Verdad y Realidad ● ADN

Haciendo un juego de imaginación se podría aventurar que en el mismo momento en que el avión presidencial decolaba del aeropuerto de Bariloche retornando a la Presidente de la Nación a la capital federal –luego de los actos del 25 de Mayo- el gobernador Weretilneck se congratulaba de su suerte. Se reconoció a sí mismo como el principal depositario de su propio destino. Sacó la espada de la piedra.

No pudo imaginar entonces los trastornos que llegarían después de tanta alegría, de la mano de la contratación directa de múltiples oferentes realizada por Julián Goinhex por 2.624.348, 68 pesos para pagar “la fiesta”, violando hasta las comas de la ley 3186, de Administración Financiera y Control del Sector Público Provincial, el decreto reglamentario 1737/98, la resolución 774 del ministerio de Economía y la ley 4187 del compre rionegrino.

Perón, amigo de citas ajenas, pero que tuvo la virtud de inmortalizarlas, repetía que “la única verdad es la realidad”, frase pronunciada por Aristóteles en el 300 AC.

Muchos justicialistas la repiten, casi sin saber qué quiere decir la tautología. El ejemplo de los gastos de la secretaría General de la Gobernación sirve como ejemplo.

Otros pensadores han dicho que la verdad es lo irrefutable y que la realidad es la versión subjetiva que cada uno tenemos de esa verdad. También sirve.

Entonces desde esta realidad respondió el Gobernador, el gobierno y el partido Justicialista. El Frente Grande hizo “mutis por el foro”.

Hasta se comprende que Weretilneck haya puesto paños fríos, defendido a su inefable secretario General, pero la verdad transita por otros caminos que tampoco el justicialismo alcanzó a visualizar, presuroso por sacarse de encima cualquier sospecha de corrupción.

¿Qué sucedió para que se cometiera tamaño error? Volvemos al tema de la verdad y la realidad. Una irrefutable y la otra la versión oficial.

No puede adjudicarse esta situación a la inexperiencia o errores de juventud. Recordemos a los militantes de la juventud peronista que ejercieron funciones de gobierno con la llegada de Cámpora al gobierno o a la coordinadora y el grupo “Setúbal” que acompañó a Raúl Alfonsín.

Aquellos jóvenes —de entre 22 y 30 años— llegaron a la función pública con una sólida formación política e ideológica, existían utopía y proyectos de conjunto. Nada era personal.

Hoy esa fuerza oculta y transformadora se reemplazó por la arrogancia, la soberbia y el autoritarismo, aprendido en fuentes carentes de ideología, ausentes de principios y marcada por el personalismo. Antes era la militancia ahora el cargo público.

Más allá del esfuerzo del gobierno y la dirigencia por mostrar una realidad y pretender salvar a Goinhex, la verdad comenzó a mostrarse de manera irrefutable. El expediente de los gastos de Bariloche, con dictamen de la joven abogada Llanos Santagati de la Secretaría General, fue girado a la Contraloría General de la Provincia, donde el contador Juan Kohon emitió un dictamen haciendo varias observaciones al procedimiento de la compra directa y giró las actuaciones a Pablo Bergonzi, Fiscal de Estado. En ese organismo de control interno se sumaron las observaciones y fue remitido nuevamente a Goinhex. Quedó claro que nadie quiere avalar un procedimiento irregular.

Pero si la verdad es irrefutable frente a la realidad, basta que el Gobernador y todos los funcionarios de los organismos de control interno, externo, fiscales y jueces lean las declaraciones del zanquista Máximo Altieri, quien utilizado en su propia confianza declara honestamente que los 14.400 pesos por pasearse algunas horas en zanco por el centro de Bariloche es el monto de facturación que “le pidieron”, como así antes le habían solicitado  que fuera de “41 mil pesos”. El hombre se zancos también declaró que fue contactado el 17 de mayo y Goinhex declaró que recién el 20 fue confirmada la visita presidencial.

Pobre zanquista,  lo único que falta es que lo acusen de formar parte de la conjura contra el gobierno urdida por la prensa y el radicalismo.

 

Falta todavía que alguien explique la razonabilidad de las ofertas recibidas y en definitiva cuál será la forma de pago, que como ya se adelantara irá camino al legítimo abono. Entonces, ¿quiénes serán los funcionarios que avalen este procedimiento tan excepcional como la contratación directa?

La verdad y la realidad. La verdad es que Alberto Weretilneck asumió el cargo con un gabinete designado con la impronta, el perfil y conveniencia de Carlos Soria. Un equipo de gobierno responde a amistades y lealtades acuñadas en años, capacidad técnica, compromisos familiares y políticos y otros muy personales. Valga un ejemplo. La desconfianza de Soria al justicialismo de Viedma se vio reflejada cuando el único viedmense en el gabinete fue el ex demócrata cristiano Edgardo Bagli.

Weretilneck respetó aquel perfil como una manera de honrar a su antecesor y al partido justicialista, pero la realidad es que no le sirvió ni le sirve. No son sus hombres, no controla al gobierno, no conoce siquiera quiénes son los pasajeros que suben a los vuelos charter, no hay respuesta desde las empresas públicas y sin duda que este no sería su equipo de trabajo si de él dependiera.

Por esto Luis Ramacciotti dijo lo que el Frente Grande piensa sobre el futuro. Aún a costa de la desmentida de su jefe, en los mentideros políticos reconocen que fue “un reto para la gilada”. Lo cierto es que Weretilneck empieza a gobernar con sello propio. Descabezó la conducción de Viarse, fuera de su control, lo mismo hizo con Marcelo Catini, denunciado por adjudicación de obras “al estilo radical” y al otro subsecretario Ernesto Pasarón, que faltó el respeto a padres y docentes en una escuela de Roca. Debiera saber el mandatario que ese proceder irrespetuoso, en Viedma es habitual desde el 10 de diciembre.

El ministerio de Obras Públicas, que conduce César Del Valle, responde directamente al intendente de General Roca y luego a Weretilneck.

Hay bolsones autónomos que funcionan en otra sintonía y alejados de la órbita de Weretilneck. Horizonte es otro ejemplo, los comentarios internos hablan de que Juan Huentelaf, desde el Tribunal de Cuentas, y a través de Susana Frieyro y Carlos Villanueva, maneja la empresa.

El Gobernador necesita y quiere más control. El gasto también es una preocupación y se habla de disminución de los sueldos de funcionarios con corrección a la escala fijada por Soria.

Han transcurrido poco más de cinco meses y el gobierno no tiene paz interior. Hay convulsiones y pronto comenzará a sentir las mayores exigencias de los ciudadanos y debe evitar la profecía auto cumplida.