Agitar la primavera ● Marcelo Mango

Uno de los grandes méritos que tiene el modelo nacional y popular al que apostamos, defendemos y sostenemos desde la Nación y la provincia de Río Negro es el compromiso de los jóvenes con la política, su participación, su militancia, su mística propia y particular. Es tal cual como dice nuestra Presidenta: “La fuerza de los jóvenes es lo mejor que le pudo pasar a este modelo”.

Es tiempo de reivindicarlos, después de que aquellos que se autoproclamaran el poder de la representación del pueblo a través de las armas y el terrorismo de Estado, durante la última dictadura militar, implementaran un sistema de tortura y muerte que condenó a toda una generación de jóvenes argentinos a la desaparición permanente de personas, a la persecución, al exilio.

 

No obstante, fueron por más: los llevaron a una guerra fría y sin sentido, cruel e injusta, para chicos que apenas habían terminado la escuela secundaria y no sabían bien dónde quedaban las Malvinas. En vez de pensar en sus proyectos de vida, en sus utopías y en sus ganas de vivir, los obligaron a cargar fusiles y pensar cómo sobrevivir. Muchos no lo lograron.

 

Ya en tiempos de democracia, acumulamos una lista prácticamente interminable de crímenes impunes para con nuestros jóvenes: María Soledad, el soldado Carrasco, por nombrar sólo algunos ejemplos en distintos puntos de nuestro país. Y aquí en Río Negro, seguimos pidiendo justicia por Daniel Solano de Choele Choel; Atahualpa de Viedma; Otoño Uriarte de Fernández Oro; los pibes de Bariloche Cárdenas, Carrasco y Bonefoi; el triple crimen de Cipolletti; y muchos más. La Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Educación registra más de 30 asesinatos impunes de jóvenes rionegrinos durante la última década.

 

También a muchos de nuestros jóvenes les toca hoy vivir experiencias de contexto de encierro; según la franja de edades, representan la mayor población carcelaria.

Nuestros jóvenes han vivido una historia demasiado larga y oscura de persecuciones, condenas y ninguneos, hasta que el 25 de mayo de 2003 llegó la fuerza de Él, la de Néstor Kirchner, a la Presidencia de la Nación para empezar a escribir otra historia, llena de oportunidades, derechos, dignidad, puesta en valor y participación.

 

Así, llegaron muchísimas políticas de inclusión, con la continuidad y la impronta propia de Cristina Fernández de Kirchner: la obligatoriedad de cursar la escuela secundaria, las netbooks del programa Conectar Igualdad, la mejora de la educación técnico-profesional, el plan de Finalización de Estudios para Jóvenes y Adultos (FinEs), la educación sexual integral, los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) y tantas otras.

 

Todas, implementadas hoy por el Ministerio de Educación de la Nación, a cargo de Alberto Sileoni, a quien, hace algunos días, los grupos mediáticos concentrados le organizaron una maniobra para desacreditarlo en sus declaraciones. Lo cuestionaron por haber evaluado que en democracia nada mejor que la participación de los jóvenes, quienes mediante el debate y las asambleas estudiantiles, a veces, deciden tomar una escuela.

 

Cursé toda mi secundaria bajo el rigor de la última dictadura militar y hubiera anhelado la libertad con la que las chicas y los chicos hoy pueden organizarse para discutir, participar y llevar adelante asambleas que ponen sobre la mesa sus verdaderas preocupaciones.

 

En Río Negro, de la mano de nuestro gobernador, Alberto Weretilneck, lo estamos llevando a cabo. Nos animamos a que los estudiantes formen parte del gobierno de la educación provincial y hoy es una realidad. Los Consejos Escolares zonales ya cuentan con un representante de los estudiantes. Además, fomentamos la organización de los centros estudiantiles y las construcciones políticas colectivas, con el aporte y la participación de ellos.

 

Mañana, en toda la Provincia, dedicamos un espacio institucional de dos horas para que los jóvenes puedan hacer todos los aportes que quieran al Debate para una nueva Ley Orgánica de Educación en Río Negro. Y estamos orgullosos de estar llevando adelante políticas educativas específicas desde las direcciones de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, de Educación Técnica y Formación Profesional, Educación Superior y Formación, Educación Física y Deporte, educación en contexto de encierro, los Clubes Escolares y todo lo que está por venir.

 

Realmente, estamos convencidos de que los jóvenes son el futuro. Y no les vamos a “cortar las piernas”. Queremos su pasión, su dedicación, su compromiso. En definitiva, su fuerza, para seguir construyendo una Argentina grande, que apuesta por una América Latina que hace de la justicia social su bandera.

 

Eran jóvenes Evita y el Che cuando, de manera apasionada, entregaron su vida por Argentina y América Latina. Agitemos la primavera. Que conmueva juventudes.

América Latina está floreciendo.

 

Marcelo Mango

Ministro de Educación de Río Negro