una parte importante del mismo.

Sobreviene el período de preparación de la visita presidencial a San Carlos de Bariloche y la concreción posterior de dicho evento y, aquí no vale la pena resaltar lo ya dicho por todos los medios locales y nacionales en tal sentido, sólo valga resaltar que, nuevamente, este personaje nefasto lleva adelante todo tipo de actos, fuera de normas y con fuerte vínculo en materia de corrupción (v.gr. contrataciones múltiples con un pseudo payaso representante de terceros laburantes en negro, compra de fuegos artificiales que nunca existieron, gastos extraordinariamente fuera de criterio de razonabilidad alguna, contratación de vuelos charter no se sabe bien para que ni para quien, etc., etc.) que no queda más remedio a propios y extraños que reconocer que fueron hechos en el marco permisivo de un gobierno inexistente en materia de representación seria en cualquier sentido.

Excepción a este dicho, lo constituye sólo la frase irrepetible del ministro de Economía que manifestó recientemente “…el método del legítimo abono es un mecanismo de pago igual a cualquier otro y utilizable hasta en licitaciones internacionales…”. Exabrupto si los hay, en materia técnica dicho por un técnico. Sobre todo si consideramos que se está refiriendo a una herramienta de la constitución sobre la cual juró, aunque aparentemente no la haya leído jamás. Zapatero a tu zapato, creo que al baloncesto lo honras con tu participación activa.

En este entorno de compañeros de trabajo y evaluadores de sus geniales realizaciones, comienzan, no obstante, algunos reconocimientos en el círculo chico del gobierno de que, pareciera ser que sería conveniente desplazar a “EL DUEÑO” de su lugar de funciones actuales, ya que está generando para el gobierno en su conjunto y para el gobernador, en particular, algunos efectos no deseados.

Tratamiento de las cúpulas mediante, en el mismo círculo chico del gobierno y del Partido Justicialista, se llega a una definición casi unánime, pero, en este caso, enmarcada en un nuevo exabrupto político, propio de los niveles de conducción en el que nos encontramos. Se acuerda buscar al impresentable funcionario un LUGAR ACORDE adonde derivarlo, cosa que no ha sucedido a la fecha, precisamente por no haber podido ser hallado.

¿A qué otro lugar, que no fuera absolutamente fuera del gobierno, se podría pensar en mandar a alguien que incurre en este tipo de prácticas? Mandarlo a la casa, sin otra consecuencia, sería una actitud de verdaderos amigos generada por sus pares actuales, ya que el destino que todos los lectores de la presente, seguramente, considerarán como pertinente es algo un poquito más gravoso, ¿no?

Hoy está como afuera sin que realmente sea así.  Ya no es la cara del gobierno y se encuentra en posiciones absolutamente relegadas.  En las presentaciones públicas no está entre los ministros y aparece como mezclado entre los asistentes, disimulando su presencia.  En la imagen aparece en una actitud secundaria, sin el protagonismo de otros momentos más relucientes de sus actuaciones.

Parece ser que todavía el gobierno del señor Weretilneck quiere que todos los rionegrinos nos hagamos responsables de este desquicio humano, disfrazado de funcionario político. Yo creo que es tiempo de que esto no ocurra, sea por decisión política del gobierno o por imperio de un fuerte requerimiento de la sociedad en tal sentido.

Todo ello, pese a que el señor Gobernador siga pensando que siete meses es sólo el inicio de una gestión y que la sociedad ya está valorando positivamente las acciones de su gobierno.

Señor Gobernador, por favor cambie de canal, aunque más no sea para ver resultados de acciones como ésta; como las mencionadas en el primer capítulo de esta historia y como todas las que, además de las que destacaré personalmente, forman parte de las destacadas por infinitos actores sociales de esta provincia y que se constituyen en cuestiones de hartazgo, aún en la mejor de las intenciones de todos los ciudadanos para que se pueda cumplir, normalmente, con los plazos del mandato constitucional que lo hizo acreedor al lugar de privilegio que ostenta, sea ello por la razón que hubiere sido.

Seguir poniendo a prueba a la sociedad, para ver hasta cuando es capaz de resistir afrentas es, cuanto menos, muy peligroso y, además, totalmente inapropiado para gestionar en política.

Hacer política requiere, como mínimo, capacidad para ver lo evidente y equilibrio mínimo para corregir lo imprescindible. Las últimas décadas nos han hecho olvidar de este tipo de obligaciones del gobierno pero, no obstante ello, siguen vigentes.

 

Oscar A. Carballo

C.P.N.