Avistaje de fauna marina en el Golfo San Matías

[slideshow]San Antonio Oeste.- Los avistajes de fauna marina en el golfo San Matías son una experiencia única e inolvidable. Quienes vivieron esta aventura coinciden en que no hay palabras para describir semejante belleza.

Este año se implementaron los avistajes de fauna marina en la costa rionegrina, Rupestre es una de las empresas que presta este servicio a turistas y aventureros de todo el mundo. Esta semana un equipo de Alapatco Medios y VMNoticias viajo hasta El Puerto del Este, para vivir estos avistajes, junto a un grupo de viajeros que llego desde Santa Fe y Buenos Aires hasta el golfo más azul del continente, para disfrutar una de las bellezas naturales que ofrece la costa patagonica.

El embarque tuvo lugar en las costas de Puerto del Este, Agustín Sanchez, (capitán de la expedición) dio la bienvenida y rápidamente pidió autorización por radio, el Ok de Prefectura Naval Argentina permitió zarpar y poner a navegar la ansiedad.

El frío acompaño a los novatos pasajeros que portaban un rostro temeroso y fisgón al mismo tiempo, La embarcación avanzaba mientras su capitán, como viejo lobo de mar, advierte esa sensación y brinda detalles de lo que vivirán durante las subsiguientes dos horas.

A poco de zarpar, se divisa el puerto a la derecha, lugar por donde sale a los mercados del mundo la producción rionegrina, a la derecha se observa la plata ALPAT productora de soda Solvay.

El viaje continua y la embarcación se abre paso entre las pequeñas olas, casi inmediatamente y sin dar aviso, un lobo marino de dos pelos, llamado así por la característica de su piel, que presenta dos “capas” o niveles de pelambre superpuestas, de distinto color, propios de América del Sur. Este mamífero decide acompañar a los viajeros, durante su recorrido va ensayando distintas poses que son registradas por las decenas de cámaras, dejando una instantánea de este habitante del sur.

La gloria dura poco, unos minutos mas tarde este simpático anfitrión pierde su protagónico, la atención se desvía hacia el horizonte, es que a lo lejos se divisa la maravillosa ballena franca austral (Eubalaena australis), con sus 40 toneladas y15 metros de largo deja impávidos a los curiosos pasajeros. Resopla y se eleva por encima de la superficie brindando un espectáculo indescriptible.

Algunos datos científicos indican que su longitud promedia los 13 a 15 metros para el macho y alrededor de los 16 metros para la hembra. Nacen con 3 a 5 metros, desde el hocico a la cola. Su peso oscila las 40 toneladas (peso adulto).

Se pueden observar callosidades, que son áreas de piel elevadas de más de 5 cm de grosor aproximadamente, de consistencia córnea, situadas en distintas partes de la cabeza. La distribución, dimensión y forma de los callos varían de una ballena a otra pero no cambian con el crecimiento. Funcionando como huellas dactilares, identifican a cada animal durante toda la vida.

La ballena franca habita una amplia franja que va de los 20º a los 60º de latitud en los océanos Pacífico norte, Atlántico norte, Atlántico sur, Índico sur y parte del Pacífico sur. Existen dos especies de ballenas francas: la del hemisferio norte y la del hemisferio sur, que no entran en contacto porque no sobrepasan las aguas de la zona ecuatorial.

La caza indiscriminada de estos ejemplares la puso en peligro de extinción. Desde el siglo XIX, su población original se redujo hasta en un 90 %. En la actualidad existen aproximadamente 8000 ejemplares. Si bien se las encuentra en el hemisferio y polo sur, las ballenas se reproducen en aguas cálidas durante el invierno. Por este motivo se reúnen en varios lugares del mundo, uno de ellos es el mar patagonico.

La expedición junto al equipo de Rupestre llega hasta una zona en la cual se pueden divisar hasta 10 ejemplares adultos. El comandante decide detener la embarcación a una distancia prudente, sin embrago estos colosales seres comienzan a rodear al ya pequeño bote, es allí donde se experimenta una de las emociones mas hermosa que un ser humano puede sentir, -“Esto no se puede contar… hay que vivirlo”, se escucho casi al unísono.

Una experiencia recomendable que se puede vivir en las costas rionegrinas, se encuentra a 1150km de Buenos Aires, 417km de Neuquén Capital y a unos escasos 180km de Viedma, La capital de la provincia de Río Negro.

Hasta el lugar se puede llegar desde Buenos Aires por ruta 3, aunque no es la única alternativa, desde Neuquén por ruta 22 hasta Choele Choel luego ruta 250 y por ultimo un tramo por ruta provincial nº 2 la cual se encuentra en estado regular.

Quienes deseen realizar este avistaje pueden comunicarse con la oficina de turismo de San Antonio Oeste o bien visitando el web site de Rupestre Patagonia– Se informó que los costos son accesibles y una vez en alta mar,  se puede degustar una rica torta gentileza de la esposa del Capitán.