Juntos a la par ● ADN

“Nada como ir juntos a la par y caminos desandar…” dice la canción de Pappo Napolitano, que compuso en alusión a los trayectos recorridos en su moto Harley Davidson, modelo Electra Glide 1200cc.

Alberto Weretilneck entendió que buena suerte de su gestión está en caminar a la par de Miguel Pichetto. A la inversa, el sector sorista en el gobierno sólo le suma dolores de cabeza. El senador ejerce ni más ni menos que la presidencia del partido que sostiene como Hércules al Frente para la Victoria, además es un interlocutor válido ante el gobierno nacional.

 

Otra cosa no es nada más que compromisos preestablecidos a la muerte de Soria, frágiles lealtades y acuerdos que estallarán en mil pedazos apenas Weretilneck perciba que afectan directamente a su administración y lo ponga en los umbrales del fracaso.

 

El gobernador sabe que necesita rodearse de funcionarios con experiencia o que aporten ideas y no conflictos. Controlar el poder del Estado exige el control de áreas sensibles y muchas de ellas están fuera de su orbita de confianza.

 

Toda una disyuntiva: arriesgar caudal electoral, eficiencia en la gestión y adhesión ciudadana o seguir con compromisos que hoy ya ponen en duda el destino del gobierno.

Durante la semana el secretario General de la Gobernación fue entrevistado en un  programa matutino radial. La exposición del funcionario fue lamentable, sin ideas, soberbio y reafirmando que “vino a poder orden”, reiterando aquello de “ñoquis y vagos”.

 

Sus palabras recordaron un documento de la Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación de Jorge Rafael Videla, que reclamaba “impulsar la restitución de los valores fundamentales que contribuyen a la integración social: orden, trabajo, jerarquía…”

 

Le habrán contado al gobernador del reportaje, donde además volvió a despreciar a Viedma, luego de la presencia del mandatario en los actos del aniversario. Puso como ejemplo de ciudades pujantes a Roca y Neuquén, en desmedro de esta ciudad.

 

Cabe en este sentido el siguiente comentario: trascendió que en el plan de viviendas provincial a Viedma le habían adjudicado sólo 30 unidades habitaciones. El tema tratado en reunión de gabinete tuvo la oposición de Juan Manuel Pichetto, quien señaló que por gestión del senador Miguel Pichetto ante el Anses, se construirían en la Capital provincial 150 viviendas que fueron las anunciadas por el gobernador en el domingo pasado.

 

Tampoco hace bien al gobierno peleas entre ministros. En este caso Angel Rovira Bosch y César Del Valle y en su momento fue Juan Manuel Pichetto y Julián Goinhek.

 

El entredicho entre el titular de Turismo y su par de Obras Públicas se produjo por el despido de Guadalupe Del Valle, subsecretaria de Turismo, conocida por el mal trato hacia los empleados.

 

De nuevo el tema de los familiares en el gobierno y el acoso laboral a los agentes públicos.

 

Weretilneck necesita tranquilidad y que los pelotas  que van afuera no las metan los funcionarios en su propio arco. Hoy tiene al abogado Luis Ramacciotti señalado como ex funcionario del gobierno militar. Un hombre de su confianza que quedó atrapado en la red de la propia contradicción del gobierno, ya que fue el ministro Marcelo Mango quien tomó la iniciativa de revisar el pasado.

 

Sobreactuación por ejemplo de la legisladora Dieguez que por emular a Néstor Kirchner pidió sacar fotos y placas alusivas al gobierno de facto y ahora debe señalar a sus propios compañeros de ruta o guardar vergonzoso silencio, como sucedió con el caso de Tronelli.

 

El gobernador tiene otros criterios sobre el momento actual de la política. Lo manifestó al hablar de la Comisión Antiimpunidad, señaló que hoy la problemática es otra a la de crímenes de lesa humanidad. Nadie lo interpreta o no lo escuchan. Pero despertar fantasmas trae sorpresa. La lista de funcionarios que colaboraron con el proceso puede ser numerosa aún de jueces que juraron por las Actas del Proceso de Reorganización Nacional.

 

Hay que poner un punto de cordura. Dejar de sobreactuar y no caer en caza de brujas.

Alberto Weretilneck se esfuerza por gestionar y a diario envía señales que caen en saco roto, o no quieren ser interpretadas. Habló de “enmendar”, o sea reparar, los nombramientos efectuados en los organismos de control y habló de exceso en los juramentos. Nadie se dio por enterado en la Defensoría del Pueblo, el Tribunal de Cuentas y la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y entonces obró en consecuencia: descartó militantes y dirigentes para ocupar la Defensoría. Evitó otros papelones en los actos de juramento.

 

¿Habrá llegado el tiempo de los límites? Weretilneck desea otra impronta en el gobierno, pero conoce de las internas que no puede conducir. Era fundamental conocer el manejo de recursos y fondos públicos y designó a Juan Kohon, de su confianza, como

Contador General de la provincia para controlar los números. Ahora el funcionario presentó la Cuenta de Inversiones. Palmieri mutis por el foro.

 

Alberto Weretilneck tiene margen de maniobra para consolidar su figura y su gobierno, pero como escribió Nicolás Maquiavelo, “el primer juicio que formamos sobre un príncipe y sobre sus dotes espirituales, no es más que una conjetura pero lleva siempre por base la reputación de los hombres de que se rodea”.

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