El gobernador espera que se invierta la carga de la prueba ● Claudia Beltramino

La sensación de estar a la intemperie, de no encontrar donde guarecerse durante la lluvia o el crudo invierno es uno de los temores más recurrentes para cualquier persona. Es la inseguridad en cualquiera de sus formas. Es el miedo y la indefensión.  

 

Por eso, las expresiones del gobernador Alberto Weretilneck para abordar la cuestión de los malos tratos a trabajadores estatales transparentados en una serie de denuncias que tomó la oficina de Derechos Humanos de la comuna capitalina, fueron un baldazo de agua helada.

 

El gobernador, consultado sobre un pedido de informes que habría realizado a José Luis Foulkes sobre denuncias tomadas por la subsecretaria de derechos humanos del municipio, Gladys Cofré, en relación a maltrato laboral, dijo:

 

En otro orden, el mandatario fue consultado respecto de las denuncias por malos tratos que alrededor de 60 empleados públicos habrían realizado ante el área de Derechos Humanos del municipio de Viedma.

 

En ese sentido, ratificó que pidió esa información a la comuna, aunque mencionó que “ahora me enteré por los medios que en realidad serían 20 con nombre y apellido”.

 

Luego señaló que no se tendrán en cuanta las denuncias anónimas. “Una denuncia anónima no es denuncia, porque puede ser una operación política. Por eso pedimos la información, para ver si estamos ante hechos reales o no”, dijo.

 

“Cuando tenga algo por escrito, veremos las medidas a tomar”, remarcó luego.  (Fuente: Diario la Palabra)

 

Veamos, es casi insultante suponer que para el Primer Mandatario existe diferencia entre 60 casos de maltrato y 20 casos.

 

En la misma línea, que el Primer Mandatario provincial, la máxima autoridad rionegrina, tenga la pretensión de que el maltratado, firme una denuncia, exponiéndose luego a que, quien deberá certificar su inclusión en un organigrama para poder mantener su puesto de trabajo en el marco de la Disponibilidad, deba responder por esa denuncia de mal trato, es, por lo menos, temerario.

 

En una situación como la creada hoy por el gobernador rionegrino al dejar entrever como de poca valía, de poca sustancia, un conjunto de denuncias que él creyó que eran un total de 60 y que luego se habrían transformado en 20, lo mejor es revisar los datos. Pero todos los datos.

 

El ministro de economía Alejandro Palmieri adelantó en un programa de televisión local que se elevaría una ley de PRESCINDIBILIDAD para reordenar un Estado que aseguró estaba sobredimensionado en materia de empleados públicos.

 

El diario Noticias de la Costa atravesó la palabra PRESCINDIBILIDAD en una tapa y enojó a todo el gobierno, particularmente a quien era el vicegobernador, Alberto Weretilneck que salió a responderle al medio acusándolo de mentiroso.

 

Esta grabado y en más de una redacción está el archivo de audio y video del ministro Palmieri en nota dando la primicia de la PRESCINDIBILIDAD.

 

Luego de esto, el entonces gobernador Carlos Ernesto Soria, en nota con la TV nacional, más precisamente el canal 26 Noticias y en el programa de Paulino Rodríguez, sostuvo que sobraban 5 mil empleados en la planta de estatal y que un objetivo de su gestión sería desprenderse de ellos.

 

La ley ahora sería la de Transparencia y la figura en la que caerían más de 20 mil empleados públicos sería la DISPONIBILIDAD. Cualquier diccionario nos ahorra el trabajo de una larga discusión sobre el recurso semántico que en última instancia alude al mismo concepto.

 

Es cierto que muchas cosas ocurrieron desde esos días de diciembre. Igualmente cierto es que la DISPONIBILIDAD no se derogó y ahora una comisión, organigrama en manos, determinará si los estatales del ejecutivo rionegrino, a excepción de los maestros del ministro Marcelo Mango y la policía tienen justificado el cargo por el que cobran.

 

En ese tormentoso escenario, el Gobernador hoy dijo que si las denuncias no están firmadas, lo que se asemeja a menear la cuerda en la casa del ahorcado, entonces, estas denuncias podrían configurar “una operación política”.

 

Fue la suerte, que como dice el tango, es grela, la que hizo posible que en el mismo exacto momento en que Alberto Weretilneck, norte y guía del Estado Rionegrino, relativizara el valor de las pocas denuncias que obran en la oficina de Derechos Humanos del Municipio capitalino, el titular del gremio más fuerte de la provincia, UPCN, el viedmense Juan Carlos Scalesi, confirmara una gran cantidad de casos de abuso y mal trato, condenara a funcionarios que asegura, no advirtieron aún hoy, que se terminó la campaña y deben gobernar, lamentara que el tejido social se viera peligrosamente comprometido a raíz de la inseguridad que generaba esta situación de DISPONIBILIDAD.

 

El gobernador puede poner en duda el trabajo de un medio pequeño, modesto, y hablar de operaciones políticas, ahora que poner en duda las palabras del máximo líder gremial de los trabajadores estatales, suena bastante más osado.

 

En cualquier caso, es bueno que acordemos los rionegrinos que 20 atropellos son tan graves como 50 o 100 o 500, y que es el Estado el que debe proteger a los trabajadores, no son los trabajadores los que deben arriesgar pellejo y supervivencia laboral denunciando a maltratadores, por que el trabajador maltratado es un víctima y es virtualmente imposible pensar que un gobernador no esté de acuerdo con ello.

 

Finalmente, fue la propia Cofré quien explicó en nota con Frecuencia VyP que de las más de 60 denuncias por maltrato que tomó en su oficina, no todas correspondían a Viedma, en tanto que, subrayó, durante el mes de diciembre la llamaban quienes conocían su número telefónico por que aún no estaba difundido su nuevo destino en la órbita del municipio de Viedma. En este sentido, el audio ampliamente difundido por la radio, está archivado y a disposición de quien busque, como nosotros, trabajar con la verdad.

 

 

 

Claudia Beltramino

 

DNI 13.214.719