Llamativo pago: artista callejero recibe 14 mil pesos por “andar en zancos”

Bariloche (ADN).- Andar en zancos podría convertirse en una actividad masiva entre la juventud rionegrina, si el Estado sigue pagando lo que desembolsó la Secretaría General de la Gobernación a un joven  que se desplazó con estos simpáticos aparatos por unas pocas calles de Bariloche, en el marco  de la visita de la presidenta, Cristina Fernández, el 25 de mayo.

Es que con motivo de la llegada de Cristina a San Carlos de Bariloche, no sólo se contrató a modistos y  peluqueros,  sino también a artistas callejeros que alegraron a la ciudadanía deseosa de pasar lindos momentos de esparcimientos en tan frías zonas de nuestra Patagonia.

 

Entre los ítems consignados en la documentación oficial —que sumados en total dan la significativa cifra de 2, 6 millones de pesos—, figura la contratación de artistas de teatro, zanquintas y  malabaristas.

 

Los montos erogados para estos creativos fluctuaron entre los 600 y  1200 pesos. Para teatro fueron 10 contratados, con un costo total de 8400 pesos, cuatro con sueldos de 1200 pesos cada uno y seis con sueldos de 600 pesos cada uno.

 

Para los tres malabaristas hubo 600 pesos para uno y 1200 para cada uno de los otros dos.

 

Pero los sueldos de  todos ellos sumados no llegaron a igualar  lo que recibió un privilegiado “zanquista” a quien le abonaron nada menos que 14.400 pesos por  acompañar a la ciudadanía en el trayecto de la Catedral al centro Cívico de la ciudad de Bariloche, un recorrido de cinco cuadras.

 

Después trascendió que “Maxi” no era un zanquista desconocido, fue  representante en Río Negro del Instituto Nacional del Teatro (INT) y profesor de la UNRN.

 

Pero si el suculento cachet que recibió el zanquista parecía el fin de esta saga de irregularidades de la millonaria contratación  directa que realizó Julián Goinhex, para sorpresa de muchos, se detectó otro posible sobreprecio.

 

Es que  se contrataron dos viajes  desde la Escuela Nº 266 de Bariloche hasta la Catedral, lo que demandó la suma de 8 mil pesos. Si bien el frío  pudo haber impedido que los  niños se desplacen caminando de un lugar a otro, no deja de llamar la atención que  el edificio escolar se encuentra a sólo seis cuadras del  católico templo religioso (ADN).