Chagas: Técnicos nacionales destacan trabajo rionegrino de una década

Viedma.- El representante del Programa Nacional de Chagas, Mario Zaidenberg, destacó que “Río Negro es una de las cinco provincias privilegiadas que en el año 2001 certificaron la eliminación de la transmisión del Trypanosoma cruzi”, que causa la enfermedad. Señaló además que la provincia “ha mantenido un nivel de alerta en su situación de salud, en sus instituciones, que le permite estar en un nivel de riesgo muy bajo para la población”.

El experto y María Montero, colega también del programa nacional, se encuentran en la provincia para revisar los índices e indicadores epidemiológicos, como así también los procedimientos formativos, del Programa Provincial de Control de Chagas. Esto permitirá revalidar la condición de provincia libre de transmisión vectorial y por transfusión de la enfermedad de Chagas ante la Comisión Evaluadora Internacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

 

Hoy se realizó una conferencia de prensa en el Ministerio de Salud sobre esta temática donde además de los técnicos nacionales estuvieron presentes el subsecretario de Salud, Carlos Mercapide, y el coordinador provincial de Salud Ambiental, Ricardo Bigatti.

 

Mercapide señaló que “Zaidenberg y Montero vienen del Programa Nacional de Chagas a trabajar con la gente que está a cargo del programa en la provincia”, destacando que en el territorio rionegrino “se viene trabajando con muy buenos resultados; en el último Consejo Federal de Salud (COFESA) que se hizo en Villa La Angostura hace unos días pudimos mostrar resultados importantes, ya que estamos libres de transmisión vectorial y por transfusión”.

 

Por su parte, Zaidenberg informó que “el rol nuestro es acompañarlos en un proceso que se ha llamado de recertificación del proceso de eliminación de la transmisión vectorial del Tripanosoma cruzi en la provincia”.

 

Destacó que “Río Negro es una de las cinco provincias privilegiadas que en el año 2001 certificaron la eliminación de la transmisión del Trypanosoma cruzi y ahora en esta instancia, a solicitud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estamos en un proceso en que cada provincia va a revalidar su condición de provincia que eliminó la transmisión”.

 

Respecto de la revisión que se realiza de los indicadores de la provincia, dijo que “estamos confirmando lo que ya sabíamos previamente, es decir, que a pesar de encontrarnos con cifras de prevalencia de la morbilidad de la enfermedad muy bajos, la provincia ha mantenido un nivel de alerta en su situación de salud, en sus instituciones, que le permiten estar en un nivel de riesgo muy bajo para la población”.

 

Enfatizó que “estamos verificando que se está haciendo lo que debe hacerse”, subrayando que “vemos con satisfacción en principio los datos” que pusieron a nuestra disposición.

 

Adelantó que “en la segunda semana de julio vendrán expertos internacionales a verificar los alcances de la situación actual de la provincia”.

 

El coordinador provincial de Salud Ambiental, Ricardo Bigatti, explicó que “vinchucas hay, pero lo que se ha evitado es que las vinchucas estén infectadas  o que haya una posibilidad de transmisión vectorial, es decir, que la vinchuca se transforme en un problema de transmisión de la enfermedad”.

 

Explicitó que “esto se ha evitado a través de la vigilancia entomológica de la vivienda, que se hace con los agentes sanitarios y personal de Salud Ambiental, y las actividades que se hacen de rociado de viviendas, las positivas generalmente, donde aparecen las vinchucas, de manera de evitar que puedan ser un peligro para la salud de sus habitantes”.

 

Indicó que “nosotros tenemos una ventaja muy grande en la norpatagonia que es el clima; la vinchuca tiene actividad durante los meses de temperaturas altas, los meses estivales, y después en invierno su actividad llega a cero prácticamente, entonces eso nos permite ser más efectivos”.

 

Explicó que “en el territorio provincial hay cuatro departamentos, Bariloche, Ñorquinco, Pilcaniyeu y 25 de Mayo, que están libres del vector, no hay vinchucas; el resto de la provincia está considerada dentro del área endémica porque hay vinchucas, aunque en baja cantidad; ahí es donde tenemos constantemente la vigilancia y hacemos diagnóstico precoz en los escolares, porque a pesar que hay el mito que no es un enfermedad tratable, es tratable, sí hay cura y disponemos de la medicación”.

 

Indicó que para la transmisión de la enfermedad es un problema la migración, “que no es exclusiva de Río Negro, sino de todo el país, porque hay migraciones internas muy importantes”, especificando que “la persona que está infectada se mueve dentro del país y está la posibilidad que, si existe la vinchuca, que ésta se infecte”. Agregó no obstante que “el control, la vigilancia, hace que esto se evite”

 

Zaidenberg informó que la enfermedad de Chagas-Mazza “es de América Latina; prácticamente en la década del ’60 empezaron a utilizarse dos medicamentos que han permanecido a lo largo del tiempo, que se llaman genéricamente  Nifurtimox y Benzinidazol, que por la norma nacional se utilizan para el tratamiento”.

 

Enfatizó que “lo importante es que el Chagas, hay evidencias cada vez más fuertes y contundentes, debe tratarse en las edades jóvenes, en los menores de 15 años, mujeres en edad fértil; hay evidencia en los últimos 30 años que los chicos tratados con la medicación se curan en un 90 ó 95%, con lo cual estamos diciendo que los chicos tratados van a llevar una vida normal el resto de sus vidas”.

 

Por oposición, recordó que “el no diagnosticado y no tratado está condenado a tener una vida deficiente; se puede producir una muerte súbita por el desarrollo de cardiopatía chagásica”.

 

Indicó en este marco que “el equipo de salud tiene como desafío el diagnóstico sistemático de todos los pacientes, de los bebés, para saber si tienen la enfermedad o no y tratarlos, y los chicos y jóvenes deben ser diagnosticados y tratados de acuerdo a la normativa del programa nacional”.

 

Señaló también que la enfermedad en general está estrechamente relacionada a la precariedad de la vivienda, las llamadas viviendas-rancho; “la vinchuca tiene poco que hacer en una vivienda adecuada, que tiene agua potable, sin grietas en las paredes, no pueden alojarse o domiciliarse en esas condiciones”.

 

Bigatti recordó que en los ’90 hubo un foco en la Zona Atlántica, pero luego con campañas intensas se llegó “a la realidad actual donde no tenemos denuncias de pacientes con este tipo de complicaciones”.

 

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