La educación rural perdió a un verdadero gladiador

Nunca creí que me iba a tocar escribir esta triste nota de condolencias, pero quiero estar cerca de su familia y de la comunidad de Cuesta del Ternero. No puedo dejar de contarle al resto de la  sociedad quién fue Daniel Fontenla,  un docente de los de alma, de los que además de enseñar lengua o matemática, enseñaba a sus alumnos a desenvolverse en la vida, a pensar en comunidad.

“Tenemos que visitar las familias, Rubén, yo en las vacaciones voy a aprovechar para hacer eso”, recuerdo que solía decirme. Esa era su forma de trabajo, su horario no terminaba cuando tocaba la campana. Una vez estuvo todo la noche entre  hospital y comisaría cuando se quemó la familia de uno de nuestros alumnos, pero también, años más tarde, estaba en el cumpleaños número 15 de otra alumna, acompañando a esta familia en su momento de felicidad.

 

Éramos una verdadera familia, con nuestras diferencias, pero la familia de la Cuesta del Ternero es la misma que hoy te llora, Daniel, la que siempre te recordará como el maestro que luchó para que no le cierren la escuela; el que sufrió la muerte de la abuela Lucinda Quintupuray , anciana mapuche brutalmente asesinada y que hoy la escuela lleva su nombre en su memoria; el que se alegraba porque venía una nueva familia a vivir a la Cuesta. Siempre estabas pensando en que la escuela siga abierta para que la comunidad tenga un lugar de reunión.

 

Desde lo personal, fue mi director por más de 14 o 15 años. Yo, con tan solo 21 o 22 años, me formé como docente a su lado. Por otra parte, Daniel Fontenla sería un actor necesario y fundamental en esta reforma educativa que se está llevando adelante en la provincia, era sin duda el docente rural más adecuado para que con su visión de la educación, su compromiso y experiencia nos mostrara el camino correcto.

 

Su vida no le pertenecía, le perteneció a la escuela Nº 211 de CUESTA DEL TERNERO, un paraje rural que hoy te llora, te recuerda, pero donde queda la gran satisfacción de que pudimos valorar tu entrega en vida, por eso tanto respeto y cariño recibías a diario.

 

Mi homenaje es que nuestra provincia sepa que perdió a un gladiador de la docencia rural, antes que yo llegue como docente, él era el único maestro, director, a veces cocinero, maestro de áreas especiales, portero, enfermero, taxista, vecino, amigo. Siempre serás el maestro de Cuesta del Ternero.

 

Rubén Torres, legislador provincial, a partir de hoy, más que nunca, maestro rural por siempre.

 

Rubén Torres

Legislador FpV