Clarín: Hay testigos de cómo la policía le pegó a un trabajador desaparecido

Choele Choel.- La madrugada del 5 de noviembre de 2011 en que Daniel Solano fue sacado de un boliche de Choele Choel por personal policial sería la última de su vida. Es el joven por cuya desaparición fueron detenidos la semana pasada siete policías, entre los que se sospecha estaría el autor material de su muerte.

Según supo Clarín , Solano había tenido una semana difícil. Por un lado la empresa en la que trabajaba, “Agro Cosecha”, lo había tentado a trabajar como “buchón” a cambio de un dinero extra. Pero por otro, después de dos años de ir a trabajar al Valle Medio de Río Negro desde Salta, Solano se sentía harto de las duras condiciones laborales que tenían que soportar los “golondrinas”. Además, la empresa les debía a cada uno de ellos una suma, por sueldo atrasado, cercana a los $ 1.000. Con esto en mente, el joven, junto a un grupo de compañeros, organizó una huelga para el día lunes que iba a involucrar a alrededor de 200 trabajadores. Un hecho totalmente inusual en este tipo de actividad, donde los trabajadores mayormente callan por miedo.

Testigos relataron a la Justicia que el joven salteño ya estaba borracho a esa altura de la noche y que no era consciente del peligro de la situación. Aunque había cobrado su quincena horas atrás, no tenía un peso en los bolsillos . Sus amigos o, muy probablemente, sus “entregadores”, le pagaron la entrada al local y las copas.

Clarín tuvo acceso a la investigación de la querella que figura en los expedientes judiciales. Allí están registrados los testimonios en los cuales se basó el juez Víctor Soto para ordenar las detenciones de los siete policías que ayer hasta las 22 prestaban testimonio en el juzgado 31 de Choele Choel. En rigor, su defensor Ricardo Thompson adelantó a la prensa que ninguno iba a declarar porque “no saben de qué se los culpa”.

Desde la defensa de la familia de Solano, esperaban que al menos uno de los interrogados confesara el crimen . “Pero esto no termina acá, alguien dio la orden de atacar a Daniel ”, dijo el abogado de los Solano, Sergio Heredia.

Solano vivía junto a 150 personas en alojamientos de “Agro Cosecha”, que opera para la multinacional Expofrut. Los “golondrinas” son traídos en colectivos desde el norte del país y durante 4 a 5 meses viven hacinados en verdaderos galpones o casillas.

Aquella madrugada dos personas fueron testigos de cómo cuatro policías golpeaban a Daniel Solano a pocos metros del boliche “Macuba” de Choele Choel. Ocurrió cerca de las 3,30.

Lo castigaron hasta que el joven perdió el conocimiento.

Uno de los policías entonces llamó a un móvil, una camioneta Eco Sport, a la que fue introducido. Otros tres policías estaban adentro.

Estos son los 7 efectivos detenidos el viernes por Gendarmería.

Los dos testigos fueron más lejos: siguieron en su propia moto al móvil hasta llegar a un área de camping de la ciudad rionegrina conocida como Isla 92. Cerca del cartel de entrada a esa zona, los jóvenes vieron cómo otro efectivo policial los pasaba en un auto particular, un Duna rojo, que sería propiedad del suboficial Pablo Bender, y se acercaba a la Eco Sport. Poco después los perdieron de vista y regresaron al boliche. Más tarde, ellos mismos y otros testigos observaron a la Eco Sport frente al local bailable, ya sin Solano.

La hipótesis de mayor peso que baraja el juez es que el cuerpo de Daniel Solano está oculto en algún sector de ese enorme parque , rodeado de frondosos árboles y con costa de río.

Al día siguiente, la joven de la pareja se dirigió hasta la comisaría octava a denunciar lo que había presenciado en la madrugada. Sin embargo, en cuanto le comentó al oficial de guardia cuál era su propósito, aparecieron dos policías que ella había visto golpeando a Solano . La chica fue amenazada de muerte y se mantuvo en silencio hasta que aceptó participar de la investigación de la querella.

Clarín pudo averiguar que no es la única testigo amenazada por policías en esta causa. Al menos un amigo de Solano que estaba junto a él en la disco, llegó a ser amenazado por policías cuando visitaba su hogar en Orán.

La defensa está convencida de que detrás de esta muerte hay uno o más autores intelectuales .

 

Claudio Andrada

Clarín