Con escándalo y en confusa votación se aprobó creación de empresa minera

[slideshow]Viedma (ADN).- El tratamiento del proyecto del Poder Ejecutivo que crea una empresa minera  terminó en escándalo, cuando la legisladora del FpV, Ana Piccinini, se levantó de su banca y comenzó a los gritos a insultar a dos presidentes de bloques.

“Caraduras, caraduras”,  gritó en actitud descontrolada al titular de la UCR, Bautista Mendioroz, y a la presidenta del bloque Progresista, Magdalena Odarda.

El debate se cerró abruptamente y, en una confusa votación, porque estaba pedida una moción de orden, se aprobó por mayoría el polémico proyecto.

Luego de la argumentación que hicieron varios legisladores, entre ellos Odarda y posteriormente Mendioroz, quien recordó la postura de la Legislatura que, por amplia mayoría, hace unos años había aprobado la prohibición del uso del cianuro, describió la problemática del agua y resaltó  otras contradicciones del oficialismo, pidió la palabra Piccinini.

La legisladora del FpV, que se mostró incómoda con la argumentación del presidente de la bancada de la Alianza, explicó que no tenía pensado hablar, pero que “como la oposición no efectuó una autocrítica y se olvidaron cómo han dejado la provincia”, ella se lo va a recordar cada vez que sea necesario. Así como fue elevando el tono poco a poco.

Posteriormente, como había sido nombrado, Mendioroz pidió nuevamente la palabra y comenzó a consignar dichos de Piccinini en la etapa que era legisladora de la UCR. Esto descontroló aún más a  la ex defensora del Pueblo que comenzó a gritar, sin que desde presidencia se le diera la palabra. “Yo no robé, yo no robé”, repitió muchas veces.

Un legislador se acercó para tranquilizarla, pero igual al rato se levantó de su banca y se acercó a la de Mendioroz y desde ahí de pie gritó en forma airada, también a Magdalena Odarda, le reprochó “caradura”, a quien además había aludido en su alocución, por su candidatura a gobernadora.

Posteriormente, Mendioroz le dijo que él tampoco había robado y que esa era la típica actitud de una dirigente “conversa”, lo que enfureció más aún a la legisladora sorista.

Sin que se terminara con el uso de la palabra que estaba establecida, se sometió a una  votación. Algunos entendieron que esa consulta era la moción de orden que había propuesto Piccinini poco antes y otros pensaron que era el proyecto en discusión, por lo que el proyecto del Poder Ejecutivo, estaría aprobado en forma confusa. (ADN)