¿Mobbing en Bariloche? Cinco mujeres escriben una “Carta abierta a la comunidad”

¿Quién defiende a nuestro pueblo? Vicente Mazzaglia, el titular de la Defensoría local, que discrimina y maltrata.

“Suspenderían al Defensor del Pueblo para investigar presuntos casos de maltrato laboral”. Para algunos un título más; para otros, el primero de una seguidilla que anticipa una noticia escandalosa. El ego de una primicia versus, la sensibilidad de cinco mujeres consternadas por encontrarse presas en un ámbito donde la rutina de ejercicio del poder, es la violencia. Y así, continúa: “Investigan al defensor del Pueblo por mobbing”, “Ratificaron las denuncias contra Mazzaglia”, “Nuevas denuncias de maltrato en la Defensoría del Pueblo de Bariloche”, “El ocaso de Mazzaglia”.

Somos cinco mujeres, hijas, madres, esposas. Mujeres, trabajadoras reconocidas por la experiencia, profesionales algunas de ellas. Somos quienes mediamos para resolver el conflicto del vecino, quienes atendimos su denuncia, quienes pusimos la oreja, las mismas que lo asesoramos para defenderse y superar idénticas situaciones de maltrato, que puertas adentro y paradójicamente sufríamos en el edificio de la Defensoría.

Hastiadas del menosprecio profesional, las reacciones desmedidas, los gritos, enojos absurdos, cambios de ánimo injustificados, actitudes discriminatorias, intimidaciones constantes y a puertas cerradas, falta de reconocimiento, arbitrariedades, y atropellos que el Dr. Vicente Mazzaglia en su rol de principal autoridad de la Defensoría del Pueblo local, reiteró de modo cotidiano y de modo sistemático, en mayor o menor grado con todas y cada una, nos vimos obligadas indefectiblemente a la difícil decisión de –ahora nosotras-pedir ayuda.

Hacer visible este peligroso padecimiento, nos ha llevado tiempo considerable suficiente como para generar consecuencias en nuestra salud física y mental, así como en nuestra economía, rendimiento profesional y también nuestra moral, a la hora de tener que sostener desde nuestra  labor, la imagen de una autoridad en la que hace tiempo hemos dejado de creer.

Dejando en evidencia ante los miembros de la autoridad que lo designa, y en un llamado conjunto a la reflexión de vecinos y ciudadanos, sobre quien ejerce un cargo por demás emblemático, como ser la significativa figura que implica el rol del llamado “Defensor del Pueblo”; confirmamos cada una de las constantes prácticas autoritarias desempeñadas como forma cotidiana de ejercicio del poder por el Dr. Vicente Mazzaglia. Prácticas que este “señor” aplicó cada vez con mayor intensidad, puertas adentro de la Defensoría local, con el agravante de una clara relación de desigualdad en obsceno detrimento del género femenino. Acciones conjuntas que finalmente y tras un largo y complejo proceso – que incluye atención médica y acompañamiento terapéutico- nos hemos animado a asumir por su nombre: Violencia en el Ámbito Laboral y Violencia de Género. (Diagnóstico del área de Medicina Laboral del MSCB, en una clara y científica simplificación de nuestros relatos).

La violencia en el ámbito de trabajo se disfraza y nos seduce. No hace falta un golpe, ni tampoco la acción sexual explícita. La violencia puede transcurrir de modo sutil, pero no por ello menos dañina. Con disimulo se asoma pero se instala. Y tan perverso es el juego, que se naturaliza.

Con el agravante, que siendo la Defensoría del Pueblo el lugar donde los ciudadanos encuentran la solución a cualquier tipo de avasallamiento de los derechos y garantías en los que pudiere incurrir el Estado, y siendo la misma institución a través de quien ejerce su principal autoridad el espacio en el que se vio coartada nuestra labor y se atropelló desde el accionar nuestro desarrollo, dignidad, salud y moral; denunciamos con honda pena, el acto en el que continuaría incurriendo en definitiva el propio Estado, de mantener en su cargo a un hombre que ha demostrado con los hechos, poco saber de “DERECHOS”.

Por nosotras, por nuestra integridad, por la defensa de nuestra fuente de trabajo, por la certeza de creer en el valor de una institución que nace para proteger y defender derechos, y por  tantas y tantos anónimos que en algún lugar continúan siendo víctimas del acoso laboral; afrontamos desde la propia experiencia un problema social que nunca más, debiera resultar ajeno. Apelamos a todos y cada  uno de los órganos intervinientes, Concejo Municipal, Tribunal de Contralor, Salud Laboral y Recursos Humanos, como así también al Sr. Intendente Omar Goye, al Sr. Gobernador de nuestra provincia y autoridades en general; para que en conjunto y de forma individual, reflexionen con sensatez y responsabilidad sí probada la verdad y más allá de cualquier procedimiento burocrático administrativo, es digno tener a cargo de la Defensoría del Pueblo, un hombre que ejerce su autoridad a través del miedo. ¿Está el Dr. Mazzaglia a la altura de las circunstancias que exige tan representativa figura emblemática? Solicitamos señores gobernantes, tomar posición y determinar a favor de los principios por los que juraron. Defender y expresarse en pos de la verdad y la justicia, ante una nueva lucha que hoy nos toca y nos convoca, para erradicar así, uno de los peores males de nuestra sociedad: LA VIOLENCIA.

 

MP, VP, IK, OI, AC

mantenemos reserva de nuestros nombres en pos de nuestra protección y la de nuestras familias