Los hijos de Mayo ● Santiago Ocampos

El 25 de mayo es una fecha muy importante para nuestra historia. Los hombres que conformaron ese primer gobierno independiente tenían ideas y a la vez eran verdaderos hombres de acción. Marcaron un profundo quiebre que permitió que nuevas generaciones reelaborarán sus proclamas de libertad sobre la base de estos acontecimientos. Uno de estos grupos se llamó la generación del 37 conformada por literatos, políticos, abogados, que recibieron la herencia y la fecundaron.

Todos ellos conocieron el dolor del exilio. Esteban Echeverría, miembro fundador decía “la emigración es la muerte; morimos para nuestros allegados, morimos para la patria, puesto que nada podemos hacer por ellos”. Antes de volver en 1830 para luego volver a partir más tarde, recibió en Europa los preceptos del romanticismo que intentó inculcar en la naciente literatura argentina. La noción del carácter nacionalista de su estilo de escritura hizo rever todo lo escrito hasta entonces.

 

Consciente de la feroz interna entre unitarios y federales, buscaron un equilibrio que intentara conciliar ambas partes. Se reunieron por primera vez en la librería de Marcos Sastre, donde las brillantes luces debatían y hacían extensas tertulias en las que la poesía ardía en el fragor ideológico de la memoria de 1810. Entre los que discutían se encontraba el sanjuanino Domingo Sarmiento, “el cuyano alborotador”.

 

El hombre de la pluma y la palabra que luego debió marchar a Chile, empezaba a dar forma a su libro dedicado a la figura de Facundo Quiroga a quien contrapuso el poder de Juan Manuel de Rosas, caudillo afiebrado  que por entonces decidía el rumbo del país. Con maestría y hasta cierto dejo de simpatía, el soldado riojano es descripto con una calidad narrativa que la coloca entre las mejores letras que han dado estas tierras.  Se puede sentir hasta el galope de los caballos en la impronta de la prosa.

 

No olvidemos, que otro de los grandes juristas que en esas noches porteñas no claudicaba e insistía con sus conceptos era Juan Bautista Alberdi. Liberal, pensador, escritor, defensor de la monarquía bajo el acervo del Rey Inca que propuso alguna vez Belgrano, esgrimía con destreza lo que luego serían las bases de la Constitución Nacional. Verdadero ejercicio para el sostenimiento de las ambiciones del hombre que muchas veces se vuelven incontrolables.

 

Otros nombres importantes que dejaron su legado para siempre fueron Vicente Fidel López, Juan María Gutiérrez y otros. Estas personas fueron protagonistas de una época, la signaron con su sangre y su sabiduría. Facciones, divisiones y batallas fueron retratadas por toda esta generación en nombre de la libertad que enarbolaron Mariano Moreno y otros hombres emblemáticos, que dieron inicio a nuestro proceso de independencia y como Tiresias, el adivino de Grecia que sembraba el destino por el sendero, French y Beruti repartían las insignias patrióticas.

 

Por Santiago Ocampos

Vicepresidente del Círculo de Escritores del Comahue